Internacional

Ucrania quiere ser la fábrica de armas de Occidente

La guerra de Ucrania se ha convertido en el gran laboratorio de los robots asesinos, también para las potencias implicadas

Comentarios
  1. Por mucho que haga esfuerzos que hasta cierto punto son admirables, no veo que Ucrania esté en disposición, ni muchísimo menos, de ser una potencia industrial en armamento. Es un país en ruinas que, como un enfermo terminal conectado a un soporte vital en cuidados intensivos, depende por completo de la asistencia exterior para sobrevivir. Si esa ayuda se corta abruptamente el colapso total sobreviene rápido ¿Cuánto tiempo más se puede prolongar una situación que no hace si no empeorar para Ucrania? ¿Corporaciones trasnacionales invirtiendo para radicar sus industrias de armamento allí? No parece una inversión especialmente segura, sobre todo sabiendo que serían objetivos prioritarios del ejército ruso.
    Por mucho que los medios de propaganda de Occidente quieran seguir vendiéndonos la idea de «inmensas pérdidas materiales y humanas de Rusia frente a la heroica resistencia ucraniana», lo cierto es que Moscú ha demostrado que puede absorber perfectamente esas pérdidas (que a lo mejor tampoco son tan horribles como nos cuentan), como también se ha sobrepuesto a las «sanciones del Infierno» que supuestamente iban a destruir su economía y provocar un cambio de régimen. Rusia dispone de amplísimos recursos y de una potente industria que se ha puesto «en modo guerra» , capaz de producir sin problemas ingentes cantidades de piezas de artillería, vehículos blindados, munición, misiles, etc. Y por supuesto también produce una enorme cantidad de drones asesinos que causan estragos en las filas enemigas. Aquí por desgracia todos pueden jugar al mismo juego y la capacidad rusa es claramente superior a la ucraniana.
    Rusa obviamente sufre reveses y contratiempos ¿Qué contendiente en una guerra no los ha sufrido a lo largo de la Historia? Pero libra una guerra por poderes contra toda la OTAN y de momento se sigue imponiendo. Eso explicaría las enloquecidas llamadas a las armas que hemos escuchado últimamente en boca de algunos dirigentes europeos. Nada de los empleado hasta ahora («wunderwaffen» occidentales incluidas) ha dado los resultados esperados y lo único que se les ocurre es continuar con la demencial huida hacia delante.

    Un saludo

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