Opinión

Imaginar 2032

"Progreso ya no quiere decir explorar y contactar, mejorar la vida o mejor formación para más personas, sino el crecimiento del PIB", escribe Jorge Dioni

Comentarios
  1. Una duda: ¿tercera generación Borbona o Tercera república?
    La que quieren desde el poder que sea la heredera al trono de España, esto es, Jefa de Estado sin pasar por las urnas sino una decisión de la «madre naturaleza», ha entrado en la Academia General Militar de Zaragoza, para recibir, eso dicen, formación militar.
    A la joven se le ha preparado un temario ad hoc con dos cursos durante el único año que permanecerá en el Ejército de Tierra, antes de trasladarse a la Escuela Naval de Marín, donde se irá de vacaciones en el Buque Juan Sebastián Elcano. Acabará su tercer año de formación (así lo llaman) en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier, en Murcia. A partir de ahí, lista para servir a la patria.
    La prensa del régimen ha optado por hablar del look pijolandia con el que Leonor ha llegado a la Academia, siendo tratada por esa misma Falsimedia en todo momento con cariño, cortesía y, sobre todo, sumisión.
    Así lo ordenan desde arriba.
    Ni Franco, al digitar la monarquía para beneplácito de las élites, hubiera soñado con una tercera generación de borbones en el poder.
    La TERCERA (ésta sí con mayúsculas) es una necesidad histórica, aunque nada más sea para evitarle a Leonor tanto sudor en la Academia.

  2. Valor no es la palabra más idónea para denominar al dinero.
    Precisamente es la dictadura del capital la que ha terminado con los valores y ha convertido el mundo en una pocilga sucia y violenta.
    Además de todo lo enumerado, necesitamos políticos tal como CARLES MULET

    Desde Valencia Laica- Europa laica lamentamos la salida de CARLES MULET del Senado ya que con su trabajo, propuestas y preguntas había demostrado que en esa Cámara se podía hacer un trabajo digno. Y no podemos hacer otra cosa que agredecerle a Carles Mulet su trabajo constante y su reivindicación de la memoria democrática, y su defensa sin paliativos de la laicidad de las instituciones. Esta salida del Senado nos deja a muchos colectivos sociales con una sensación de «orfandad».
    Ningún otro diputado, ni ningún otro senador (ni siquiera en el seno de su propio partido) denunció los privilegios de la Iglesia, el escándalo de las inmatriculaciones exigiendo que volvieran al patrimonio público, el no cumplimiento de la memoria democrática. El ahora ex-senador se había convertido en la cámara alta en una voz crítica (y única) contra las decisiones políticas que otorgaban o apuntalaban privilegios contrarios a la aconfesionalidad del Estado español (recogida en la Constitución); ha propuesto, ha preguntado, ha criticado y ha estado presente allí donde se le requería para defender la memoria democrática y la laicidad del Estado. Ha defendido con determinación la sanidad pública, la escuela pública y la dignidad de las lenguas del Estado. Político de izquierdas con un compromiso incuestionable.
    Pero la vida interna de los partidos le ha dejado fuera. Nos gustaría que el senador que le sustituye, Enric Morera mantuviera esa actitud y capacidad de trabajo, que Carles Mulet ha dejado en un listón muy alto. La trayectoria del ex senador Mulet ha sido la que debería tener cualquier servidor público: intentar mejorar la vida de la gente y luchar por los derechos democráticos todavía no conseguidos como un estado laico o los derechos de las victimas del franquismo, y contra la simbología y el poder que todavía conserva el fascismo.
    Cuaquier colectivo que le planteara una reivindicación a Carles Mulet, sabía que iba a ser escuchado y atendido por el senador: siempre ha respondido a quienes le pedíamos el apoyo. Algo que en nuestra asociación echamos tanto en falta.

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