Opinión | Sociedad

Las mujeres como enemigo interior: el caso de Ethel Rosenberg

Julius y Ethel Rosenberg fueron ejecutados en EE.UU. en el contexto de una ola reaccionaria. Ella, además de comunista, contaba con otro agravante: el estigma de mala madre que se fabricó para ensombrecerla.

Comentarios
  1. …La lucha contra el comunismo en los Estados Unidos, durante la post Segunda Guerra Mundial, sirvió para abrir un extenso sendero de persecuciones contra civiles norteamericanos que hicieron historia en ese país. Hechos tales como, por ejemplo, haber participado como voluntario en las Brigadas Internacionales durante la Guerra civil española, eran más que suficientes para figurar en las listas negras de un FBI, que fue convertido en siniestro instrumento en manos de un corrupto Edgar Hoover, que lo manejaba a su arbitrio, sin que nada ni nadie lograra someterlo a ningún tipo de control público.
    La campaña anticomunista montada por una buena parte del establishment político estadounidense era de tal magnitud que el clima que los medios de comunicación habian logrado crear en la opinión pública estadounidense hacía extraordinariamente difícil organizar la defensa de un matrimonio que, además, reunía dos requisitos claramente «perseguibles» para la mentalidad de una buena parte de la sociedad americana: eran judíos y comunistas.
    Eran aquellos los tiempos en los que Hollywood producía películas con títulos tan escandalosos como «Me casé con un comunista» o «La fuga del terror rojo». El objetivo final de aquella miserable campaña política no era otro que el de la fabricación de la imagen de un peligroso «enemigo» que permitiera a la Administración estadounidense justificar la inversión de cifras multimillonarias en armamento para así beneficiar a la gran industria bélica de ese pais. En aquellas campañas participaron no solamente el conocido senador Joe McCarty y otros personajes de su catadura a traves del «Comité de actividades antinorteamericanas». Lo hicieron, igualmente, otros políticos estadounidenses que décadas después llegarían a ocupar la presidencia de los Estados Unidos. En la «caza de brujas» participaron no sin entusiasmo, personajes políticos tan «respetables» y conocidos como Richard Nixon, John Fitzgerald Kennedy o Ronald Reagan. Este último llegó a testimoniar ante una Comisión del Congreso, acusando como «comunistas» a otros actores, compañeros suyos de profesión.

    Ethel Rosenberg realizó una solicitud de clemencia al presidente de los Estados Unidos, Eisenhower. En la carta que Ethel envió al primer mandatario norteamericano realizó un riguroso análisis de todo el curso del proceso y, también, señaló la endeblez de las pruebas presentadas en contra de ella y su esposo:
    “Solicitamos las conmutaciones de unas sentencias que producirían la indecible tragedia de la destrucción de nuestra pequeña familia».
    …»así como habrían de sentar un precedente para el abandono, en Norteamérica, de la apreciación civilizada del valor de la vida humana…”.
    En la última carta que escribió, Ethel pidió a su abogado que cuidara de sus hijos afirmando:
    “No me siento sola. Muero con honor y dignidad, sabiendo que mi esposo y yo seremos reivindicados por la historia”.
    https://canarias-semanal.org/art/30855/como-el-establishment-de-eeuu-utilizo-como-chivo-expiatorio-al-matrimonio-rosenberg-sacrificandolo-en-la-silla-electrica

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