Cortándose el pelo a bordo. FRANCA FERRARI / MSF
Los jugadores del partido se toman un descanso. Algunos se sirven té. Otros toman agua. Me acerco nuevamente a Marie Anne, la matrona a bordo. Cuando le pregunto sobre este proyecto de MSF, define el Geo Barents como una pausa. Un momento de calma entre la violencia de la que huyeron los supervivientes y los obstáculos que encontrarán una vez lleguen a tierra firme: “Notas mucho la diferencia de cómo llegan, con la mirada perdida. La vida ya no está ahí. Están sedientos, están cansados, están sucios. Tras unas horas, comienzas a ver como la vida resurge . El último día, el del desembarco, ya son otras personas. Lo puedes ver en su mirada. El poder de resiliencia que tienen es asombroso”, reconoce.
De estas pequeñas pausas es también de lo que trata este proyecto de Médicos Sin Fronteras. Convertir hogar muy lejos del hogar. Es jugar al críquet con una cuchara de madera; es cortarse el pelo y emprolijar la barba tras meses de no verse al espejo ; son las clases de italiano para aprender las frases más básicas con la que intentarán desenvolverse ante las autoridades; son los momentos de escuchar música de su país, en el que se disfruta de bailar y cantar; son los intercambios de conocimientos de lengua bangladeshí y las del resto de nacionalidades que hay entre los trabajadores a bordo (aquí todos estamos aprendiendo); son los cuidados médicos, las sesiones individuales de apoyo a la salud mental, los momentos de dibujo que permiten expresar emociones; son todas estas actividades, tan pequeñas y tan enormes, las que se realizan hasta llegar a puerto seguro, y convierten un barco en un hogar de cuidados sin fronteras.
Convierten el barco en su hogar. FRANCA FERRARI / MSF
Celebrar la vida
Abdul lanzará la pelota para el equipo inglés. Antes, le comunica a Margot, árbitro de esta jornada, que es la jugada final. El jugador estrella del equipo bangladeshí, Kamal, tiene muy en cuenta la limitada disponibilidad espacial a la hora de batear. En vez de batear alto y lejos, lo hace al estilo del hockey: corto y al ras del suelo. No vaya a ser que la pelota —la única pelota— salga disparada por la popa y se pierda en las inmensidades del mar Mediterráneo .
Bangladesh se consagra campeón. Todos los jugadores y los espectadores festejamos con abrazos, gritos eufóricos y algunos bailes. Se celebra. Del mismo modo que hace dos días y medio estas 36 personas de origen bangladeshí celebraron haber sobrevivido, haber sido rescatadas por el equipo de Médicos Sin Fronteras. Celebraron tener la oportunidad de soñar con tener una casa, formar una familia, trabajar, sentirse seguros. Celebraron estar vivos .
No debería costarles tanto a algunos, lo que a otros se nos fue dado.
Todos los nombres de los supervivientes han sido modificados. Por seguridad y respeto a su privacidad, no se muestran sus rostros.
*Franca Ferrari es licenciada en Relaciones Internacionales y magister en Estudios Migratorios. En la actualidad, es integrante del equipo de Comunicación de Médicos Sin Fronteras España.