Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados este miércoles 6 de abril, la diputada de EH Bildu Mertxe Aipurua ha sido una de las primeras en dirigirse a Pedro Sánchez. Su pregunta estaba encaminada a lograr un posicionamiento del presidente del Gobierno sobre el caso de la detención del periodista Pablo González, encarcelado en Polonia desde hace más de un mes acusado de ser un espía ruso.
Aizpurua ha denunciado en sede parlamentaria que González está siendo “privado de sus derechos más elementales” en un Estado miembro de la Unión Europea al no permitírsele recibir correspondencia ni comunicarse. Asimismo, considera que la acusación de espionaje es “inverosímil”.
El presidente Sánchez ha eludido dar su opinión sobre el tema y ha recalcado que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, “está al tanto de la situación” del periodista y que este ha mantenido contacto con su homólogo polaco y con el embajador de Varsovia. En ambos encuentros se ha transmitido a las autoridades la necesidad de garantizar la asistencia consular a González, algo “que ya ha recibido”, según el presidente de Gobierno, que cifra en dos las visitas consulares.
Asimismo, Pedro Sánchez ha asegurado que se le asignó un abogado de oficio al periodista, pero este lo rechazó para contar con sus propios letrados, Gonzalo Boye y una abogada polaca. “Quiero subrayar que a todas las personas españolas que se enfrenten a una situación tan difícil y compleja como pueda ser el ser detenido en un país extranjero les damos seguimiento y toda la atención posible, como no podía ser de otra manera”, ha añado el presidente.
En la repregunta, la diputada de EH Bildu ha insistido en que la detención estaría violando 18 artículos de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europa, además de atacar la libertad de prensa: “Un periodista no puede ni debe estar en esta situación de indefensión en un Estado europeo. Un Estado miembro de la UE como Polonia no puede vulnerar los derechos más básicos de un detenido; y usted y su Gobierno deberían hacer todo lo posible par aponer fin a esta violación de derechos en territorio europeo”.
A pesar de la insistencia de Aizpurua para lograr un posicionamiento de Ejecutivo, el presidente ha vuelto a eludir una condena clara de la detención, si bien ha señalado que tendrá la atención del Gobierno, “con independencia de los cargos que se le imputan: “Hay aspectos que no se pueden revelar, porque el señor González no quiere, y porque está en juego su presunción de inocencia”, ha explicado.
González fue detenido el 28 de febrero en Przemysl (Polonia) mientras cubría la crisis de personas refugiadas ucranianos como colaborador de laSexta y el diario Público. Las autoridades polacas le acusaron de pertenecer a la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor General de la Federación Rusa (GRU). Poco después se conoció que González tenía dos pasaportes, uno ruso y otro español, algo que se explica por los orígenes del periodista, quien nació en Moscú en 1982 bajo el nombre de Pavel Rubtsov y cambió su nombre cuando, tras el divorcio de sus padres, se trasladó a vivir a España con su madre.
Además de reconocer la doble nacionalidad, la ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmó que algunos días antes de la detención los servicios del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) habían visitado en España a los familiares de González en busca de información.
Durante estas semanas incomunicado, Pablo González solo ha recibido la visita de cónsul español en la Emabajada de Polonia en dos ocasiones. La primera, el 7 de marzo, y la segunda, el pasado 1 de abril. Tras este segundo encuentro, el diplomático ha informado a su esposa que el periodista “está bien y fuerte”, aunque ha perdido 10 kilos, según recoge el diario Público.es: “Está en forma, hace sentadillas y abdominales todos los días, no se queja de la comida, pero la situación es estresante y eso le quita el hambre”, le habría explicado.