La derecha reactiva sus asociaciones ‘fantasma’ en víspera de las próximas elecciones generales

Como dijo Evaristo Paramos: «El fascismo se comió la libertad y tras cuarenta años de digestión, cagó esta democracia».
Felipe VI se separa de la crisis judicial y bendice la política imperialista que es consenso entre Gobierno y Oposición.
La Corona usó su discurso de Nochebuena para alertar del desgaste de las instituciones del régimen, respaldar las políticas de rearme, los acuerdos con la OTAN y la presidencia española de la UE en 2023.
Hace años que son mayoría las familias que a las 21h del día de Nochebuena que tienen el televisor apagado o en una cadena no generalista. La menguante cuota de pantalla del Discurso del Rey es la expresión del descrédito de esta reaccionaria institución entre millones, en especial las generaciones más jóvenes.
https://www.izquierdadiario.es/Felipe-VI-trata-que-no-le-salpique-la-crisis-judicial-y-bendice-las-grandes-politicas-imperialistas

Sí, la derecha española, de la que buena parte se oponía a precisamente la Constitución y se opone hoy a una evolución equivalente que se representen en alguna forma de progreso (el nombre solo se convierte en su enemigo más allá de que pueda representar a ideologías adversarias) se hace hoy eco del espíritu de cambio; que se representó, contra la resistencia que oponía dicho sector reaccionario, en la Transición que no fue más ni más intensa porque ellos estaban allí para limitarla.
En las calles, entonces, cuando se negociaban y reclamaban formas de enfocar la convivencia de otra manera nos encontrábamos con los ataques violentos de las propias instituciones que había que cambiar apoyadas por una especie de grupos paramilitares, de lo que la mejor muestra el atentado de “Atocha”, que desde luego eran antecesores de parte de esta misma que hoy quiere recoger el testigo de un cambio al que siempre se ha resistido.
Los mismísimos mensajes que estaban en unas bocas se repiten hoy, sin por supuesto haber llegado a los límites explosivos en la acción de entonces, pero indicando lo que no ha cambiado: la idea de España Una, tradicionalista y “antiséptica”qué, para evitar «infecciones», suspende la libertad.