Economía

El IBEX, hoy: entre los fondos de inversión y el recambio de élites

El IBEX 35 ha cedido buena parte de su protagonismo en favor de fondos de inversión transnacionales como BlackRock, Vanguard o Norges Bank

Comentarios
  1. Necesario y esclarecedor artículo.
    “España es en estos momentos unos de los lugares más atractivos de Europa donde invertir” recomendó Sánchez a las alimañas de Wall Street. Lapsus de Sánchez en lugar de especular dijo invertir. Un error lo tiene cualquiera.

    Noticias Oxfam:
    TAX THE RICH. Por un sistema fiscal justo dónde paguen más quienes más tienen.
    España continúa siendo uno de los países más desiguales de su entorno. A pesar de las medidas puestas en marcha durante la pandemia. Tan sólo Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumanía presentan niveles de desigualdad superiores. La capacidad redistributiva es muy limitada debido al menor nivel de presión fiscal.
    La desigualdad en España empeora en crisis económicas y no se corrige en momentos de crecimiento.
    El sistema fiscal beneficia a las grandes empresas que reciben un tratamiento ventajoso. ¡Muchos prácticamente no pagan impuestos! Resulta tan injusto… Hay milmillonarios más ricos que tributan a menos del 1 % del total de su riqueza,
    El actual sistema fiscal no es sano. Entre otras, estas son señales de relaciones socioeconómicas tóxicas que no nos podemos permitir. Los ultra ricos:
    se aprovechan de las crisis para aumentar su riqueza.
    venden y contaminan aquí pero declaran en un paraíso fiscal.
    aumentan sus beneficios pero no suben los salarios
    facturan millones pero apenas pagan impuestos.

  2. Pero… ¿es que hay, de fondo, diferencia entre el colonialismo territorial en el que las metrópolis explotaban sus colonias y colonizados y el colonialismo económico-especulativo, salvo que entonces las armas y los ejércitos sometían a los débiles y ahora lo hace el dinero y la influencia? Entonces la fuerza de las armas sometían a los pueblos previamente y ahora la amenaza de los mercados ensombrecen el futuro de los mismos; entonces se apoderaban del territorio a explotar y ahora se hacen dueños de tus recursos y producción. Un circulo vicioso en el que si no cedes, como con Grecia en la Gran Recesión, es condenada a la miseria, y si cedes le estas entregando más poder con el que controlar tu futuro.
    Lo primero es saber que el 1% de la población se hace con el 30% de la riqueza producida, el 19% que trabaja a su servicio se hace con un 50% de la misma y que eso deja para el 80% de la población el 20% de lo producido, que nos venden como el reparto a agradecerles como creadores de empresas y trabajo.

  3. Tanto retroceder, tanto permitir que nos pisen, ya hemos alcanzado la Edad Media y seguimos corriendo p’atrás.

    UBER, otros que tal.
    En Europa, millones de personas que trabajan en plataformas digitales viven una espantosa realidad: jornadas laborales de 15 horas. Sin baja por enfermedad, sin pensión, sin salario mínimo.
    Así contaba su experiencia un chófer de Uber:
    «La cantidad de horas que hay que trabajar es absurda. Hay que dedicar entre 12 y 15 al día para conseguir un sueldo decente y entre seis y ocho tan solo para salir adelante. He conocido a muchos conductores que duermen en el coche. Para mí cuando empecé fue una conmoción».
    En estos años, empresas como Uber se han saltado la legislación laboral en todo el mundo al denegar derechos laborales a quien trabaja para la empresa, mientras sus beneficios eran estratosféricos y se codeaban con la clase política.
    En tan solo unos años, Uber transformó por completo la legislación laboral en muchos países. ¿Cómo se las apañaron? Según unas filtraciones recientes, conocidas como «los papeles de Uber», la empresa infringió las normas, engañó a la policía y presionó en secreto a importantes figuras políticas para que intervinieran a su favor.
    Gracias a eso, Uber creció como la espuma en muy poco tiempo y ganó una fortuna mientras explotaba a la plantilla. Quienes conducen los vehículos cobran muy poco y no disfrutan de derechos laborales básicos, como vacaciones pagadas, bajas por enfermedad, bajas de maternidad o paternidad y una pensión.
    El año pasado, la UE intentó poner remedio a esta situación con una nueva ley que otorgaría a quienes trabajan para Uber y demás empresas de la economía colaborativa los mismos derechos que en otros sectores. Pero Uber hizo lo imposible por paralizar la ley, hasta el punto de echar mano de uno de sus mayores defensores, el presidente francés Emmanuel Macron.
    Sin embargo, las filtraciones son tan nefastas que el cuerpo legislativo de la UE ha tomado buena nota. Este escándalo nos da munición para impulsar esa ley y que toda la gente de Europa que forma parte de la economía colaborativa (ya sea para Uber o para otras plataformas) tenga unos derechos dignos de ese nombre. Sería una auténtica revolución, pero la única forma de que se materialice es la presión popular.
    https://act.wemove.eu/campaigns/3239?country=es&zipcode=&ziplang=FR&zipcounty=CARLOW

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