Crónicas | Política

Assange y los juicios a la libertad de información

El activista se enfrenta al juicio que decidirá si es extraditado o no a Estados Unidos, donde está acusado de 17 delitos de espionaje

Comentarios
  1. Hay un antes y un después de Julian Assange
    El caso del periodista australiano analizado por el exdiplomático que le dio refugio en la embajada ecuatoriana. Cónsul de Ecuador en el Reino Unido durante ocho años, Fidel Narvaez sostiene que el fundador de Wikileaks es víctima de un lawfare mediático y judicial.
    En este momento la oposición a la extradición de Julian Assange en la sociedad civil, en las organizaciones de defensa de la libertad de expresión y de derechos humanos se ha generalizado. Incluso sectores de la prensa que tenían discrepancias profundas con Julián hoy se oponen a la extradición. Y un factor más que no es menor es que su país natal Australia finalmente está oponiéndose, está tratando de defender a su ciudadano. Ahora si la justicia británica falla a favor de la extradición, el caso pasa a la Corte Europea de Derechos Humanos donde creo que muy probablemente fallarán a favor de Julian.
    Hay un antes y un después en el periodismo por varias razones. Assange inaugura la publicación de mega filtraciones, es decir que millones de documentos vean la luz pública en la era de la digitalización. Además, Julian introdujo una salvaguarda tecnológica para garantizar el anonimato de las fuentes. Un buzón que usa la criptografía en el que básicamente el receptor de la información no puede rastrear quién es el remitente de la información. Hoy muchos grandes medios usan la misma tecnología, mejorada por los avances técnicos, pero en base a ese mismo concepto que les garantiza la la posibilidad de recibir información de manera segura. Julián también marcó un hito porque fue la primera vez que los pesos pesados del periodismo mundial, el New York Times, el Washington Post, el Der Spiegel en Alemania, Le Monde en Francia, El País en España, coordinaron la publicación de una misma, exclusiva. A partir de esta coordinación sucedieron otras como los Panama Papers o los Pandora Papers. Pero hay otro elemento más que le debemos a Julián y es el concepto del periodismo científico. Si un científico viene con una teoría, la gente le va a exigir ver la evidencia. Assange pone toda la evidencia que tiene a disposición del público para que pueda cotejarla con el resumen o la síntesis que se publica. Y de esa manera el público puede juzgar si le han dicho todo, si le han ocultado algo, si lo han contextualizado bien, si hay un interés en juego detrás de ese medio. En la biblioteca digital de WikiLeaks hay más de diez millones de documentos que se convierten en una fuente de consulta gratis usada por investigadores, historiadores y periodistas para encontrar información.
    Éste es un caso emblemático del lawfare. Cuando hablamos del lawfare, estamos hablando del mal uso de la justicia para fines políticos que tiene dos componentes. El primero es el uso de los medios de comunicación para destruir la reputación de una persona. De Julián se ha dicho que es hacker y no es un hacker. Se ha dicho que es un violador. Jamás, nunca nadie demostró nada parecido. Se ha dicho que es un espía ruso. No tiene nada que ver con Rusia. Se han dicho mil cosas para matar su reputación. El segundo componente es el uso concreto de la Justicia para la destrucción de una persona. En ese sentido si ahora se deniega la extradición se hará justicia, pero el daño está hecho. Porque lo que se quiere hacer es sentar un precedente, para que nadie más se atreva a hacer lo que él ha hecho. Y el daño que le han hecho, tanto por la privación de libertad, como el daño a su salud emocional, es irreversible. Sería gravísimo si la corte británica y luego la europea permiten que por primera vez en la historia se juzgue a un periodista con una ley anacrónica, que además se está aplicando extra territorialmente, porque recordemos que Julián Assange no es estadounidense ni ha publicado en Estados Unidos, pero los Estados Unidos se atribuyen el derecho de extraditar a cualquier persona desde cualquier parte del mundo si a ellos no les gusta lo que esa persona publicó. Creo que este caso define en gran medida el futuro del periodismo.
    (M. Justo, «LoQueSomos»)

  2. Necesitamos y exigimos periodismo y periodistas libres.
    Además de los periodistas este sistema
    criminal tiene en el punto de mira a ecologistas, a sindicalistas, claro está que no de UGT y CCOO, a la izquierda radical, claro está que no los progres en el gobierno.
    ABDULLAH OCALAN, líder del partido de los trabajadores del Kurdistan (PKK) lleva 25 años preso en aislamiento total en la prisión de Imrali situada en una isla turca
    con el aval de España y la UE a pesar de que el Comité de DDHH de la ONU y otros organismos de DDHH han declarado que es ilegal y han reclamado su libertad.
    (Insurgente.org)

  3. La crucifixión de Jesús de Nazaret no es nada comparado con el calvario impuesto a Julián ASSANGE. Además de robarle catorce años de libertad lo han destruido psíquica y físicamente.
    Como bien dice el diputado Richard Burgon: «es un ataque a la libertad de prensa».
    Es un derecho a la información que tenemos los ciudadanos y que los capos nos quieren privar de él para que sus fechorías queden ocultas e impunes.
    El periodismo es una profesión molesta para el poder, ello muestra lo importante que es nuestra labor, dice Pablo y dice bien.
    Queremos periodismo y periodistas libres.

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