Israel está impidiendo que los investigadores de la ONU puedan hablar con testigos y víctimas del ataque perpetrado por Hamás y la Yihad Islámica el pasado 7 de octubre. Aquella acción por sorpresa, realizada al sur de Israel durante la festividad del Sucot, acabó con la vida de más de 1.400 israelíes y provocó una respuesta radical: Benjamin Netanyahu, con la justificación de exterminar a los terroristas, ordenó de facto arrasar la Franja de Gaza. La cifra oficial de palestinos asesinados supera hoy los 33.000.
La sudafricana Navi Pillay, antigua Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aseguró el pasado martes que Israel está obstaculizando su investigación de los hechos ocurridos aquel 7 de octubre. «Considero deplorable el hecho de que se les esté negando la oportunidad de hablar con nosotros a ciudadanos israelíes que quieren hacerlo. No podemos tener acceso a Israel», dijo Pillay a la agencia AFP.
Pillay preside una pequeña comisión de investigación (formada por tres personas) habilitada por la ONU para investigar presuntas violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos en Israel y los Territorios Palestinos. El abogado australiano Christopher Sidoti, uno de sus colaboradores, fue más allá a la hora de describir los obstáculos que el Gobierno israelí está poniendo para impedirles realizar su labor: «Nos estamos enfrentando no sólo a una falta de cooperación, sino a una obstrucción activa a la hora de permitirnos recabar pruebas a partir de testimonios de testigos y víctimas de los sucesos ocurridos en el sur de Israel».
Esta misión de la ONU, creada ya en 2021, estaba trabajando sobre el terreno cuando estalló la guerra. Desde entonces, muchos de los testimonios que han podido reunir provienen de víctimas palestinas evacuadas a hospitales de Turquía o Egipto. Este último país también les ha impedido entrar en la Franja a través del paso de Rafah.
Durante la presentación de su informe en Ginebra, Sidoti confirmó, a partir de lo expresado por varios testigos, los bombardeos israelíes sobre población civil indefensa: «Nos hablaron sobre el alto número de víctimas civiles, incluidas en zonas supuestamente seguras o durante evacuaciones».
«Aprovecho esta oportunidad para hacer un nuevo llamamiento al gobierno israelí para que coopere, y también a las víctimas y testigos de los ataques en el sur de Israel para que se pongan en contacto con la comisión de investigación y así podamos escuchar lo que han vivido», dijo Pillay. Facilitar esa labor pasa, por ejemplo, por tener acceso a la información digital (vídeos, imágenes, mensajes) que se generaron en aquellas horas. Desgraciadamente, según cuenta Sidoti, toda esa información «ha desaparecido de Internet». Y no tiene muchas esperanzas de poder recuperarla, a tenor de las maniobras obstruccionistas de Israel: todo el material del que disponen se recabó ese mismo día. «Si no hubiera sido así, no se habría podido obtener», dijo el ex comisionado de derechos humanos de Australia.
Sidoti ha sido especialmente elocuente a la hora de expresar el sentimiento de la población palestina que está sufriendo los ataques de Israel. «¿Cuántos más niños muertos y mutilados debe haber en Gaza para que el primer ministro Benjamin Netanyahu lo considere suficiente?», asegura que le preguntan las víctimas.
13.000 niños y niñas muertos
Unicef ha publicado una cifra aproximada de los menores de edad que han muerto bajo las bombas israelíes: 13.000. El número de niños y niñas heridos es similar. Y el de los que se han quedado huérfanos asciende a 19.000. Y esas cifras, según el programa de Naciones Unidas para la Infancia, «casi seguro» están «subestimadas».
De acuerdo con sus cálculos, un niño palestino muere o es herido cada 10 minutos en Gaza. «Sus cuerpos hechos añicos y sus vidas fracturadas son una prueba de la brutalidad que les ha sido impuesta», afirmó Tess Ingram, la portavoz de Unicef ante los medios de comunicación. «Con al menos 70 niños heridos cada día, es necesario que aumente el número de evacuaciones médicas para que los niños puedan recibir la atención médica que necesitan», añadió.