Son conservadores, católicos y tienen cientos de miles de seguidores en Instagram. Van a misa, a los toros o a la hípica. Cumplen todos los clichés asociados a una derecha elitista y religiosa. Encajan en el estereotipo de lo que ha pasado a llamarse cayetano. Se posicionan en redes en contra del aborto y también lo han hecho recientemente en contra de la futura Ley de Amnistía. Apuestan por un modelo de familia tradicional. Y, en alguna de sus bodas, retransmitida en directo por la revista Hola, ha llegado a sonar el himno nacional.
Tamara Falcó, María García de Jaime, Tomás Páramo, Victoria Federica Marichalar o María Pombo (la del himno nacional/nupcial) son algunos de los influencers conservadores que marcan tendencia. No solo lo hacen en redes sociales. Ante el auge de este fenómeno, la mayor parte de ellos han dado el salto a plataformas audiovisuales internacionales como Netflix o Amazon Prime. La última que lo ha hecho ha sido María Pombo, líder de una saga familiar conservadora que lleva años exhibiendo su vida en redes sociales.
«Soy una niña normal, de una familia normal y con unos valores bastante marcados». Así se presenta esta madrileña de 29 años en el docu-reality que acaba de estrenar Amazon. La más pequeña del clan Pombo tiene más de 3 millones de seguidores en Instagram y más de medio millón en TikTok. El resto de su familia también está en redes y explota el negocio de exponer su vida.
Esta joven, madre de dos hijos, no ha escondido nunca su ideología. La hemeroteca está plagada de las polémicas que ha protagonizado. «Lo que está pasando en España es un claro ejemplo de que cada vez nos alejamos más de una democracia y una igualdad para todos los ciudadanos», aseguró en sus redes sociales dos días después de que Junts y el PSOE sellasen el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Y se justificó: «Es tan triste lo que estamos viviendo que no me puedo quedar callada».
Un encuentro ultracatólico
Tamara Falcó, con millón y medio de seguidores en Instagram, es otro de los referentes de este movimiento de influencers conservadores. Al igual que María Pombo, protagoniza un docu-reality. Marquesa, ultracatólica y miembro de una de las familias más conocidas del papel cuché de nuestro país, ha utilizado su altavoz mediático y la tertulia semanal a la que acude en El Hormiguero para criticar al Gobierno, posicionarse en contra del aborto y contar cómo se refugia en Dios cuando tiene problemas: «Tengo una aplicación en el móvil para encontrar misas allá donde voy», explicaba a comienzos de diciembre en una entrevista en El País.
Con 19 millones de seguidores en TikTok, Twin Melody también apuestan por incluir en su contenido mensajes evangelizadores. Las hermanas Paula y Aitana Etxeberria, que están al frente de ese perfil, participaron en la última edición del Benidorm Fest. En esa misma línea, el fenómeno musical más reciente, Íñigo Quintero, tiene raíces religiosas. Su canción Si no estás, que fue lo más escuchado en Spotify a finales de octubre, cosechó en un solo día (24 de octubre) más de 5,7 millones de reproducciones, según Billboard. El primer impulso a este hit fue promovido por oraciones virtuales publicadas en YouTube, tal y como analizó El País. Antes que Quintero, Hakuna había conseguido hacerse un hueco en las playlists de un sector de la juventud. Este grupo de pop cristiano tocará en el Wizink Center el 6 de enero.
De todos ellos, la única que ha dado un paso al frente y ha adoptado un perfil político más activo ha sido la aristócrata e hija de Isabel Preysler. Participó en la última edición del Congreso Mundial de Familias, un evento que se ha convertido en un gran punto de encuentro para organizaciones ultracatólicas americanas y europeas. Otros años, este encuentro ha acogido a líderes de extrema derecha como Matteo Salvini, Giorgia Meloni o Viktor Orbán.
En la edición de 2022, celebrada en México, Falcó compartió panel con el actor y productor mexicano Eduardo Verástegui. Un año después de su celebración, Verástegui ha dado el salto a la política y pretende hacerse un hueco en la carrera presidencial mexicana de 2024 al frente de una candidatura de extrema derecha con el lema «Dios, patria y familia».
El de Verástegui es uno de los perfiles más destacados entre los influencers conservadores latinoamericanos que ha identificado el investigador de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) José Manuel Morán Faúndes. «La extrema derecha en general, y el neoconservadurismo en particular, se muestra más joven y renovado», explica. «Aunque sus ideas no sean necesariamente nuevas, sus rostros y mensajes tratan de mostrar una frescura capaz otorgar a los sectores más jóvenes una lectura de la cotidianeidad que los/as interpele», apunta en el artículo académico titulado ¿Cómo cautiva a la juventud el neoconservadurismo? Rebeldía, formación e influencers de extrema derecha en Latinoamérica.
Para realizar esta investigación, Morán Faúndes ha analizado cuentas en redes sociales de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y México. Y concluye que hay dos perfiles que han permeado con fuerza en la juventud: influencers religiosos y lo que denomina «influencers intelectuales». En aquellos casos en los que se incluyen comentarios evangelizadores, la fe «opera como matriz articuladora de historias de vida que buscan motivar al público, en especial al más joven, para abrazar la causa neoconservadora».
En este tipo de perfil, que reivindica y presume de su fe, se puede enmarcar a Tomás Páramo y a María García de Jaime. Una pareja de influencers que tuvieron a su primer hijo con 19 años, cuando los dos estaban todavía estudiando en la universidad. Desde entonces, han devenido activistas en contra de la interrupción voluntaria del embarazo. Ya casados y convertidos en familia numerosa, hacen de sus valores y sus creencias un eje de su relato en redes.
Las nuevas vedetes de Aznar
La derecha «tiene claro que las redes sociales son su mejor altavoz y arma propagandística», apunta Anna López, doctora en Ciencia Política y experta en extrema derecha. En su explicación recuerda cómo la plataforma conservadora Neos, impulsada por el exministro del PP Jaime Mayor Oreja, publicó un vídeo el año pasado en el que reivindicaba celebrar el 12 de octubre y quitarse «los complejos». «Eres facha», fue el título de la campaña a la que trataron de dar un toque irónico. Analizando esta estrategia, López recupera a figuras como Norma Duval para concluir que «los influencers de derechas que ahora marcan tendencia juegan el mismo papel que las vedetes que utilizaba el Partido Popular en sus campañas de los años noventa con José María Aznar».
Con un contenido más agresivo, así identifica Morán Fáundes a los «influencers intelectuales». «Son haters», aclara en conversación con lamarea.com. «Tienden a buscar un posicionamiento como expertos/as o voces autorizadas dentro del campo neoconservador», añade. En esa categoría sitúa al politólogo argentino Agustín Laje. En España, youtubers como Roma Gallardo, Un Tío Blanco Hetero o Infovlogger (este último, fue uno de los presentadores de las campanadas de la ultraderecha frente a la sede de PSOE en Madrid, durante las cuales deseó un «feliz 1936 para los putos rojos de mierda») difunden y expanden contenido misógino y negacionista de la violencia de género, tal y como alertaron investigadoras de fundación Fad Juventud en el informe Jóvenes en la Manosfera.
Informados por TikTok
Este tipo de prescriptores se han convertido en líderes de opinión entre un sector de la juventud. Actualmente, el 20% de los menores de 25 años utiliza TikTok como fuente de información. Así se desprende del último estudio anual del Instituto Reuters sobre consumo de información. Además, este análisis concluye que en plataformas como TikTok, Instagram y Snapchat las audiencias prestan más atención a famosos e influencers que a periodistas.
Junto a las estrategias online para cautivar a la juvetud, Morán Fáundes también señala el papel que juega la «rebeldía» como una idea «readaptada y apropiada por sectores neoconservadores de derecha y extrema derecha».
«Es el lenguaje que encuentran para expresar su descontento social», añade la profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense Mónica Cornejo, que sostiene que «está en la naturaleza de la juventud» reivindicarse y «contestar» aquellos «valores» que se han «estabilizado» en la sociedad.
En España, Cornejo considera que el sector juvenil seducido por la extrema derecha se ha educado en un modelo muy determinado, «el concertado religioso». «Estamos hablando de jóvenes que se han escolarizado coincidiendo con la última gran movilización de la Iglesia católica, en los años 2004-2005. Han vivido su infancia en un sistema educativo que en esa época se radicalizó. Esos chavales tienen 20 años y ahí están, en Ferraz», añade la docente, que alude a las movilizaciones ultraconservadoras que se produjeron frente a la sede del PSOE a lo largo del mes de noviembre.
Pinochet y los jóvenes
La preocupación por un sector de la juventud radicalizado, impulsado por movimientos ultraconservadores, no es únicamente nacional. La expresidenta chilena y ex alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, apuntó en un encuentro en la Universidad de Columbia (Nueva York) que un sector de la juventud de su país asegura que el «mejor gobierno de la historia fue el de [Augusto] Pinochet».
El año pasado se cumplieron 50 años del golpe de Estado en Chile. Allí, la juventud afronta polarizada el papel del dictador: un tercio no se pronuncia sobre el golpe, un tercio lo justifica y otro tercio lo rechaza completamente, según los datos de la encuesta elaborada por CERC-MORI para evaluar la memoria histórica del país latinoamericano. En Argentina, un sector de la juventud también ha contribuido a la victoria de Javier Milei, según ha analizado la prensa local.
«Me parece que estamos viviendo la tormenta perfecta», indica Morán Faúndes, quien sostiene que actualmente hay una sinergia de movimientos ultraconservadores, como organizaciones de extrema derecha o asociaciones antiabortistas, que han optado por apostar por una causa común y compartir estrategias. Aun así, él y el resto de politólogos consultados por lamarea.com aseguran que no se puede generalizar afirmando que la juventud se haya decantado por posicionamientos ultras. En España, por ejemplo, el barómetro de noviembre del CIS estimaba que el 10% de los menores de 25 años votaría a Vox en caso de una repetición electoral.
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