No escribo este manifiesto buscando adhesiones o firmas. Mis pretensiones son mucho más sencillas, descargar mi conciencia de algo que preveo va a suceder, pero que lamentablemente parece que los más enterados no les preocupa y de los no enterados como no saben y se creen lo que dicen los medios de comunicación pues piensan ‘lo que sea ya se verá’.
Los ecologistas, a los que no se les hace mucho caso, ya han advertido que se acercan los tiempos en que la escasez de materiales y energía va a hacer imposible que se mantenga el modelo de sociedad actual con el consumo voraz que tenemos en los países del norte. Esta escasez se va a hacer más patente en los próximos 20 o 30 años, y ante esta situación ellos prevén dos posibilidades. La primera sería un modelo de sociedad organizada de tal manera que haya un reparto equitativo de los escasos materiales que estén a nuestra disposición, dando prioridad a todo aquello que favorezca el bien común, con grupos de ayuda mutua y autoorganizados. La segunda opción sería una sociedad de carácter neofascista y fuertemente autoritaria en la cual unos pocos privilegiados o multinacionales controlarían la mayoría de los escasos bienes para intentar mantener su actual status. Lo explican muy bien en el segundo tomo del libro La espiral de la energía Luis Gonzalez Reyes y nuestro admirado y añorado Ramón Fernández Durán.
Viene todo esto a cuenta de lo que pasa en Venezuela, el país con las reservas certificadas mayores del mundo en petróleo y las segundas mayores reservas en oro y coltán, además de otros muchos recursos. Conviene recordar que ya hemos pasado el pico del petróleo así y las reservas del coltán están cuantificadas para 20 o 30 años (por cierto, en la República Democrática del Congo ya han sido asesinadas más de 5 millones de personas con el fin de que nuestras multinacionales puedan apoderarse del coltán y los ciudadanos de los países del norte podamos seguir cambiando todos los años de móvil al de última generación sin que a nadie de los que ahora claman contra el gobierno de Venezuela hayan dicho nada al respecto).
Porque esta es la verdadera causa del conflicto venezolano, que no tiene nada que ver con la democracia, los derechos humanos o la emergencia humanitaria, aun reconociendo la grave situación económica del país, bien por los errores internos, pero fundamentalmente por la guerra económica que han declarado al país. Vean sino el último informe del PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, correspondiente al año 2018, en el que califica a todos los países del mundo de acuerdo con el índice de desarrollo humano y en el que sitúa a Venezuela en el puesto 78 con un índice de 0,761 considerado un índice medio alto, situando detrás a Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, República Dominicana, etc todos los países del grupo de Lima que están solicitando una intervención humanitaria en Venezuela, juntamente con EE. UU. y Canadá. Precisamente quieren enviar ayuda humanitaria a Venezuela los mismos que bloquean las cuenta de Venezuela en el exterior; en Euroclear, un servicio de pagos internacional, tiene bloqueado el Estado venezolano más de mil doscientos millones de dólares que ingreso en esa entidad para la compra de medicinas y alimentos. ¡¡Han visto ustedes mayor cinismo e hipocresía!!
En Venezuela se han conseguido avances extraordinarios en cuanto a reducción de pobreza y pobreza extrema desde la llegada de Chávez al poder. En el primer semestre de 2003, la pobreza alcanzaba el 54% y en 2013 era del 19,6%. También se han hecho grandes avances contra la desigualdad, pues el índice Gini, que mide la desigualdad, en 1998 estaba en 0,486 y en 2013 en 0,398, el mejor de toda América Latina (en el índice Gini, 0 es la igualdad máxima y 1 la mayor desigualdad). Siguiendo con los datos que proporciona el profesor Andrés Piqueras, de la Universidad Jaume I de Castellón, la desnutrición infantil en menores de 5 años pasó del 7,70 % en 1990 a 2,53% en 2013, y la tasa de desempleo del 15,2 % en 1999 al 7,1% en abril de 2014. No vamos a seguir dando datos para no aburrir a los lectores de este manifiesto, pero todo esto a pesar de la guerra económica desatada contra Venezuela por EE. UU. y sus gobiernos lacayos entre los que lamentablemente hay que incluir a España.
También se dice que el proceso electoral llevado a cabo en Venezuela el 20 de mayo de 2018 carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos, ni con la presencia de observadores internacionales independientes, ni con las garantías y estándares internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente. Participaron 16 partidos políticos en la contienda electoral PSUV, MSV, Tupamaro, UPV, Podemos, PPT, ORA, MPAC, MEP, PCV, AP, MAS, Copei, Esperanza por el Cambio, UPP89. En Venezuela no es obligatorio que todos los partidos políticos participen en los procesos electorales. Están en su pleno derecho de decidir si participan o no. Justamente porque es un sistema democrático. El hecho de que 3 partidos (AD, VP y PJ) decidiern libremente no participar no ilegitima el proceso electoral (realmente no participaron por una llamada del gobierno de los EE. UU. para intentar no legitimar el proceso). Se postularon seis candidatos: Nicolás Maduro, Henri Falcón, Javier Bertucci, Reinaldo Quijada, Francisco Visconti Osorio y Luis Alejandro Ratti (los dos últimos decidieron retirarse).
Maduro ganó con un amplio margen obteniendo 6.248.864 de votos, el 67,84%. Le siguieron Henri Falcón con 1.927.958, el 20,93%; Javier Bertucci con 1.015.895, 10,82% y Reinaldo Quijada quien obtuvo 36.246 votos, el 0,39% del total. La diferencia entre Maduro y Falcón fue 46,91 puntos porcentuales.
Acompañaron el proceso electoral unas 150 personas, entre ellas 14 comisiones electorales de 8 países; 2 misiones técnicas electorales; 18 periodistas de distintas partes del mundo; 1 Europarlamentario y 1 delegación técnico-electoral de la Central Electoral de Rusia. Las elecciones se realizaron con el mismo sistema electoral empleado en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, en las cuales resultó ganadora la oposición venezolana. Sistema que es automatizado y sometido a auditorías antes, durante y después de los comicios. Sistema que garantiza los principios de «un elector, un voto» porque solo con la huella dactilar se desbloquea la máquina de votación; y garantiza el «secreto del voto».
Se realizaron 18 auditorías al sistema automatizado. Los representantes del candidato Henri Falcón participaron en las 18 y suscribieron las actas en las que manifiestan su conformidad con el sistema electoral. Las auditorías son públicas y televisadas en vivo por el canal del Consejo Nacional Electoral. Una vez realizadas las auditorías, el sistema se bloquea y la única manera de acceder nuevamente es con la introducción simultánea de los códigos secretos que tiene cada organización política.
Ninguno de los candidatos que participó en el proceso electoral impugnó los resultados. No hay pruebas de fraude, no presentaron ninguna evidencia o denuncia concreta de fraude.
La cuestión, bajo mi punto de vista, está claro. No son los derechos humanos, ni la emergencia humanitaria, ni nada de esto, es sencillamente apoderarse de los inmensos recursos que tiene el país y que el gobierno de Venezuela no permite que las multinacionales los expolien y les resultan necesarios a los poderosos ante las próximas crisis económicas que se avecinan. Para ello han puesto en marcha todo su poderío mediático, controlan todos los grandes medios de comunicación, para hacer creer a los ciudadanos de todo el mundo algo que no tiene nada que ver con la realidad. Nunca se mintió tanto en menos tiempo.
Para ello, el gobierno de EE. UU. eligió a un político desconocido para los venezolanos, para que se autoproclamara presidente de Venezuela. El señor Guaidó, en una manifestación, se sube a un taburete y se autoproclama presidente de Venezuela. ¿Han visto ustedes algo más grotesco? ¿Se imaginan a un político español que en una manifestación se suba a un estrado y se declare presidente de gobierno y que salgan en tromba una serie de países a reconocerle automáticamente? Algo huele mal en la llamada comunidad internacional. Además este señor Guaidó pasea tranquilamente por Venezuela llamando a los militares a que den un golpe de estado y a EE. UU. a que invadan militarmente el país. En EE. UU. este señor estaría ya en el corredor de la muerte, y en España por poner unas urnas en la calle en Cataluña llevan en prisión preventiva más de un año varios políticos independentistas.
Porque el objetivo está claro para cualquier observador imparcial, y para conseguirlo, como esta payasada no puede tener éxito al final EE. UU. y países acólitos invadirán militarmente Venezuela. Por ello se inventan los pretextos de los derechos humanos, ilegitimidad de Nicolas Maduro y otras zarandajas. Viene a cuento ahora recordar cuando invadieron Irak y decían aquello de las armas de destrucción masiva, que luego se demostró su absoluta falsedad, causando cientos de miles de muertos, algunos autores hablan de un millón entre la guerra, las enfermedades y las hambrunas etc. O cuando invadieron Libia que decían que Gadafi bombardeaba a su propio pueblo, y luego también se probó la absoluta falsedad de semejante cosa, dejando al país sometido a la más absoluta miseria y desgobierno, cuando antes de la invasión tenía el índice de desarrollo humano más alto de toda África.
Y esta es la cuestión central de este manifiesto, como los venezolanos y su ejército apoyan mayoritariamente a la revolución bolivariana, cuando se produzca esa invasión el pueblo la va a defender con uñas y dientes y habrá muchos miles de muertos, tal vez cientos de miles y en ese caso yo no quiero ser partícipe, ni siquiera indirecto en semejante tragedia y barbarie. Con mis escasos medios he intentado difundir la verdad de lo que pasa en Venezuela, he acudido a las concentraciones que se han convocado en defensa de la verdad y ahora ya solo me queda denunciar lo que se avecina, advirtiendo solemnemente que todos aquellos que difunden estas mentiras y los políticos que colaboran, directa o indirectamente en semejante disparate son corresponsables de lo la tragedia humanitaria que pueda suceder en Venezuela.
Pedro Tostado Sánchez es sociólogo.