Gracias a ellas –y a pesar de ellos–, el fútbol femenino está viviendo días felices. De loas, homenajes y autobuses descapotables. Jornadas de gloria que chocan bruscamente con la realidad. Mientras todos se deshacen en elogios a las campeonas, las futbolistas luchan por mejorar unas condiciones salariales que evidencian una brecha colosal con sus compañeros de profesión. Y no se trata de cobrar lo mismo, como muchas de ellas han reiterado, sino de alcanzar la dignidad.
El 15 de agosto de 2020 se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el primer Convenio colectivo para las futbolistas que prestan sus servicios en clubes de la primera división femenina de fútbol, que establecía un salario mínimo de 16.000 euros brutos anuales por trabajar a jornada completa.
En abril de 2023, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y LaLiga alcanzaron un acuerdo para la actualización y modificación del Convenio Colectivo para la actividad del fútbol profesional en España. Estatuyó un sueldo mínimo de 182.000 euros para los futbolistas de primera división y de 91.000 para los de segunda.
Menos sueldo que los futbolistas de la tercera división
Las diferencias son notorias, y se siguen dando (lógicamente, en menor magnitud) si se mira más abajo. Según las Bases de Competición para la temporada 2023/2024, en la Primera Federación masculina (la tercera categoría del fútbol de hombres en España) –que han sido elaboradas por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF)– los clubs, para inscribirse en la competición, deberán “garantizar un salario mínimo de 35.000 euros anuales con dedicación completa para todos los jugadores mayores de 23 años que dispongan de licencia P, siempre que los ingresos por la cesión de los derechos de televisión sean de un mínimo de 500.000 euros de media por equipo, cuando se hayan comercializado de forma conjunta. Un salario mínimo de 28.000 euros anuales cuando el ingreso medio por equipo por la venta centralizada sea superior a los 350.000 euros, y de 20.000 euros en cualquier otra circunstancia y momento”.
En las Bases de la Primera Federación femenina (que, además, en el caso de las mujeres, es la segunda categoría, y no la tercera) no se exige salario mínimo.
La negociación del convenio colectivo para el fútbol femenino
El pasado 21 de julio de 2022 se constituyó la mesa negociadora del Convenio colectivo de fútbol femenino de la competición profesional de primera división femenina. En mayo de 2023, los cinco sindicatos del banco social que componen la mesa negociadora (FUTPRO, AFE, Futbolistas ON, CCOO y UGT) emitieron un comunicado asegurando que, tras multitud de reuniones con la Liga F (la Liga Profesional de Fútbol Femenino), no se había avanzado nada.
La propuesta de los sindicatos consiste en firmar un convenio colectivo de tres años, en el que el último año deba alcanzarse un salario mínimo de 30.000 euros, “así como quitar la parcialidad y que el salario tenga efecto retroactivo”.
Desde FUTPRO justifican esta proposición en que la propia Liga F les comunicó que iban a “ingresar 35 millones de euros durante los próximos cinco años por los derechos audiovisuales vendidos a Dazn, y 42 millones por los activos comerciales, tras un acuerdo con LaLiga, sumando un total de 77 millones de euros en cinco años. Además, el Consejo Superior de Deportes (CSD) va a inyectar un total de 22,5 millones a Liga F y clubes y SADs para ayudarles en las infraestructuras durante los tres próximos años”.
La contraoferta de la Liga F, según el mismo comunicado, consistía en aumentar el salario a 16.500 euros para la temporada 2022-2023, 17.500 euros para la 2023-2024, y 19.000 euros para la 2024-2025.
Las futbolistas van a la huelga
En la actualidad, las negociaciones siguen estancadas y las futbolistas han decidido convocar una huelga coincidiendo con las dos primeras jornadas de la Liga F: de las 00:00 horas del día 8 hasta las 24:00 del día 10; y de las 00:00 horas del 15 hasta las 24:00 h del 17.
«La Liga F es una de las mejores ligas del mundo a nivel de talento, donde juega la mayor parte de las actuales campeonas del mundo, por lo que el salario de sus protagonistas debe ir acorde a ello, porque si esto no ocurre perderemos ese talento a favor de ligas extranjeras, que si les aportan condiciones laborales dignas”, destacan en FUTPRO.
Es un momento clave, afirman, “para defender los derechos laborales» de las futbolistas y «tener el compromiso de que desde las instituciones que componen la industria del fútbol femenino apuestan por su desarrollo y por el bienestar de las protagonistas”.
La Marea ha enviado un cuestionario a la Liga F que no ha sido respondido. Desde FUTPRO, con quien también se ha puesto en contacto este medio, han señalado que, tras los comunicados y la rueda de prensa junto a la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, no se realizará ningún tipo de declaración o entrevista a medios de comunicación por parte de sus portavoces.
Los sueldos de las estrellas
En el salario mínimo de las y los futbolistas, las desemejanzas son claras. Si se consulta lo que cobran las estrellas en España, aparece el abismo.
Por ejemplo, la web Capology indica que el futbolista mejor pagado del Fútbol Club Barcelona masculino es el holandés Frenkie de Jong, con un sueldo de 37,5 millones de euros al año. Alexia Putellas, nombrada dos veces como la mejor jugadora del mundo, cobra, con datos de Relevo, alrededor de 800.000 euros al año. Y eso que el club culé es uno de los que más y mejor ha fomentado el fútbol jugado por mujeres.
En el eterno rival, el Real Madrid, el rango de salarios –según la misma publicación– va de 30.000 a 130.000 euros. Toni Kroos, el mejor pagado en la plantilla masculina, ingresa 24,38 millones de euros, de nuevo a tenor de lo publicado por Capology.
Inspección de Trabajo envía cartas informativas a los clubs por las diferencias retributivas
Una semana y un día después del beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso, la presidenta de FUTPRO, Amanda Gutiérrez, se reunió con Yolanda Díaz. En la rueda de prensa posterior, y refiriéndose al acto machista de Rubiales, Gutiérrez afirmó que no era un hecho puntual, “sino un problema estructural del sistema de organización del fútbol» en España. «Es algo que sufren las futbolistas cada día de su carrera. Se tienen que enfrentar a este tipo de discriminaciones y muchas otras”, afirmó.
También, muchas veces, al silencio. En el caso de Rubiales, la selección masculina se ha pronunciado, al fin, esta semana, después de que el TAD impidiera al Gobierno suspender al directivo. «Queremos rechazar lo que consideramos unos comportamientos inaceptables por parte del señor Rubiales, que no ha estado a la altura de la institución que representa», dice el comunicado que leyó este lunes Álvaro Morata, el capitán del equipo. No piden su dimisión.
Mientras, la ministra de Trabajo en funciones ya había anunciado que, desde el Ministerio, habían empezado a enviar cartas informativas a los clubs, “con carácter previo al requerimiento”, centradas en dos aspectos: “las diferencias retributivas y los planes de igualdad”.
Cuando se habla de diferencias retributivas, señaló Díaz, “se habla de discriminación, es decir, de vulneración de los derechos fundamentales”. Se refirió, además, al artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores, que trata sobre la igualdad de remuneración por razón de sexo.
También mencionó la Ley del Deporte, que, en su artículo 4.9 apunta a que “las federaciones deportivas españolas y las ligas profesionales estarán obligadas a garantizar un trato igualitario entre ambos sexos en eventos y competiciones deportivas. A tal efecto, deberán garantizar la igualdad en las condiciones económicas, laborales, de preparación física y asistencia médica, y de retribuciones y premios entre deportistas y equipos femeninos y masculinos de una misma especialidad deportiva”.
Cabe destacar que las futbolistas de la Selección Española se llevan 250.000 euros por ganar el pasado Mundial. Por debajo de los 400.000 euros que hubieran ganado los chicos de haber vencido en el último Campeonato del Mundo disputado en Qatar.
