“Hoy es lunes 12 de febrero de 2024. Me desperté a medianoche a causa de un bombardeo y no pude volver a dormirme”. Así comienza el audio enviado por una doctora palestina desde Rafah, la ciudad de la Franja de Gaza, cerca de la frontera con Egipto, en la que actualmente se refugian alrededor de 1,5 millones de personas, seis veces más que antes del inicio de la masacre. El audio y los mensajes de la doctora han sido publicados por Médicos Sin Fronteras (MSF), que no ha desvelado el nombre de la sanitaria.
“Hacia las 5 de la mañana hubo un ataque aéreo muy fuerte y al principio pensé que era mi casa la que había sido alcanzada. En cuestión de segundos, pensé en mis hijos y oí cosas cayéndose por la habitación. Así que cubrí con las sábanas a mi hija pequeña, que dormía sobre mi brazo, y fui corriendo a ver cómo estaba el resto. Mi hija mediana dormía a mi lado. La cubrí con mi cuerpo. Un montón de cosas caían sobre mi espalda, golpeándome. Cascotes, maderas… muchas otras cosas que ni siquiera sé lo que eran. Todo en cuestión de segundos”, continúa en el audio la mujer. Al fondo, se escucha el sonido de una película infantil.
La mujer asegura estar viviendo en la buhardilla de unos familiares, los cuales no resultaron heridos tras el bombardeo. Tras el ataque, decidieron salir a la calle. Al volver, comprobaron que las ventanas y las puertas habían sufrido desperfetos: “Hemos perdido muchas cosas, pero al menos estamos vivos”, celebra.
La doctora continúa explicando su situación: “Un amigo me llamó para preguntarme si estaba bien, pero, para hacer honor a la verdad, ya he olvidado qué significa estar bien. Aquí lo que nos preguntamos todo el mundo es, simplemente, si estamos vivos. No es fácil aguantar en esta situación”.
A partir de ese momento, comienza un relato estremecedor de lo ocurrido mientras exploraban la vivienda: “En nuestra casa, mientras comprobábamos los daños, encontré pedazos de carne humana. Encontramos una extremidad inferior entera, perteneciente a alguien que no sabemos ni quién es. Cuando vi los trozos de carne en el suelo, lloré”. La doctora palestina asegura ser consciente de que “este mensaje no significa nada para mucha gente y que tampoco servirá para cambiar nada”, pero tiene la certeza de que si no han muerto ahora, lo harán “en el próximo ataque aéreo o en el siguiente. Y para ser sinceros, aquel que muere puede considerarse afortunado”.
La mujer asegura que “el que sobrevive está condenado a sufrir una y otra vez, como si fuera víctima de una maldición; abandonado por todo el mundo”: “No es justo. No sé cómo la gente puede dormir sabiendo que nuestros hijos sufren esta injusticia. Sólo somos civiles. Yo soy médica. Mi marido es médico. Y estamos sufriendo desde el primer día de esta guerra”.
Al día siguiente, el pasado martes 13 de enero, la colaboradora de Médicos Sin Fronteras envió algunos mensajes de texto a la organización: “He escrito los nombres de mis hijos y de mi familia en sus muñecas y en sus piernas para que nos puedan identificar si nos bombardean y destruyen el lugar donde estamos. ¿Alguno de vosotros se ha sentido así antes de que empiece la noche y ha tenido que permanecer despierto esperando a que algo semejante ocurra?”, reza el primero de los mensajes, antes de añadir: “Sobreviví, pero mi mente no”.
Tanto ella como su hija, asegura, están enfermas y heridas, en su caso por la piedras y maderas que calleron encima de su espalda mientras trataba de proteger a la pequeña tras el bombardeo. En esas condiciones, sin embargo, tienen que limpiar y tratar de arreglar las ventanas y las puertas del lugar: “No tenemos otro sitio donde ir”.
Finalmente, la mujer vuelve a pronosticar un doloroso futuro: “Moriremos. Todos nosotros. Esperemos que lo suficientemente pronto para detener el sufrimiento que estamos viviendo cada segundo”.
El “apocalipsis” de Rafah
La ciudad palestina de Rafah se ha convertido en uno de los pocos refugios posibles para la población gazatí tras las diferentes incursiones de las Fuerzas Armadas israelías que han ido arrinconado a los palestinos y palestinas cerca de la frontera con Egipto. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha pedido “a todos los actores responsables que detengan el genocidio y la destrucción de Israel contra el pueblo palestino y eviten una matanza en masa” en la ciudad. La última maniobra de Israel para liberar a dos israelíes tomados como rehenes ha provocado al menos 69 muertes.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha definido como “aterradora” la posibilidad de que el ejército israelí pueda llevar a cabo una nueva operación militar en la zona: “Hoy, lamentablemente, dada la carnicería causada hasta ahora en Gaza, es totalmente imaginable lo que les espera en Rafah”, dijo Türk.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), por su parte, ha notificado un “aumento” de los ataques en la zona y ha alertado de que “no será capaz de llevar a cabo operaciones de forma efectiva o segura desde una ciudad bajo el asalto del Ejército israelí”. Las últimas cifras elevan a más de 28.300 los palestinos muertos desde el inicio de los ataques israelíes.