lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

Tierra de nuestras madres: habitar el vacío

SIGUIENTE
SUSCRÍBETE DESDE 17€. Además, si verificas que eres humano con el código HUMANA, te llevas un 10% de descuento en tu suscripción a la revista

Cultura

Tierra de nuestras madres: habitar el vacío

La película 'Tierra de nuestras madres' nos sitúa frente al espejo del éxodo rural. La historia de gente que es testigo mudo de todos los que se van del pueblo. La historia algo más ruidosa de los que no se van, los echan.

Sergio Pascual
02 agosto 2023 Una lectura de 5 minutos
Telegram Linkedin Url

Me pongo un guante de plástico. Lo debería hacer cada periodista cada vez que se inmiscuye en un tema que no controla; que no le toca; que lo puede contar, sí; que logrará cerrar el artículo y pasar a otra cosa, también, pero que son temas que, o se viven -o han vivido- en primera persona o quedarán, tras la publicación, muchas capas soterradas para contar la verdad. Una verdad solo patrimonio de sus protagonistas.  

Esto era una digresión. O una forma de presentación, como ocurre en la película Tierra de nuestras madres en la que cada persona es presentada debidamente. De eso vamos a hablar: de muchas personas y una película. “¿Ah sí? ¡Yo pensaba que íbamos a hablar de periodismo! Entonces, adiós”, dice el guante. Porque, como usted puede leer, los guantes de plástico hablan. O las cabras, como la de esta película, un ser que teme algo, que lo investiga y confirma la amenaza que se cierne sobre ellos. Finalmente, la cabra habla y pronuncia la siempre rastrera frase de “ya te lo dije”. Esto, en esta película, pasa. 

Pasa que en La tierra de nuestras madres, la cabra, de nombre Emilia aunque todo el mundo le llama cabra o chiva, hace eso y mucho más. 

El caso es que, frente a un teclado de plástico, como el ya errante guante, me dispongo a especular sobre la película, o el tema de la misma, en un intento de texto que, en este punto, desconozco si verá la luz. “Escribe algo ligero sobre la película; que den ganas de ver la película: a ver, que todo no va a ser Barbie; que Filmin muy bien, pero las películas en el cine, también”. 

Tierra de nuestras madres nos sitúa frente al espejo de un tema -el éxodo rural- (“eso es, un tema liviano”) novelado mucho últimamente (“relaja, no vayas ahora a meterte en tema literario; no digas nombres”). Es una historia del éxodo rural, aquí sí el blanco y negro es de verdad, no de ese blanco y negro que destiñe y huele a naftalina (¿eso se fuma?) y odio; algo parecido al hedor que emanan las banderas. El caso: la película sucede en un pueblo llamado Villacarrizo. Manchego. “Antiguamente bonito; antiguamente”, describen en la cinta. Pero sucede en La Mancha. 

La protagonista, Rosario, tiene una laguna seca de la que extrae sal. Una sal que vende, aunque ya nadie compra porque no quedan agricultores y si quedan, ya no usan la sal como fertilizante. Porque, pese al blanco y negro, es una película que habla del ayer, hoy y mañana. Porque en esta película, estar en 2023 y contar la historia en blanco y negro tiene justificación narrativa. 

El periodismo de varias capas sabe que esta historia ya se ha contado: la historia de gente que es testigo mudo de todos los que se van del pueblo. La historia algo más ruidosa de los que no se van, los echan. Llámese un fondo de inversión; un macroparque eólico; o tú, que vives de alquiler y a tu casera le ha venido el hijo y necesita el piso. En este punto se plantean tres escenarios. Escenario 1: “Tú, un mes; luego, a la calle. Adiós”. Escenario 2: “Tú, 300€ más o a la calle. Adiós”. Escenario 3, sufrido por varias personas del pueblo en la película: “No hay alternativa, ni lugar, ni hueco para vosotros aquí. Sois, sencillamente, pasado”.

Pero lo del pueblo casi mudo pasa en La Mancha y ahí el entorno cobra una dimensión con José Luis Cuerda arriba y los Chanante abajo, contemplando la llegada de otro referente del humor manchego. Una idiosincrasia cultural ya inconfundible. Ironía desde la resignación y reflejo de la escasa solidaridad intergeneracional cuando la gente mayor del pueblo toma el control de la protesta para evitar el desalojo o el desahucio o la desesperación ante un destino trampeado. ¿Se acuerda de las manifestaciones de jubilados de cada viernes? Esta es otra buena ocasión para repensar la sociedad edadista que habitamos.

No cuento más. Cuando ‘Barbie’ deje unos metros para acceder a otras salas, verán que aquel maldito guante y yo queríamos hablar de una realidad que, por mucha literatura, conferencias, debates, esta propia película –Tierra de nuestras madres, dirigida por Liz Lobato- y piezas periodísticas -como esta (?)- resulta para los que no la vivimos de cerca una historia de otro tiempo, otro lugar.

Uno de esos lugares comunes en los que sus habitantes, como Rosario, la protagonista (sublime Saturnino García), se mueren viviendo en ellos o, se marchan muriendo por ellos. 

Ah y que la cabra habla y ocurre que su dueña Rosario entiende a la cabra y Rosario y la cabra se plantan ante el desahucio y desarraigo que representan los inversores que quieren comprar el pueblo. Lo que el grupo M-Clan vino a llamar progreso gris (a partir de 1’ 20”). Solo eso y todo eso pasa en esta película. 

Si lo de la cabra no acaba de convencer para ver la película, fíjense en las miradas del elenco. Ahí está toda la historia. 

O mejor, quédense con esta reflexión de la cabra: “La tierra de nuestras madres a veces ya no es nuestra tierra y no lo queremos ver”. 

O vean Barbie, puede que les pille más cerca. Aquí ya está (casi) todo ‘contao’. 

“Lagarto, lagarto”, que repite Rosario.

Tierra de nuestras madres
Telegram Linkedin Url

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€
  • #cine
  • #despoblación
  • #edadismo
  • #éxodo rural
  • #liz lobato
  • #periodismo
  • #saturnino garcía
  • #tierra de nuestras madres

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Artículos relacionados

El medio rural busca el modo de sobrevivir

Eduardo Muriel
13 mayo 2015

Los habitantes rurales, motor del cambio social en España

Eduardo Muriel
14 mayo 2015
Comentarios

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Pedro Sánchez pide perdón a la ciudadanía y descarta elecciones: "Hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán"
  • Jeff Sharlet: "Hace muchos años que en Estados Unidos la izquierda secular ocupa el margen"
  • Lo de Santos Cerdán (parece que) no es lo de Begoña Gómez
  • Más de un millar de resoluciones del Consejo de Transparencia han sido ignoradas desde 2016
  • Su destino está a la izquierda

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • Contacto

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea

La Marea es un medio editado por la cooperativa Más Público. Sin accionistas detrás. Sin publirreportajes. Colabora con una suscripción o una donación

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar