Lo que se está viviendo en Gaza en los últimos días es indescriptible. Desde el inicio de los ataques israelíes, las autoridades palestinas han contabilizado más de 2.300 muertos y más de 9.000 heridos en la franja, donde Israel espera entrar tras el aviso de evacuación. En este momento, el 70% de los refugiados del norte no cuentan con acceso a atención sanitaria. Las instalaciones están desbordadas e incluso los depósitos de cadáveres no dan más de sí, por lo que se están empezando a utilizar camiones refrigerados usados para el transporte de congelados y helados. La ONU cifra en un millón los desplazados en la franja desde el inicio de la guerra.
El ultimátum de Israel a la población civil para que dejen Gaza –aun estando dentro de una ratonera–, su decisión de invadir la franja de manera indiscriminada y el aval de la Comisión Europea tras el encuentro en Tel Aviv con Ursula von der Layen –posteriormente matizado– han generado una ola de manifestaciones y protestas ciudadanas en diversas ciudades en contra de lo que consideran un genocidio: «No en mi nombre», ha sido una de las frases más repetidas en los últimos días.
En un comunicado, los Veintisiete miembros de la UE han publicado su nueva posición común: «Condenamos enérgicamente los ataques terroristas indiscriminados de Hamás y reconocemos el derecho de Israel a defenderse dentro del derecho internacional y el derecho humanitario. Reiteramos la importancia de garantizar la protección de toda la población civil. Mantenemos firme nuestro compromiso con una paz duradera basada en la coexistencia pacífica de dos Estados», ha resumido el presidente español, Pedro Sánchez.
Gaza, vida o muerte
La situación es de «vida o muerte», según la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, la UNRWA, cuya directora ejecutiva, Raquel Martí, ha alertado de que Israel no permite la entrada de suministros humanitarios en Gaza. «Compañeros y amigos nos llaman y escriben para despedirse de nosotros. Estamos rotos. Nunca, en todos mis años trabajando he vivido una situación tan atroz. Estamos ante una situación que supera todos los calificativos. Va a significar un antes y después en la vida de Gaza», denunció.
Según ha informado, 14 trabajadores de UNRWA han fallecido hasta el momento: «Eran profesores, ingenieros, celadores, psicólogos y un ginecólogo. La protección de los heridos y los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, no es negociable según el derecho humanitario».
Con las tropas preparadas para atacar en la frontera, Israel ha anunciado este domingo que restablecerá el suministro de agua al sur de Gaza, donde están llegando miles de personas desplazadas desde el norte. «La unidad que hay dentro de nosotros transmite un mensaje claro al pueblo, al enemigo y al mundo. Hamás pensó que nos desintegraríamos; desintegraremos a Hamás«, ha dicho el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. “Nuestra responsabilidad ahora es entrar en Gaza, ir a los lugares donde Hamás se está preparando, actuando, planificando y lanzando”, ha añadido el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi.
Desde el inicio de los ataques, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) ha denunciado la muerte de al menos doce reporteros, dos más desaparecidos y ocho heridos.