Asalto a la democracia en Brasil

Una semana después de la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil, cientos de simpatizantes del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro han invadido la sede del Congreso, la de la Presidencia y la del Tribunal Supremo. Los hechos recuerdan al asalto al Capitolio, hace ahora dos años, en EEUU por parte de los seguidores de Donald Trump tras su derrota en las elecciones.

Bolsonaro, que viajó hasta Florida antes de la toma de posesión de Lula, perdió las presidenciales el pasado octubre ante Lula, que ha vuelto a gobernar el país suramericano por tercera vez.

“Este absurdo intento de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá. El Gobierno del distrito federal asegura que habrá refuerzos. Y las fuerzas a nuestra disposición están trabajando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia”, ha escrito en Twitter el ministro de Justicia, Flávio Dino.

Los manifestantes se habían concentrado frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia; y, desde allí, emprendieron la marcha hasta los distintos edificios, que han sufrido destrozos. El presidente Lula, de viaje en Sao Paulo para conocer los daños causados por las fuertes lluvias, tenía previsto dar una rueda de prensa este domingo, que fue suspendida tras conocer los acontecimientos.

«Quien haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser castigados«, dijo más tarde el presidente, que ha firmado un decreto para la intervención federal en el Distrito Federal.

Distintos dirigentes han mandado un mensaje firme de apoyo al Gobierno brasileño. Entre ellos, el presidente colombiano, Gustavo Petro: «Toda mi solidaridad a @LulaOficial y al pueblo del Brasil. El fascismo decide dar un golpe. Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia. Es hora urgente de reunion de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática». Desde Chile, Gabriel Boric ha denunciado también el «cobarde y vil ataque a la democracia».

Y en España, Pedro Sánchez ha hecho un llamamiento al «inmediato retorno a la normalidad democrática».