El 9 de mayo se celebra el Día de Europa. Justo un mes después, el 9 de junio, tendrán lugar las elecciones europeas. Estos comicios vienen marcados por el riesgo de crecimiento de la extrema derecha, en un momento en el que la inmigración es uno de los temas clave que la administración continental tiene sobre la mesa. Las cifras no pueden ser más preocupantes: al menos 29.589 migrantes han muerto en el Mediterráneo desde 2014.
Los datos se extraen del Proyecto Migrantes Desaparecidos (de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM). Y, lejos de provocar una respuesta solidaria desde Europa, lo que acaba de salir de las instituciones es un nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, que pone precio a los migrantes: los países tendrán que pagar 20.000 euros por cada persona rechazada.
La fosa común del Mediterráneo
El proyecto registra incidentes en los cuales personas migrantes fallecen intentando cruzar las fronteras externas de los Estados, o en el proceso de emigrar hacia un destino internacional, con independencia de su estatus legal. Tiene en cuenta solamente a aquellas personas que pierden la vida durante su viaje a un país diferente al suyo de residencia.
Las fuentes en las que se apoyan son los registros oficiales, incluyendo los que llevan los guardacostas, los médicos forenses, registros de ONG y encuestas y entrevistas a migrantes. Explican, no obstante, que, para cada caso, los datos provienen de una combinación de fuentes, incluyendo los medios de comunicación y las organizaciones de base. Los datos, advierten, “deben considerarse como una estimación mínima del verdadero número de vidas perdidas durante la migración”.
Por tanto, con esta metodología calculan que ha habido, al menos, 29.589 migrantes desaparecidos en el Mediterráneo desde 2014. El peor año fue 2016, con 5.136 personas fallecidas. En lo que va de 2024, el número de migrantes que han perdido la vida en este mar alcanza las 735. De ese total, 1.242 personas muertas eran menores.
Respecto a la causa general de la muerte, en la grandísima mayoría de los casos (27.499) fue el ahogamiento.
La ruta migratoria más peligrosa del mundo
Por rutas, la del Mediterráneo central se sitúa a la cabeza, con 23.291 muertes, lo que la convierte en la más peligrosa que se conoce en todo el mundo. “Esto se debe, por un lado, a la duración del viaje en ultramar, que puede llevar muchos días, y también a patrones de tráfico de personas que son cada vez más peligrosos, brechas en la capacidad de operaciones de búsqueda y rescate, y restricciones al trabajo vital de las ONG. Los migrantes a menudo cruzan el Mediterráneo central en botes inflables sobrecargados y no adecuados para navegación marítima. Asimismo, puede ser que varios botes de este tipo partan al mismo tiempo, lo cual complica seriamente las operaciones de búsqueda y de rescate”, comentan.
Hay, asimismo, una sólida evidencia de que muchos naufragios son “invisibles” –es decir, se trata de botes en problemas que desaparecen sin dejar sobrevivientes– y que, por consiguiente, no se registran. Por ejemplo, afirman que han registrado “cientos de restos humanos que se han encontrado en playas de Libia, que no se relacionan con ningún naufragio del que se tenga noticias”.