Política
Carpetazo al ‘caso Neurona’ tres años después de su apertura
El magistrado considera que los pagos llevados a cabo por Podemos en 2019 no se utilizaron "para fines distintos a los contemplados en la Ley Electoral".
“No cabe apreciar la presunta comisión de un delito de apropiación indebida de fondos electorales”. Esa ha sido la conclusión a la que ha llegado el titular del Juzgado de Instrucción 42 de Madrid, Juan José Escalonilla, tres años después de la investigación en el llamado caso Neurona. El juez pone punto final a la causa abierta contra Podemos por supuestas irregularidades en sus cuentas y por presuntos pagos hinchados a una consultora mexicana en 2019.
Nada de esto se ha demostrado cierto después del último informe pericial que ha provocado el carpetazo al caso: “No consta indiciariamente acreditado que el numerario de la cuenta electoral desde la que se abonó el importe de dicho contrato fuera distraído para fines distintos a los contemplados en la Ley Electoral”, se puede leer en la resolución judicial adelantada por el diario El País.
El caso Neurona se inició en el verano de 2020 tras una denuncia de un exabogado de Podemos, José Manuel Calvente, quien mantenía un enfrentamiento con la cúpula dirigente del partido. Los morados siempre han calificado la causa como un caso de lawfare, es decir, de guerra judicial con intereses políticos para perjudicar a la formación. En total, el magistrado Escalonilla llegó a abrir diez líneas de investigación diferentes. Todas han acabado archivadas.
Estas diferentes causas pretendían demostrar supuestos sobresueldos dentro del partido, costes inflados en las obras de la sede o el desvío de dinero a una falsa caja B. Todo ello se demostró falso. También formó parte de la causa el denominado como caso Niñera, que acusaba a Podemos de utilizar a trabajadoras del partido para cuidar a los hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias. Esta línea de la investigación, una de las más mediáticas, fue archivada en julio de 2022: “No consta acreditado que persona alguna, ajena a los propios padres, se haya encargado de su cuidado durante el tiempo que desempeñaban funciones remuneradas por el partido político Podemos o remuneradas por el erario público”, se explicitó en el documento que cerraba la investigación.
La última de las causas abiertas se centraba en la relación entre la formación política y la consultora mexicana Neurona, contratada por 363.000 euros para labores de consultoría en 2019. En primer lugar, el juez trató de demostrar que los servicios pagados nunca se llegaron a realizar; tras encontrarse en una vía muerta, el magistrado cambió la orientación de las pesquisas e investigar si el importe había sido hinchado. El informe pericial demostraba que los precios no solo estaban ajustados al mercado sino que, incluso, podrían ser “inferiores”.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha asegurado en Twitter (ahora X), que el caso se ha cerrado «en medio del debate de la amnistía, para que nadie se entere» y ha denunciado que el objetivo de la causa «fue siempre […] el impacto mediático».
Dejando aparte el navajeo, la (irresponsable) guerra de egos y el cobro de facturas pendientes en que está embarcada una parte de la izquierda “real”, es justo y necesario (y de agradecer) que también este periódico haya dedicado una información para recordarnos a todos esta nauseabunda tropelía que una serie de jueces y funcionarios ha perpetrado contra Podemos y sus dirigentes.
Ojalá sigan su ejemplo otros medios.
Y ahora, ya va siendo hora de exponer al aire las vergüenzas de todos estos indeseables y, en la medida que se pueda (que será poco), exigirles responsabilidades administrativas y penales a los jueces y funcionarios que hayan obrado mal, responsabilidades políticas y censura pública en el congreso a los partidos y políticos que se han beneficiado de ello y alentar campañas ciudadanas de desprestigio y rechazo a los medios de (des)información y seudoperiodistas que se han sumado a este indecente linchamiento.
Y esto lo dice y lo pide alguien que nunca ha votado a Podemos y que está a la espera de que igualmente se restituya el buen nombre y buen hacer (salvo su empecinamiento final) de Dª Irene Montero y sus colaboradores.
Saludos.