Política

El Congreso da luz verde al texto de la nueva Ley de Vivienda

El proyecto de ley contó con los votos en contra de toda la derecha, tanto la centralista como la periférica: creen que se invaden competencias territoriales y que se fomenta la ‘okupación’.

Comentarios
  1. Efectivamente, frente a la parálisis de los últimos 80 años, esta ley es un gran paso adelante.

    Pero, mientras no se garantice que la vivienda pública, es decir: Toda la que se promovió, o adquirió, con ayudas públicas (en forma de suelo, subvenciones a fondo perdido, o reducción de tipos de interés) no pueda venderse “en el mercado”, todo el esfuerzo de las administraciones servirá únicamente (salvo excepciones) para convertir a los “demandantes de vivienda” en “propietarios” que, mañana, engordaran sus bolsillos con la revalorización de las mismas.

    He trabajado más de cuarenta años para organismos y cooperativas promotoras de vivienda protegida y creo saber de lo que hablo.

    Los jóvenes y trabajadores que consiguieron viviendas con el Plan 18.000 (1989) y eran firmes defensores del derecho a la vivienda digna y asequible y tanto preocupaban a la UCD y al Partido Popular con el agradecimiento de sus futuros votos “a la izquierda”, se transmutaban (casi indefectiblemente) en “propietarios” que estaban deseando que sus viviendas se revalorizaran lo máximo posible en el mismo momento de salir de la notaría tras escriturar “su piso”.

    Y ya, “como propietarios”, iban “entendiendo” mejor las bondades de un mercado en el que compras con la ayuda de todos y capitalizas la revalorización en tu único y propio beneficio.

    Las viviendas públicas no debieran poder venderse, si ya no “las vive” su titular (o sus herederos directos por causa de fallecimiento) salvo a la Administración Pública que tendría la “obligación de recomprarlas” por su importe actualizado y ponerlas a disposición de nuevos demandantes inscritos en un registro público de demandantes de vivienda que cumplieran los requisitos previstos por la ley para tener derecho a ellas.

    Algo de eso se hizo en el país vasco entre 2000 Y 2010, con D. Javier Madrazo como consejero de Vivienda y Asuntos Sociales y al parecer funcionó bien; Quizá “demasiado bien”.

    Porque después nunca más se supo de aquel sistema.

    Y hoy el PNV ha votado en contra de esta Ley.

    Añado que, en mi opinión y por mi experiencia, todas las ayudas personales que se conceden a los inquilinos, o compradores, terminan incrementando los precios; Porque los propietarios y los promotores las incorporan como parte del precio que pueden obtener por sus alquileres o la venta de sus viviendas, de modo que únicamente se produce una transferencia de rentas del Estado a los propietarios, o promotores, con el ciudadano como pretexto e intermediario.

    Saludos.

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