Luis Rubiales, durante la asamblea extraordinaria de la Federación Española de Fútbol. REUTERS
Tres semanas después y tras negarse a dimitir insistentemente, Luis Rubiales ha presentado su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), un cargo del que estaba suspendido temporalmente por la FIFA. Además, ha renunciado también a la vicepresidencia de la UEFA.
La decisión del exdirectivo se produce después de que la Fiscalía haya presentado una querella en la que le imputa dos presuntos delitos por el beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso en la celebración del Mundial femenino: agresión sexual y coacciones. La jugadora formalizó previamente la denuncia.
“Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español”, ha escrito Rubiales en un comunicado, publicado en la red social X (Twitter), encabezado por estas frases: «Defenderé mi honorabilidad. Defenderé mi inocencia. Tengo Fe en el futuro. Tengo Fe en la verdad».
«No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo», añade en el documento, que cierra sin asumir ninguna responsabilidad sobre los hechos denunciados y dando las gracias a quienes lo han apoyado.
«Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo», concluye.