La Unión Europea ha preparado un paquete de sanciones económicas para Rusia tras su ataque a Ucrania, pero este se aplicará de forma graduada. Los Veintisiete se reunieron ayer en Bruselas para acordar estas medidas, que calificaron de «masivas y severas» , pero no inmediatas. Entre ellas destaca la limitación de acceso de Rusia a los mercados europeos de capitales. «Estas sanciones aumentarán los costes de endeudamiento de Rusia, aumentarán la inflación y erosionarán gradualmente la base industrial de Rusia», aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también anunció sanciones similares, haciendo hincapié en «limitar la capacidad de Rusia para hacer negocios en dólares, euros, libras y yenes». Washington confía en mantener así al Kremlin apartado «de la economía global». «Putin será un paria en el escenario internacional» , aseguró Biden. La efectividad de estas disposiciones, sin embargo, son una incógnita para muchos analistas internacionales. Sobre Rusia pesan sanciones económicas desde que se anexionara Crimea en 2014 y eso no ha impedido que actuara nuevamente contra Ucrania.
El pasado mes de diciembre, un congresista del Partido Demócrata, Seth Moulton, visitó Kiev y recomendó actuar de forma ágil contra Rusia: «Putin se mueve rápido. Y nuestra administración debe responder rápido». No obstante, la analogía que usó para explicar esta velocidad de respuesta no fue la más afortunada y resume, de alguna manera, el efecto real que las sanciones económicas pueden tener sobre el mandatario ruso: «Si Putin invade Ucrania, quiero que sepa que en los siguientes cinco minutos tendrá problemas para comprar un refresco en una máquina expendedora».
Otra de las medidas ideadas por la UE para castigar a Moscú es reducir su acceso a «tecnologías cruciales», adelantó Von der Leyen. A su juicio, esto «penalizará gravemente» la economía rusa al privarle de componentes electrónicos y de software imprescindibles para su desarrollo. Pero si China mantiene su apoyo a Putin, lo cierto es que el embargo tecnológico europeo tendría consecuencias inapreciables. También Biden fue cuestionado sobre este punto en una conferencia de prensa en la que se le vio abrumado por la cantidad de informadores que asistieron y el volumen que utilizaron para dirigirse a él. «¿Ha hablado con China sobre la posibilidad de que bloquee a Rusia?» , gritó un periodista para imponerse a las demás voces. «No estoy preparado para contestar a esa pregunta en este momento», respondió Biden.
En las últimas horas, hemos conocido también la decisión de la organización empresarial GSMA -coordinadora del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona- de dejar a Rusia sin pabellón propio en este congreso, tras condenar «enérgicamente» la invasión rusa de Ucrania, como recoge EFE .
La sede de la Comisión Europea, en Bruselas, se iluminó anoche con los colores de la bandera de Ucrania. CLAUDIO CENTONZE / UNIÓN EUROPEA
Mientras Bruselas cavila sobre cómo perjudicar al bolsillo ruso, las bombas siguen cayendo sobre Kiev y los soldados rusos entran hoy, 25 de febrero, con tanques en sus calles. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se ha negado a reconocer al Gobierno ucraniano como democrático al defender la operación militar iniciada la víspera por Moscú en Ucrania. «No vemos la posibilidad de reconocer como democrático un Gobierno que oprime y utiliza métodos genocidas contra su propio pueblo», afirmó en rueda de prensa esta mañana, según publica EFE . Por ello Lavrov, en un estéril intento por controlar el relato, no habló de «invasión» sino de «liberación».
Aparte de las sanciones económicas, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, esperaba otro tipo de solidaridad por parte de los países occidentales. «Nos dejaron solos en la defensa de nuestro Estado. ¿Quién está preparado para luchar a nuestro lado? No veo a nadie», se lamentó Zelenski. En su comparecencia no tuvo reparos en tocar el punto más delicado de toda esta crisis: «¿Quién está preparado para garantizar la adhesión de Ucrania a la OTAN? Todos tienen miedo». La cifra de bajas tras el primer día de ataques fue de 137 muertos, según reportó el propio presidente. El primer ministro italiano, Mario Draghi, intentó hablar con él para trasladarle su apoyo pero no lo consiguió. Según le informaron fuentes cercanas al presidente, Zelenski se encuentra escondido en algún lugar de Ucrania.
Las tropas rusas entran en Kiev
Las sirenas han resonado en Kiev durante todo el día. Los combates entre tropas rusas y ucranianas tienen lugar ya en las calles de la capital, que está literalmente cercada y podría caer en cuestión de horas. Los objetivos tácticos de esta guerra relámpago iniciada por Putin están cerca de materializarse: por un lado, derribar el gobierno de Zelenski y colocar a un presidente títere manejado desde el Kremlin; y por otro, garantizar un corredor terrestre entre Rusia y la península de Crimea, lo que ya ha conseguido con la anexión de parte del Donbás .
Pero lo que a corto plazo podría parecer una victoria fulgurante, a la larga puede convertirse en un problema para Putin. En Rusia, salvo honrosas y arriesgadísimas excepciones (como la de Novaya Gazeta, diario que ha vivido el asesinato de seis de sus periodistas), no existe una prensa crítica con el poder. La sociedad civil tampoco podía organizarse por culpa de unas leyes enormemente restrictivas que castigaban con penas de cárcel cualquier manifestación no aprobada previamente por las autoridades. Sin embargo, hay una gran cantidad de ciudadanos y ciudadanas rusos muy descontentos con la deriva autoritaria del Kremlin. Y la invasión de Ucrania ha sido la gota que colma el vaso. A pesar de los riesgos, centenares de ellos salieron a las calles a expresar su oposición a la guerra.
Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, 1.800 manifestantes fueron detenidos.
La UE, por otra parte, ha anunciado que acogerá a los refugiados ucranianos. Polonia, adonde se dirigen la mayoría, ya está trabajando en la instalación de varios puntos de acogida. Se prevé que lleguen 30.000 al día.