El ataúd del dictador Francisco Franco en el valle de Cuelgamuros. EMILIO NARANJO/REUTERS
La exhumación de Franco tendría que haber sido un gran día para todas las víctimas y para todos aquellos que nos hemos dedicado a intentar dotar de memoria, justicia y reparación a las víctimas del franquismo. Pero se ha convertido en todo lo contrario: en un día de la vergüenza. El Gobierno del PSOE ha permitido que la familia Franco lleve a hombros el cadáver del dictador. Ha permitido que Francis Franco lleve una bandera fascista cuando está prohibido por la Ley de Memoria Histórica. Ha permitido que haya una corona con un crespón con la bandera de España, la que dicen que nos representa a todos: mal hacen, si quieren que nos represente, cubriendo el cadáver de un dictador. Han permitido que lleve la Laureada de San Fernando, la mayor honra militar que hay en España desde el siglo XIX, desde la Guerra de Independencia. Han permitido que haya vivas a Franco al meter el féretro en el coche. El que tendría que haber sido un día de dignidad se ha convertido en un día de oprobio otra vez, de vergüenza para las víctimas del franquismo. Enhorabuena, Partido Socialista.