De una OTAN ‘europea’ a las políticas de paz

La “colaboración entre América del Norte y Europa en materia de seguridad” está bien vista por el 81% de las personas encuestadas en el Informe Anual de la OTAN de 2021, dos puntos más que en 2019. “Con el fin de la Guerra Fría y la caída del bloque soviético y comunista, la OTAN pierde su razón de ser. Entonces debe hacer un esfuerzo por volver a legitimarse, y comete varias extralimitaciones, sobre todo en Libia y en los Balcanes”, afirma Fernando Arancón, director de El Orden Mundial. 

La OTAN, recuerda, estaba planteada por Estados Unidos para proteger a Europa de una agresión soviética: “Sin ser lo mismo, lo que está sucediendo ahora tiene ciertos paralelismos”. Si no hay un enemigo definido, subraya, la OTAN pierde sentido, y ahora lo vuelve a haber: “Así es mucho más sencillo construir el relato”. 

Como ejemplo, menciona el hecho de que “en un mundo que tiende a ser más conflictivo e inestable, los europeos están volviendo a la creencia de que hay que invertir en Defensa para tener soberanía”. 

En la misma línea, Néstor Prieto, politólogo y coordinador de Descifrando la Guerra, apunta a que, en su momento, Donald Trump ya habló de que cada país subiera su presupuesto de Defensa al 2% del PIB. Entonces, recuerda Prieto, Pedro Sánchez ya era presidente de España, y respondió que no: “Pero ahora dice que sí: el marco en el que nos movemos ha permitido legitimar el discurso de la OTAN”. 

Para él, sin duda alguna, la OTAN y Estados Unidos son los grandes beneficiados del conflicto bélico en Ucrania. No en una dimensión económica, aclara, “pero sí desde el punto de vista de la legitimidad, la estructura de poder o la geopolítica”. 

Un sistema defensivo europeo

Sobre la mesa, indica Arancón, siempre está el debate sobre si habría que crear una organización defensiva europea. En sus palabras, “para los intereses europeos sería deseable reducir la dependencia de Estados Unidos”. 

Destaca el director de El Orden Mundial que ahora Estados Unidos es favorable a esta idea: “Hace unos años consideraban que la creación de un sistema europeo iba a ir en detrimento de su influencia, pero ha habido un cambio y actualmente estiman que una Unión Europea con sus propias capacidades autónomas es más práctica para sus intereses que actuar ellos todo el rato de bomberos”. 

No obstante, matiza, es algo muy complicado: “Para empezar, en el Consejo Europeo sigue habiendo derecho a veto, y eso no es nada práctico. Estamos viendo últimamente cómo Hungría lo veta todo, porque tiene vínculos evidentes con Rusia”.

La opinión de Prieto es similar: “Soy muy escéptico en ese asunto. La UE ha tenido un desarrollo exitoso desde el punto de vista económico y político, pero no en una perspectiva geopolítica y de Defensa”. 

Como Arancón, el coordinador de Descifrando la Guerra lo ejemplifica con el hecho de que “hay países que son abiertamente hostiles y quieren una respuesta más dura a Rusia, y otros con relaciones privilegiadas con Putin que vetan las sanciones”. 

Niega la mayor Juan Carlos Rois, veterano antimilitarista y colaborador de organizaciones como Grup Antimilitarista Tortuga, Alternativas Noviolentas o En Pie de Paz. En su opinión, lo que hace falta “es una política de paz, que debería empezar por preguntarse cuáles son los enemigos. Si se plantea esa cuestión, seguro que la respuesta tiene muy poco que ver con lo que dice la OTAN”. 

El problema fundamental, señala Rois, es haber establecido que la paz se construye con ejércitos con gran capacidad mortífera: “Cuando uno tiene un ejército así, el de enfrente quiere otro igual, y eso supone una escalada armamentística imparable”.