Decenas de personas (algunos medios ya sitúan la cifra por encima de 50) han sido asesinadas en un campo de refugiados en Rafah, en un nuevo bombardeo efectuado por el Ejército de Israel el pasado 26 de mayo.
Según informó la agencia WAFA, las fuerzas de ocupación atacaron, con al menos ocho misiles, las tiendas de campaña de las personas que se refugiaban en un campamento de desplazados que se había establecido recientemente cerca de los almacenes de UNRWA al noroeste de Rafah.
La Media Luna Roja Palestina (PRCS) confirmó que las personas que estaban dentro de las tiendas, en su mayoría niños y mujeres, habían sido quemadas vivas. Esta institución informó de que sus ambulancias han transportado en las últimas horas a un gran número de fallecidos y heridos, tanto hacia la clínica Tal Al-Sultan como a los hospitales de campaña cerca del mar de Rafah.
El ataque al campo de Rafah fue la respuesta del Ejercito hebreo al lanzamiento de misiles sobre Tel Aviv, supuestamente por parte de Hamás, unas horas antes. Los proyectiles del grupo terrorista palestino apenas provocaron daños materiales y ninguna víctima mortal.
Zona “segura”
La PRCS indicó también que «este lugar se designó por la ocupación israelí como zona humanitaria» y que «los ciudadanos evacuados fueron obligados a desplazarse hasta allí».
A ello también se refiere la directora ejecutiva de UNRWA España, Raquel Martí. A través de la red social X, ha criticado la narrativa israelí alrededor de la evacuación y ataque a Rafah: «No sirve de mucho decir que la zona bombardeada por Israel en Rafah era la zona designada segura por ellos tras forzar a miles de personas a desalojar el este de Rafah. Ya dijimos en su día que era mentira. No hay, ni nunca ha habido, zonas seguras en Gaza».
Martí también ha manifestado que «las imágenes que llegan de Rafah son de las peores que hemos visto desde que comenzó la ofensiva sobre Gaza. Los bombardeos sobre tiendas de campaña dejan decenas muertos y personas quemadas por los incendios creados por el ataque».
Según los datos difundidos por WAFA, el Ejército israelí ya ha matado a 35.894 personas y ha herido a 80.643. Miles de víctimas, añaden, continúan «bajo los escombros o esparcidas por las carreteras».
Caso omiso a la Corte Internacional de Justicia
Estos bombardeos llegan sólo dos días después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenara a Israel detener su ofensiva militar contra Rafah y abrir el cruce de esa ciudad del sur de Gaza con Egipto para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
En un fallo de emergencia solicitado por Sudáfrica, los magistrados del máximo tribunal judicial de las Naciones Unidas también determinaron que Israel debía dar acceso a la Franja de Gaza a cualquier misión de investigación de la ONU e informar sobre los avances de cumplimiento de la orden en un mes.
El presidente de la Corte, Nawf Salam, indicó que Israel debe aplicar la orden «de conformidad con sus obligaciones en virtud de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, y en vista del empeoramiento de las condiciones de vida que enfrentan los civiles en la gobernación de Rafah».
«El Estado de Israel debe detener inmediatamente su ofensiva militar en Rafah y cualquier otra acción que pudiera infligir al pueblo palestino en Gaza condiciones de vida que provoquen su destrucción física total o parcial», dictó la sentencia del tribunal.