Una conferencia de periodismo con una botella de veneno como cartel en la que se hablaba de la perversión en los medios. Jornadas de periodismo Coca Cola, así se llamaba. ¿No hubo nadie en la Asociación de Periodistas Europeos que se diera cuenta del oxímoron que era dedicar unas jornadas sobre perversión, patrocinadas por Coca Cola, con un bote de veneno como marca? El error en términos de comunicación para la empresa y para los periodistas que allí estaban no dice nada bueno sobre su olfato periodístico ni comunicativo. Llevan varios días y parece que aún no se han dado cuenta. Una botella con un líquido venenoso, perversión, periodismo, Coca-Cola, ¿Ya? Bah, da igual. Es perfecto para transmitir de manera brillante lo contrario de lo que pretendían. Pero lo han reflejado de forma veraz, involuntariamente, con rigor.
El congreso patrocinado por la empresa de bebidas se ha combinado con dos noticias en el mismo día que tenían implicadas de una manera u otra a la misma compañía. Una de ellas está relacionada con la reforma laboral; la otra, con la crisis climática y el efecto contaminante de los envases de plástico de la corporación norteamericana. Aquí te lo contamos porque no tenemos publicidad de Coca Cola y sí un medio específico dedicado a la crisis climática.
La COP26 se celebra en Glasgow este fin de semana –allí estará La Marea cubriendo con Climática el evento– y Boris Johnson se mostraba preocupado porque prevé que no se van a lograr cerrar los acuerdos necesarios que necesita de manera urgente el planeta. Para hablar de la necesidad de afrontar retos importantes sobre la sobreproducción de plásticos nombró de manera directa a Coca Cola como una de las doce corporaciones más contaminantes al respecto. Una noticia que ha pasado desapercibida en los medios tradicionales justo en la semana en la que se celebra la cumbre más importante sobre crisis climática.
La segunda noticia, más cercana, no menos relevante, ha tenido que ver con la petición del Instituto de Empresas Familiares al Gobierno para que no derogue la reforma laboral. Una petición que ha sido secundada por Pablo Casado, que ya ha prometido eliminar las “barreras sindicales, fiscales y laborales” para que las empresas puedan convertir España en la Chile de Pinochet. Los medios invitados al foro de periodismo Coca Cola no van a contarte que una de las empresarias que forman parte de ese Instituto de Empresas Familiares es Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, PLC; para ser precisos, es la vicepresidenta del Instituto de Empresas Familiares.
No acaban ahí las coincidencias sobre los lazos estrechados entre política, periodismo y empresa. Una de las invitadas al foro de periodismo Coca Cola ha sido Nadia Calviño, la vicepresidenta que ha intentado derrocar el liderazgo de Yolanda Díaz para servir a la CEOE en la reforma laboral. Un foro de periodismo patrocinado por una empresa, en la que una de sus máximas dirigentes pide que no se derogue la reforma laboral, invita a la vicepresidenta que defiende sus intereses para no derogar la reforma laboral. Ninguno de los periodistas invitados al foro dijo nada al respecto, no vio nada raro, no hizo mención alguna a tal circunstancia, no sintió que hubiera un conflicto de intereses.
La perversión de los medios era el tema central del congreso de periodismo Coca-Cola y nadie se sintió concernido para hacer referencia alguna a esos hechos, datos y vínculos. La chispa de la información se les disipó. Se les fue la fuerza por la boca hablando de lo perjudiciales que son las redes sociales y los usuarios que los presionan para cancelarlos, y nadie habló de las presiones de la publicidad, de las empresas o de los compañeros purgados en medios públicos por una dirección política. Por suerte aquí no tenemos problemas en mencionar a Coca Cola, es lo que tiene el periodismo sin patrocinios.