Sociedad

“Un abrazo amoroso, también a los abusadores sexuales”: así es la guía de Escuelas Católicas para prevenir el acoso

La guía, que anima a dejar de lado las ambigüedades en los abusos sexuales, también se muestra condescendiente con los agresores. Afirma, entre otras cosas, que hay que acompañarlos en su camino de redención y que se deben “incorporar estrategias de prevención y de acompañamiento por parte de la entidad, en lugar de un contundente rechazo”.

Comentarios
  1. Los elementos que siguen como asignatura pendiente para una efectiva separación Iglesia-Estado y en la neutralidad exigible a las instituciones y cargos públicos de forma que se cumpla en su integridad la aconfesionalidad propugnada por la Constitución.
    Ahí siguen los Acuerdos de 1979 que se deben derogar, la financiación de las confesiones religiosas, su fiscalidad de privilegio, la religión en la escuela, la simbología confesional, el expolio de las inmatriculaciones eclesiales, etc. Junto a ello, dar también respuesta a otros aspectos del laicismo en campos como el de las tecnologías digitales, la comunicación y privacidad personal, la sociedad de la información fluida y el pensamiento único, el individualismo neoliberal y los ataques al bien común, etc.; es decir, temas, junto a otros, que confrontan con la libertad de pensamiento e impiden la formación de una conciencia libre.
    (Europa Laica)
    Sebastian Barry, autor irlandés que ha escrito sobre la pederastia en el clero: “La Iglesia católica debería desmantelarse”
    Hace unos años, su magnífica novela ‘Días sin final’, que seguramente será película, fue finalista del Booker (tiene dos nominaciones más) y le dio a conocer en nuestras librerías. ‘Tiempo inmemorial’ (AdN), su último trabajo, explora la huella dejada por los abusos cometidos en las instituciones irlandesas por la Iglesia católica. Lo hace desde la perspectiva crítica del autor, un católico que se casó, según sus palabras, con una “chica protestante”, la actriz Allison Deegan.
    De niños en Irlanda recibíamos la orden de no hablar en absoluto de los abusos infantiles. En mi familia hubo un caso terrorífico y solían decirnos que nos calláramos. Me recuerda a cuando en ‘La casa de Bernarda Alba’ se gritaba “silencio”. Afortunadamente, mi profesión me ha permitido poner voz a esa prohibición y el personaje de Thomas Kettle, un policía recién jubilado que recuerda un pasado de abusos, me ha permitido una especie de liberación a la irlandesa.
    En el caso de Irlanda, no han querido hacer reparaciones económicas a las víctimas, una situación horrible cuando el número de delincuentes religiosos es altísimo. Y no se trata de que haya dos o tres manzanas podridas en el barril, es que un tercio de este está echado a perder y, además, estropea el resto. Si todavía hubiera niños en peligro, y yo creo que los hay, me gustaría crear cierta alarma con esta novela, hacer que la gente esté más atenta al peligro.
    Fuente: Helena Hevia)

  2. Es increíble hasta dónde llega la falta de autoconciencia y autocrítica de esta secta-institución, a la que tantos recursos y dineros públicos se les dedica. Una secta que se permite el lujo de adoctrinar, establecer moral y condicionar las políticas en los diferentes países donde se asienta y ejerce su influencia

  3. Los curas que han redactado la Guia para la Prevencion de Abusos Sexuales, evidentemente, no conocen el Undecimo Mandamiento de la iglesia catolica, que reza: » Follar con curas no es pecado, ahora, hacerlo con arzobispo u obispo es muy bueno y con cardenal es divino». Por consiguiente, no hay nada que prevenir.

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