Sociedad

“Siria se ha convertido en una gran prisión para los periodistas”

"Muchas veces los migrantes son retratados como una amenaza o se dice que vienen a aprovecharse de las ayudas", explica el periodista Okba Mohammad, uno de los componentes y fundadores de Baynana

Comentarios
  1. EE.UU. está creando un nuevo grupo terrorista, incluyendo a integrantes de Daesh
    “Hay nuevos planes destructivos estadounidenses contra Siria mediante la creación de un nuevo grupo terrorista en las inmediaciones de la gobernación de Raqa, en el noreste del país, para utilizarlo nuevamente en operaciones terroristas contra esta nación”.
    “aparentemente ya no es suficiente para Washington suministrar armas a las formaciones armadas ilegales en la región de Al-Tanef en el este de Siria, y ahora empezaron a crear el llamado “Ejército Sirio Libre” que incluye a integrantes de la organización terrorista Daesh.
    Estados Unidos prepara atentados terroristas en Siria en lugares concurridos y contra instituciones estatales con ayuda de militantes solapados. “Como herramienta habitual para llevar a cabo sus planes subversivos, los servicios de inteligencia estadounidenses pretenden utilizar una vez más a los extremistas islámicos, ahora llamados “oposición moderada”.
    “esta actividad criminal se controla desde la base militar estadounidense de Al Tanf, cerca de las fronteras de Siria con Jordania e Irak, donde se entrenan decenas de combatientes del ISIS, cuyas filas se engrosan regularmente gracias a que los estadounidenses liberan a terroristas de las cárceles del noreste ocupado de Siria”.
    https://insurgente.org/siria-advierte-rusia-que-ee-uu-esta-creando-un-nuevo-grupo-terrorista-incluyendo-a-integrantes-de-daesh/

  2. Se puede hablar, perfectamente de la Izquierda Otanista. Se trata de una izquierda, muy extendida en Occidente, y en especial España, que rechaza sus orígenes ideológicos: «OTAN de entrada no». Recuerdo aquella estafa de referéndum. Había, en esa llamada «Transición», un clamor mayoritario del pueblo español en contra de una organización bélica y belicista cuya razón de ser, y cuya utilidad para la defensa nacional, eran asuntos más que cuestionables.
    Con ciertas dosis de terrorismo mediático y marrullería típica de Felipe González y del PSOE, España ingresó en semejante entidad, firmando cheques en blanco y dejando su trasero meridional al aire: el trasero peligroso, por donde penetran los males más perentorios de España, tiene un nombre. Se llama Reino de Marruecos.
    Pasan las décadas y, más allá del PSOE, cuya praxis neoliberal está fuera de toda duda, en este país nuestro tan ajado por mentirosos y chaqueteros, han surgido los «pensadores de la izquierda otanista» que se admiran de cómo puede haber izquierdistas que no apoyen a la OTAN. Esa extraña posición de quienes sostienen que, en efecto, el Capitalismo es malo pero que no hay alternativa al poder abusivo y hegemónico de su gendarme, los EEUU.
    Los gendarmes del mundo han creado la OTAN, viene a decirnos la izquierda otanista, y, en fin, esa organización no nos gusta mucho. Pero ¿cuál es la alternativa? ¿La «autocracia» de Putin?
    Hay que hablar el lenguaje del gendarme Biden, no hablemos de «Guerra en Ucrania», sino de «invasión rusa».
    Se obvia todo el cúmulo de antecedentes –manifiestamente agresivos- que llevan a la OTAN a extralimitarse en todos los sentidos: fuera de los límites territoriales para los que fue concebida, fuera del límite de seguridad estratégica pactado con Rusia años atrás, fuera de las necesidades defensivas de los países miembros… Fuera de la prudencia y el sentido común.
    La OTAN ha declarado la guerra a Rusia de manera interpuesta. Formalmente, la OTAN ayuda a un país invadido. El país invadido, parte integrante de la civilización rusa durante siglos, es –sin embargo- un territorio donde el Occidente colectivo ha forzado previamente un cambio de régimen, beneficiando a ultranacionalistas antirrusos y a neonazis, que le vienen muy bien para completar el «cerco» a Rusia.
    El lenguaje de la izquierda «correcta», alineada con el gendarme mundial, Mr. Biden y los demás pentagonales, debe insistir en la denuncia de la voluntad neoimperial de Putin.
    «¿Qué hace Rusia, por ejemplo, en Siria, en Mozambique, en Mali, en Libia? ¿Defenderse de la OTAN?»
    A lo que se ve, hay imperios que poseen el derecho a ser omnipresentes. Pero las intervenciones puntuales de otros imperios, Rusia o China, se deben impugnar de inmediato.
    ¿Buscamos cifras para comparar el número de portaaviones, bases militares en el mundo, tropas desplazadas en el extranjero? La diferencia es abrumadora: EEUU gana en todas las estadísticas. Éste si es el imperio intervencionista y omnipresente: en todos los mares, en todos los continentes están ellos.
    La presencia exterior rusa, más allá de los países satélites que están adheridos o son contiguos territorialmente a la Federación, es escasa, puntual, limitada. De su parte, la presencia militar China, allende la defensa de sus aguas jurisdiccionales y de sus fronteras, es escasísima.
    Con la izquierda otanista, se sentencia a muerte toda una trayectoria ideológica de oposición al Imperio yanqui, de lucha contra el entramado agresivo y belicista de la OTAN, de pacifismo consciente y realista, de defensa activa de la multipolaridad, de lucha en pro de los pueblos, de las naciones que no quieren seguir siendo colonias de EEUU ni comparsas de un ejército omnipresente y genocida.
    No es cuestión de que nos agrade Putin, o compremos su «narrativa». Es cuestión de que denunciemos con claridad la existencia de una izquierda otanista, una de las «patas» sobre las que se levanta el imperio del neoliberalismo.
    (Carlos X. Blanco- «La izquierda otanista)

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