A pocos meses de las elecciones al Parlamento Europeo, previstas para el 9 de junio, el eurodiputado Miguel Urbán sabe que no volverá a ser candidato . Su organización, Anticapitalistas, anunciaba públicamente el pasado miércoles 3 de abril la decisión de no concurrir a estas elecciones para centrarse en lo que llaman “recomposición militante, implantación e impulso de luchas”, esto es, trabajar hacia dentro y hacia afuera para construir un espacio al margen de las actuales izquierdas institucionales.
La formación abandonó la coalición con Podemos hace ya cuatro años, cuando la pandemia azotaba el planeta y el partido de Pablo Iglesias pasó a formar parte del Gobierno de coalición con el PSOE de Pedro Sánchez, una estrategia que los Anticapitalistas no apoyaron y que terminó por cerrar la relación que se inició cuando se fundó la marca morada en 2014. Urbán había sido elegido como parlamentario en Bruselas un año antes de esta salida y, tras varios años en las instituciones, reflexiona acerca del papel de estas para la izquierda radical, el auge de las extremas derechas, la diferencia de trato y de relato en la UE respecto a la guerra en Ucrania y el «genocidio» en Palestina , y la derivada escalada bélica y autoritaria global.
A pesar de ser eurodiputado y trabajar dentro de las instituciones europeas, se declara profundamente europeísta pero contrario a la Unión , a la que considera la “maquinaria perfecta de engranaje neoliberal a nivel mundial”, para la que “no hay posibilidad» de reformarla. Pero insiste en marcar distancias con el discurso euroescéptico de la extrema derecha , que, según él, ya no reniega de la UE, pues “no se quieren salir de un club que pueden gobernar». Urbán analiza a esta nueva extrema derecha en su libro recién publicado, Trumpismos: neoliberales y autoritarios. Radiografía de la derecha radical (Ed. Verso, 2024).
El eurodiputado explica en esta entrevista cómo las instituciones europeas han cumplido ya en gran medida el programa de la extrema derecha en materia migratoria, y como esta, a pesar de presentarse como antiestablishment , nunca cuestiona la arquitectura económica de la UE . “Firma y pacta todos los acuerdos comerciales”, contesta cuando se le pregunta por el papel de los radicales de derecha en la política agraria que ha provocado numerosas protestas en varios países y que, además, tratan de capitalizar.
“En lo económico y en lo geoestratégico no habría mucha diferencia si gobierna la extrema derecha”, afirma Urbán. “¿Qué ha cambiado Meloni de Draghi? No hay cuestionamiento de las políticas liberales de Draghi . Hace una retórica más anti-inmigración, más anti-derechos, más retórica anti-LGTBI y antifeminista… Pero las políticas son las mismas”, asegura. Con este y otros ejemplos, el eurodiputado explica lo que se conoce como “lepenización de los espíritus» , esto es, haber logrado correr el marco ideológico hacia la derecha, provocando que el resto de partidos asuman poco a poco las propuestas de la ultraderecha. Pone el ejemplo también de Dinamarca, donde los socialdemócratas aplican medidas incluso más duras que en otros países donde gobierna la extrema derecha. Sobre la derecha conservadora y liberal europea, Urbán dice que el viraje es más evidente: “Les quedan pocas cosas ya que les diferencien” .
Respecto a conflictos como el de Ucrania y Palestina, no toda la izquierda europea ha actuado al unísono. A pesar de manifestar su condena a la invasión rusa, votó en contra del envío de armas a Ucrania y criticó el papel y los intereses de la OTAN en este conflicto. “Ucrania ha sido la gran coartada para aplicar toda la agenda militarista y de remilitarización de Europa que estaba en el cajón” , afirma. Según el eurodiputado, la UE llevaba tiempo intentando rearmarse, “sobre todo tras el Brexit, el gran opuesto a una integración militar”, pero hasta ahora “había un rechazo popular muy fuerte”. Y recuerda lo que dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, cuando se consensuó la implicación de la UE en el conflicto: “En 15 días mandando armas coordinadamente a Ucrania se ha avanzado más en la remilitarización de Europa que en 15 años” .
En el caso de Palestina, Urbán, que visitó recientemente el paso fronterizo de Rafah, en Egipto, junto con otros eurodiputados para exigir el paso de la ayuda humanitaria, se ha enfrentado incluso a algunos miembros de su propio grupo de la Izquierda Europea . Algunos de estos, principalmente de Alemania, mantienen una postura ya no equidistante sino complaciente con las actuaciones de Israel. “No es la mala conciencia de los alemanes o de los europeos”, argumenta, sino que “tiene una explicación política, material. No hay que psicologizar las decisiones de la UE. No tiene nada que ver con el Holocausto, es una decisión geopolítica”, afirma, a la vez que señala a Israel como “colonia europea en Oriente Próximo” .
Urbán reflexiona sobre los cambios políticos y globales en este primer cuarto de siglo, desde que empezó a implicarse en política y pasó por los movimientos antiglobalización. También sobre el papel de las nuevas izquierdas en las instituciones y cómo está cambiando la política en nuestro país estos últimos años. “Se intentó vender que el asalto institucional era muy fácil, y había que explicar que por ganar unas elecciones no íbamos a cambiar las cosas” , reconoce. Al mismo tiempo, hace hincapié en la necesidad de “estructuración de todo un movimiento popular que desbordara esas instituciones”: “No era un fin en sí mismo sino un medio. Hemos puesto mil pies en las instituciones y uno en la calle. Eso es no entender que estas instituciones no son nuestras ni representan nuestros intereses de clase, y que venimos a acabar con ellas”, concluye.
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