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El coletas era el menos hijo de puta
No por conocido resulta menos obsceno escuchar a los protagonistas de la cacería antidemocrática contra un adversario político expresarse en términos tan burdamente eméticos como los que se muestran en los audios desvelados por El País entre José Manuel Villarejo y María Dolores de Cospedal. La conversación es una concreción evidente de la campaña de mierda y noticias falsas creada para perjudicar las opciones electorales de una formación de izquierdas. Una trama policial, política y mediática dirigida a substraer la libre elección de los ciudadanos para elegir a sus representantes en el gobierno. Un golpe blando contra la democracia.
Las formas eran parte del proceder: “Villarejo: El Coletas [Pablo Iglesias] es un hijo de puta… Cospedal: Un hijo de puta en toda regla”. Sin embargo, Pablo Iglesias era el menos hijo de puta de los que aparecen en la conversación. Los hablantes son un inspector de la Policía nacional y la ministra de Defensa del gobierno de Mariano Rajoy. ¿Qué confianza en las instituciones le puede quedar a quien ha sufrido una campaña de desprestigio de este tipo? Es comprensible que tras ser objetivo de un ataque de estas dimensiones durante tantos años use su espacio mediático para pasar facturas, puede que a veces con escaso tino sin apuntar bien al objetivo, pero se puede entender la inquina.
Pablo Iglesias no tenía que caerte bien para que respetaras sus ideas, su derecho democrático a expresarlas y la legitimidad otorgada por millones de ciudadanos que, con su voto, le otorgaban el honor de representarles en las instituciones. No hay ninguna idea, propuesta o palabra en su discurso de confrontación contra las élites con el que llegó a la opinión pública que justificara una campaña ilegal y antidemocrática contra su persona ni contra el partido que lideraba, que, además, era también de millones de ciudadanos que lo consideraban el que más fielmente representaba sus ideas, anhelos e intereses. Respetar a Pablo Iglesias como líder político era hacerlo con aquellos a los que representaba, pero en España hay ideas que solo pueden ser defendidas desde los márgenes. Sin posibilidad de que estén en las instituciones para que puedan servir como políticas públicas.
La campaña que emana de los audios, y que ya ha sido denunciada y desmontada en múltiples ocasiones, es una muestra grotesca de la falta de democracia que existe en este país y de la nula capacidad del Estado para hacer pagar a aquellos que la llevaron a cabo. Villarejo, Cospedal e Inda, responsables de la trama policial, política y mediática, que aparecen en los audios como manos ejecutoras de la trama, no han sufrido ningún tipo de penalización por estas actuaciones cuando debieran estar encausados o, al menos, desacreditados para cualquier tipo de actividad pública. Ya se sabe que Eduardo Inda publicó noticias falsas filtradas por una trama policial para subvertir el orden democrático. No es una hipótesis, es un hecho.
En la agenda de Villarejo había una anotación: “La posverdad -la mentira-, algo que no ha ocurrido, pero que se presenta como cierto para dañar a otro”. Hoy, en España, hay gente que se cree aún que Pablo Iglesias, El Coletas, es un sicario de Venezuela para acabar con la democracia en España. Al final los hijos de puta lograron su cometido.
Es una pena Antonio. Lo adornes como lo adornes.
Hay momentos en los que no hay medias tintas: con la clase o contra la clase. Cada persona está en su legítimo derecho de elegir, no hay nada que reprochar pero no deja de ser una decepción perderte como referente.
Saludos
También tú vas a llamar «caso Inda» a este escándalo? . Qué decepción! Tan implacable con otros y tan suave ahora.
Estoy impaciente, esperando a que Antonio Maestre nos diga qué opina de los últimos audios, los de FERRERAS con Villarejo. Esos sí que dificultan su argumentación.
Ah, o sea, Pablo Iglesias, es para vos, un hijo de puta, un poco menos hijo de puta que Cospedal, Villarejo o Inda, pero un hijo de puta al fin. Qué fino y que solidario que sos. ¿Y de tu jefe Antonio Ferreras, tenés algo que decir? ¿Es Ferreras también un hijo de puta? ¿Y de la hijaputez y cobardía de «periodistas» pogres, vas hablar?
Desafortunado artículo sobre la falta de democracia en el país ya que te olvidas creo que conscientemente en mi opinión, de la participación activa de determinados poderes políticos, mediaticos y jurídicos en esa trama delictiva como el medio en el que colaboras asiduamente con el «progresista» Ferreras. Hasta hace poco te consideraba un periodista valiente, sin ataduras que que decías lo que pensabas e incluso estuve suscrito a La Marea pero desde que estás de tertuliano con Ferreras algo está cambiando.
Si por algo sigo suscrito a la Marea es por el buen trabajo de tus compañeros; Pablo Iglesias puede caer mal, pero está demostrando que el tiro siempre va bien dirigido, no tienes que justificarte, el tiempo pone a cada uno en su sitio … o no, quién sabe.
Cada día estoy más decepcionada contigo, por qué no hablas sin tapujos de Ferreras y de su complot con mentiras? No se puede nadar y guardar la ropa… O te mojas o te mojan, Antonio, recapacita
¿Algo que comentar sobre tu amigo Ferreras como te señalo hace tiempo o con las cosas de comer no se juegan?
El título es, como mínimo, desafortunado. Se me ocurren otros calificativos. El Excmo Sr. Don Antonio Maestre, en definitiva, considera a Iglesias un HDP…pero menos que otros (y otras).
Una forma, nada sutil pero sí algo cobarde, de insultar a un politólogo con el que discrepa desde su altar. De egos va la cosa, supongo.
Salud
Y Alfonso como siempre ; a lo «suyo……» ,ja,ja.
Salud.
En España, con solo rascar un poco, aparece ROÑA A ESPUERTAS.
Sutil Maestre o todo lo contrario. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, le crujes otro poquito a a Iglesias. Tanto Al rojo vivo le acabará pasando factura. Cada día menos periodismo. Salud y cuídese
La relación de Pablo Iglesias con Venezuela es evidente. Recordemos que el rey a quien juró lealtad es el jefe de un estado aliado de Venezuela en la ONU.