“Es la piedra angular sobre la que se ha consolidado la seguridad europea desde principios de los 90”. Así calificaba el Ministerio de Defensa al Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) –constituido en noviembre de 1990–, y cuya aplicación en España acaba de quedar suspendida por mandato de la OTAN.
Este acuerdo, además de otras exigencias, establecía limitaciones al número de armas que podían tener 30 países, entre los que se encontraban los Estados Miembros de la OTAN y algunos miembros de la extinta Unión Soviética y del Pacto de Varsovia.
Sin embargo, España ya no tendrá que cumplir lo establecido en el FACE, después de que, el pasado 23 de mayo, se aprobará la suspensión de su aplicación, gracias a los votos a favor del PP, el PSOE, Vox, Sumar y tres miembros del Grupo Mixto (uno de ellos, José Luis Ábalos).
En contra, se posicionaron ERC, Bildu y los diputados de Podemos en el Grupo Mixto. Los representantes de Junts se abstuvieron.
Mandato de la OTAN
Cumple así España con el mandato salido de la OTAN el pasado 7 de noviembre de 2023. Entonces, la Organización del Tratado del Atlántico Norte justificó la suspensión del Tratado porque Rusia había dejado de aplicarlo.
En concreto, apuntaron que “los aliados condenan la decisión de Rusia de retirarse del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) y su guerra de agresión contra Ucrania, que es contraria a los objetivos del Tratado. La retirada de Rusia es la última de una serie de acciones que socavan sistemáticamente la seguridad euroatlántica”.
Si bien se reconoce el papel del FACE como piedra angular de la arquitectura de seguridad euroatlántica, señalaron, “una situación en la que los Estados Aliados Partes respeten el Tratado, mientras que Rusia no, sería insostenible”.
Por lo tanto, como consecuencia, “los Estados Aliados Partes tienen la intención de suspender la aplicación del Tratado FACE durante el tiempo que sea necesario, de conformidad con sus derechos según el derecho internacional. Se trata de una decisión plenamente apoyada por todos los aliados de la OTAN”, sentenciaron.
Rusia dejó de aplicar el Tratado en 2007
La realidad es que Rusia dejó de aplicar el Tratado en 2007, y que la respuesta a este movimiento ha tardado 16 años en producirse. En el texto de Defensa mencionado anteriormente, se explica que, “en la cumbre de Estambul de 1999 se firmó el Acuerdo de Adaptación del Tratado a la nueva situación europea, que pretendía proporcionar una estabilidad aún mayor desde el Atlántico a los Urales”.
Sin embargo, “la Federación de Rusia no completó la retirada de sus fuerzas en Georgia y Moldavia, compromiso político adquirido durante la firma, lo que condicionó la ratificación del Acuerdo por parte de los Aliados. Ante la falta de avances en la ratificación del Tratado Adaptado, en mayo de 2007, el presidente Vladimir Putin anunció que la Federación de Rusia suspendería la aplicación de los aspectos operativos del Tratado, lo que llevó a la práctica el 12 de diciembre de 2007”, añaden.
Más de 100.000 armas destruidas
En un estudio realizado por el comandante del Ejército de Tierra y magister en Seguridad y Defensa Amador Enseñat y Berera, publicado por el Ministerio de Defensa, se explica que el FACE original se firmó, el 19 de noviembre de 1990, durante la Cumbre de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).
Allí, los líderes de 22 Estados (16 pertenecientes a la OTAN y seis al Pacto de Varsovia) rubricaron un Tratado “que constituye, junto con la Carta de París para una Nueva Europa y la denominada Declaración Conjunta de los 22 Estados, una tríada documental que es la mejor expresión del fin de la Guerra Fría”.
Su ejecución, asegura el comandante, fue un “completo éxito”. “Se redujeron 58.000 piezas de armamento convencional y se llevaron a cabo más de 2.500 inspecciones”. Además de, según el Ministerio de Defensa español, la reducción de efectivos en 1,2 millones de soldados”
Por añadidura, continúa Enseñat y Berera, “la Unión Soviética, de forma subrepticia y con anterioridad a la firma del Tratado, retiró del escenario europeo más de 57.300 piezas de armamento convencional, con objeto de evitar su destrucción como consecuencia de las disposiciones que ya se habían acordado en la mesa de negociaciones. Este hecho en sí mismo, y especialmente la solución dada a este contencioso, también puede considerarse, aunque de forma controvertida, un beneficio adicional del Tratado”.
¿Qué limitaciones de armas establecía el FACE?
El experto detalla que el FACE primigenio tenía tres objetivos: instaurar un equilibrio seguro y estable de las Fuerzas Armadas convencionales en Europa a unos niveles más bajos; eliminar disparidades perjudiciales para la estabilidad y la seguridad; y, eliminar, como cuestión altamente prioritaria, la capacidad de lanzamiento de ataques por sorpresa y de iniciación de acciones ofensivas a gran escala en Europa”.
Para ello, dispuso de cuatro herramientas principales: limitaciones, reducciones, intercambio de información e inspecciones.
Esas limitaciones, en concreto, se aplicaron a cinco categorías de Equipos Limitados por el Tratado (ELT,s): carros de combate, vehículos acorazados de combate, piezas de artillería, aviones de combate y helicópteros de ataque. Y existían (siempre según la explicación del magister) tres clases de limitaciones: por grupo de Estados-Parte, por razones geográficas y por límite de armamento en poder de un solo Estado.
En conclusión, cada Estado-Parte tenía asignado un techo que debe respetar. “Los Estados-Parte, organizados en dos grupos (los entonces miembros de la OTAN y los del Pacto de Varsovia), acordaron limitar los inventarios de cada grupo en la zona de aplicación del Tratado. En el caso del territorio europeo, desde el Atlántico hasta los Urales, a 20.000 carros de combate, 30.000 vehículos acorazados de combate, 20.000 piezas de artillería, 6.800 aviones de combate y 2.000 helicópteros de ataque”, apunta.