Opinión

Italia: Giorgia Meloni entra al campo

"Lo que se presenta como una primera llegada de la ultraderecha al gobierno en Italia debería ser dimensionado como una continuidad en una progresiva derechización de la política italiana"

Comentarios
  1. Los valores europeos del capital, a los que sirve la muy conservadora Ursula.

    El fascismo no empezó con Meloni.
    Defender el capitalismo es defender una moneda que en su cara B están los melonis.
    Ha habido algunas terminales mediáticas que han querido vendernos su pesar por el triunfo de Meloni en Italia. Otras, no. Otras han acudido con urgencia a apoya al fascismo inventando nombres artísticos: «centro-derecha», «derecha populista» o «derecha». Ese pesar de los primeros es una engañifa, los suyos son también los buenos resultados de los meloni en Francia, en Suecia, en Polonia, en Hungría… y, si los sondeos no fallan, en la propia España. Su falsa preocupación no lo es por un cambio que pueda producirse en las políticas económicas ni mucho menos atlantistas, ya que la lealtad al capitalismo está asegurada con la extrema derecha. La OTAN y EE.UU resultan intocable para el fascio. La cara B de esta misma moneda trae quita de derechos (y eso nunca les viene mal en épocas de crisis), por eso, no hay que tirarla, puede pulirse o dar la vuelta para que luzca el llamado estado del bienestar cuando interese pero es intocable. Es desagradable confirmar que los mismos que penan por la llegada de Meloni avalan, desinforman y alientan a los batallones fascistas en Ucrania, apoyan sin dudarlo las políticas expansivas de la OTAN situando armamento sofisticado en los países con frontera con Rusia, y festejan los supuestos avances de las tropas mercenarias (las empresas privadas hacen y hacen caja) de Zelenski. Estos días es imposible ver en la prensa patria (ni siquiera en la ni-ni) información de los bombardeos sobre zonas que no quieren pertenecer a Ucrania, ni reportajes-recuerdos sobre los años que desde Kiev se enviaba al ejército para matar independentistas (miles, según la propia ONU). Son estos los que editorializan con falsos reparos sobre la fascista Meloni, pero su mensaje es evidente. Algunos ya empiezan incluso a obviar el teatro, y han comenzado a practicar el blanqueo del futuro gobierno italiano con documentales y noticias sobre la infancia dolorosa de Meloni, su padre comunista que la abandonó, fotos familiarmente tiernas y la manida frase de una mujer hecha así misma. Meloni, como el Comando Azov les pertenece.
    (Insurgente.org)

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