Movilizaciones Vida durante el mes de mayo. @Endavant_OSAN
Las respuestas a la gestión de la pandemia de los gobiernos autonómicos y estatales han sido foco de debate desde el primer confinamiento. Las políticas restrictivas que han afectado periódicamente y de manera sostenida el desarrollo laboral de muchos sectores han ayudado a situar en el centro del debate temas como el salario mínimo interprofesional, las jornadas de 40 horas o las tasas de paro. Problemáticas que ya existían pero que han afectado a una cantidad mucho mayor de la población en reproducirse herramientas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Las respuestas económicas a situaciones de desempleo en forma de ayudas no han sido suficientes por ejemplo para el colectivo autónomo como han denunciado continuamente.
Pero no son sólo las personas que han tenido que dejar de lado su trabajo las que han sufrido consecuencias drásticas, también trabajadores esenciales han sufrido de manera mucho más agudizada la precariedad que rodea sus condiciones de trabajo. Hablamos de todo tipo de trabajadores del sector sanitario, desde personal de limpieza hasta auxiliares o rastreadores, pero también supermercados, correos y, incluso, administradores públicos que trabajan en los servicios de empleo estatales o autonómicos.
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