En menos de una semana, la izquierda española se ha visto envuelta en una revolución involucionista. El acto de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz a la Presidencia del Gobierno el pasado domingo en Madrid ha sido un catalizador de las tensiones entre los partidos a la izquierda del PSOE. La falta de asistencia de Podemos ha centrado el debate y ha evidenciado diferencias prácticamente irreconciliables latentes (o quizá menos visibles que hasta ahora) entre las diferentes formaciones.
Lejos de que el evento en el polideportivo Magariños fuese el pico de tirantez entre los morados y el entorno de la vicepresidenta del Gobierno, el cruce de declaraciones ha seguido escalando y haciendo que parezca imposible alcanzar un acuerdo para la integración de Podemos en el proyecto de Díaz. Al menos hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
Más diferencias personales que políticas
Lo que hay detrás no se puede solucionar en unas pocas semanas. Ya se pudo observar en Andalucía. Porque no se trata de diferencias programáticas (los partidos comparten programa político en un porcentaje altísimo) sino de diferencias estratégicas y, sobre todo, personales. La relación entre Podemos y Más País es nula a nivel nacional y ambos partidos son rivales en las elecciones autonómicas y locales de mayo. Desde Más Madrid restan importancia a las heridas del pasado, aunque reconocen los ataques recibidos desde una parte de la militancia de Podemos y de sus simpatizantes bajo acusaciones de traición.
Estos agravios enquistados pesan más que las afinidades políticas y dificultan la confluencia. El acercamiento tan marcado de Yolanda Díaz a los díscolos de Podemos (Íñigo Errejón y el resto de dirigentes de su formación o el exdiputado canario Alberto Rodríguez, ahora al frente de Proyecto Drago) ha sido visto como una afrenta por parte de los morados, que consideran que la vicepresidenta está aupando a sus rivales políticos en Madrid y otros territorios.
Podemos y ‘el cerco de Madrid’
Esta última posición no es compartida por la otra parte de Unidas Podemos: Izquierda Unida. El secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago, expresó en El Tablero, de Canal Red, su molestia ante la ausencia de los candidatos de la coalición entre IU y Podemos en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid (Alejandra Jacinto y Roberto Sotomayor, respectivamente) en el evento del pasado domingo: “La candidata de Unidas Podemos en Madrid debería haber acudido al acto de Sumar. Pero resulta que Podemos decide por Izquierda Unida si la candidata de todos va al acto y deja este hueco tremendo. En IU estamos contrariados”, aseguró Santiago, secretario de Estado para la Agenda 2030 entre marzo de 2021 y julio de 2022.
Izquierda Unida y Alianza Verde (el partido ecologista de Juantxo López de Uralde), los dos socios de Podemos para las elecciones de Madrid y otros territorios, sí estuvieron presentes en la presentación de la candidatura de Yolanda Díaz.
Con más razón que estrategia política, Podemos mantiene una resistencia numantina de “reivindicación de su propia existencia frente a la hostilidad del exterior”, en palabras del profesor de Ciencia Política Ignacio Sánchez-Cuenca. La cúpula del partido en Madrid sigue enrocada en sus posiciones (un acuerdo bilateral de primarias abiertas) a pesar de las voces discordantes dentro del Consejo Ciudadano Estatal (CCE) que abogaban por acudir al acto del domingo en Magariños aunque no se cumpliesen las exigencias de los morados, tal y como ha podido saber lamarea.com. Finalmente, la coordinadora del partido en Navarra, Begoña Alfaro, y el secretario general de Galicia, Borja San Ramón, decidieron acudir al evento, rompiendo así la disciplina de partido acordada por el CCE.
ERC contra Yolanda Díaz
Mantener el denominado como «bloque de investidura» ha sido una de las obsesiones de Podemos desde la conformación del Gobierno de coalición. La relación de los morados con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu ha sido excelente, sobre todo en los años de Pablo Iglesias al frente del partido y de la Vicepresidencia del Gobierno. Con Yolanda Díaz, la relación cambió, y el mismo Gabriel Rufián ha acusado a la vicepresidenta de “apuñalar” a quienes la pusieron en el lugar en el que está.
La negociación de la reforma laboral supuso un punto de inflexión entre los independentistas catalanes (quienes finalmente votaron en contra) y la actual vicepresidenta. El portavoz de ERC ha afeado a Díaz que pactase con la patronal y Ciudadanos “un reforma laboral sin unos salarios de tramitación y una indemnización digna”, lo que escenifica la ruptura total de la relación entre ambos dirigentes políticos. Desde EH Bildu también reconocen un mayor entendimiento con Iglesias que con Yolanda Díaz.
Desde el Podemos de Ione Belarra siguen manteniendo a ERC y EH Bildu como socios prioritarios. Una situación que ha provocado malestar entre Els Comuns de Ada Colau y los dirigentes morados en Euskadi, que consideran que desde Madrid se está potenciando a sus rivales políticos en las elecciones autonómicas y locales. Jaume Asens, presidente de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados procedente de los comunes, ha exteriorizado su malestar en Twitter: “Como cada mes que Yolanda Díaz anuncia los nuevos datos de empleo: hoy es un buen día para la ciudadanía, pero un mal día para Gabriel Rufián”.
Otros líderes del partido consideran que la relación con los independentistas catalanes y los abertzales crea un marco político del que es muy complicado extraer rédito electoral en la mayoría de territorios autonómicos.
Díaz tampoco pisa el freno
“Sumar sin Podemos no sería un fracaso”, ha sido una de las frases que ha contribuido a avivar el fuego. La dijo Yolanda Díaz durante una entrevista en El País. Lejos de apaciguar los ánimos, la vicepresidenta sigue adelante en un momento en el que cuenta con una amplia ventaja de apoyos políticos y mediáticos para su candidatura a la Presidencia del Gobierno. Díaz no pisa el freno para evitar el ruido.
Las negociaciones para la posible integración del partido liderado por Ione Belarra en Sumar no se retomarán hasta después de las elecciones autonómicas y municipales, una cita en la que Podemos puede salir debilitado.