“Sólo hay democracia dentro de la Constitución”. Manifestando su respeto a las personas que se han manifestado «pacíficamente» estos días, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha iniciado así la sesión de investidura con la que, salvo sorpresa, volverá a ser presidente del Gobierno. Y tras la que, salvo sorpresa, se espera una dura oposición sobre un eje repetido por el PP y la extrema derecha: la ilegitimidad del gobierno de Pedro Sánchez y la necesidad de repetir elecciones. «Lo que se escuchará hoy y mañana aquí cuenta con la máxima legitimidad porque representa lo que salió de las urnas», ha insistido Sánchez.
El debate se produce casi cuatro meses después de las elecciones del 23-J y tras la investidura fallida del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien lleva protagonizando desde entonces esa dura estrategia de oposición con la ley de amnistía de fondo.
Sánchez, por tanto, ha llegado a esta sesión en mitad de un clima tenso en las calles, donde incluso se han concentrado los jueces que están en contra del lawfare incluido en el acuerdo entre PSOE y Junts pero no en la propia ley de amnistía, de la que Europa, además, ya ha dicho que se trata de un asunto doméstico.
Desde el principio, el líder del PSOE ha optado por internacionalizar su intervención y el problema al que se enfrenta el mundo, que es el aumento de la agenda reaccionaria y la violación de derechos humanos. Así, ha recordado la guerra en Ucrania y ha afirmado que su gobierno trabajará con Europa para reconocer el Estado palestino. A partir de ahí, ha comparado las propuestas extremas que están condicionando el estado del bienestar y el crecimiento de los regímenes autoritarios, que es de lo que la derecha y la ultraderecha lo acusan a él.
“O la democracia responde proporcionando seguridad o la inseguridad acabará socavando la propia democracia», ha zanjado. «Me refiero a las propuestas de la extrema derecha, reaccionarias, que cuestionan los derechos humanos, el feminismo, la ciencia, el cambio climático. Y las que acaban por parasitar a los partidos de derecha tradicionales», ha afirmado, en referencia a Trump y el partido republicano o «la derecha tradicional argentina arrollada por el discurso reaccionario de Milei».
«Este es el problema al que se enfrenta el mundo, Europa y España», ha resumido, en una clara acusación al PP de dar alas a la ultraderecha en España tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado mayo: «Aquella noche, Feijóo se adentró en el camino de perdición que había iniciado meses antes en Castilla y León y unió su destino a la ultraderecha. Se sumó a Trump, Le Pen, Orban y Abascal«.
Como el pasado 23-J, Sánchez ha dicho que la decisión, hoy, está entre avanzar o retroceder. «Por cierto, nosotros somos tan españoles como ustedes, no somos menos españoles«, ha dicho seguido de un aplauso de sus filas. Además, ha hecho un repaso por el recorte de derechos de los gobiernos del PP y de VOX. Y ha anunciado un pacto de Estado por los derechos LGTBI tras las políticas en contra de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Sánchez ha sido interrumpido en varias ocasiones por la bancada de la oposición.
La ley de amnistía
Tras realizar una serie de anuncios a favor de la sanidad pública, la educación pública, los servicios públicos –transporte público gratis para menores, jóvenes y desempleados– y mejoras laborales –»trabajar para vivir; y no vivir para trabajar»–, el líder del PSOE ha dejado para el final la ley de amnistía. Para defenderla, ha recurrido a la concordia de la transición, a la convivencia. Y ha negado que su partido sea partidario de ningún referéndum de independencia.
«¿Qué prefiere la gente: la Catalunya de 2017 o la Catalunya de 2023?», ha preguntado. «El diálogo, la generosidad y el perdón han ayudado a restaurar las heridas de nuestra sociedad», ha respondido. «Toca hacer de la necesidad virtud por el interés general«, ha añadido. «El problema del PP con VOX no es la ley de amnistía, el problema del PP con VOX es que no aceptan el resultado electoral del pasado 23 de julio».
Según los acuerdos alcanzados hasta el momento, Sánchez superará la investidura en la primera votación, con 179 diputados y diputadas, tres más de la mayoría absoluta. Únicamente PP, VOX y UPN votarán en contra, como vienen avanzando desde sus propias sedes y las calles, donde se gritan expresiones como “golpe de Estado” o “dictadura”.