Vacante
Ana Carrasco-Conde recuerda que la «insidiosa y arraigada» creencia de que el cuerpo de la mujer es un «receptáculo» se ha presentado de distintas maneras a lo largo de la historia. «Lo nuevo es que, cosificado el cuerpo y con la lógica neoliberal que convierte todo en recurso de explotación, ese hueco puede ser alquilado».