Opinión

En la guerra, la batalla contra la censura

"El vacío informativo que fomenta este bloqueo atenta contra nuestra capacidad intelectual, pues, implícitamente, conlleva una noción de las personas como seres fácilmente manipulables"

Comentarios
  1. Los políticos occidentales tratan a sus electores como si fueran niños. «Cerremos RT no vaya a ser que manipulen a estos pobrecitos…» A mi personalmente, me hace sonreír las decisiones que toman estos memos. Hace tiempo que descubrí que no hay nadie en el que todo sea bueno, ni tampoco malo, y esto mismo pasa con los paises. Nadie conseguirá jamás que yo odie a los rusos, ni a ningún otro grupo humano de un pais cualquiera del planeta. Yo odio las guerras, el mal supremo de este mundo, el daño que le hacen a la humanidad, no odio alas personas, y tampoco me dejo manipular por ningún medio periodístico de casa o de fuera. No soy pro-ruso, por cercanía soy pro-España y pro-Europa; y no le deseo ningún mal a los rusos ni a ningún otro pueblo. Pero metería en la cárcel -perpetua- y sin compasión a todos los promotores de las guerras que han causado millones de muertos. Sin compasión. Porque estos tipos son odioso y malos de tres pares de narices.

  2. El profesor Stephen Cohen, aclamado como la mayor autoridad de EE.UU en temas de Rusia, escribió:
    “Quemar vivas a personas de etnia rusa y otras en Odessa, a modo de pogromo, reavivó el recuerdo de los escuadrones de exterminio nazis en Ucrania durante la II Guerra Mundial. [Hoy] los ataques furiosos a gays, judíos, personas mayores de etnia rusa y otros ciudadanos “impuros” se extienden por Ucrania, junto a las marchas con antorchas que recuerdan a las que finalmente inflamaron Alemania a finales de las décadas de 1920 y 1930…
    “La policía y las autoridades oficiales no hacen apenas nada por evitar estos actos neo-fascistas o por denunciarlos. Al contrario, Kiev los ha alentado oficialmente mediante la rehabilitación sistemática e incluso la celebración de los colaboradores ucranianos en los pogromos de exterminio nazi-alemanes, renombrando las calles en su honor, levantándoles monumentos, reescribiendo la historia para glorificarlos, y más”.
    Hoy, la Ucrania neo-nazi apenas se menciona. No es noticia que los británicos estén entrenando a la Guardia Nacional Ucraniana, que incluye a neo-nazis en sus filas…

  3. GRITA LIBERTAD, para PABLO GONZALEZ, para JULIAN ASSANGE, y para todxs los periodistas víctimas de las guerras del capital.
    Gonzalo Boyé, abogado de Pablo González: «Sin libertad de prensa no hay democracia», criticó el abogado el día de la detención informando que el periodista ha sido sometido a interrogatorios sin la presencia de un abogado. Para Boye, esta incomunicación no tiene otro objetivo que «quebrar la voluntad» del detenido, y no obtener información.
    «Que decidan si estamos o no en guerra: Si no lo estamos, este señor el miércoles tiene que recibir la visita de su abogado; y si lo estamos, recibirá la de la Cruz Roja».
    Pablo González, habitual colaborador de Naiz, Público o La Sexta, se encuentra en prisión provisional desde el lunes 28 de febrero en la cárcel de máxima seguridad de Rzeszów, a 400 kilómetros de la capital polaca, cerca de la frontera con Ucrania. Está acusado de un delito de «espionaje», en concreto de ser un miembro de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa (GRU). Algo que ha negado rotundamente.
    El pasado 6 de febrero Pablo González, periodista especializado en Europa del Este, fue detenido durante varias horas por los servicios de seguridad ucranianos en Kiev, acusado de «prorruso» en Ucrania y obligado a salir del país. Entre ambas detenciones, el CNI visitó a familiares del periodista para «hacerles todo tipo de preguntas sobre su vida y su trayectoria», según detalló Público. Este miércoles, 9 de marzo, la propia ministra de Defensa española, Margarita Robles, ha confirmado en el Congreso que el CNI investigó al reportero.
    Este lunes, 7 de marzo, cuando se cumplía una semana de su detención, al fin hubo noticias a través del Consulado: «Pablo está bien, fuerte y tranquilo», y reivindica su inocencia tras remarcar que desconoce «por qué le acusan de algo así» (el artículo del Código Penal al que ha recurrido Polonia se refiere a «espionaje» y prevé penas de uno a diez años de cárcel), según informa Naiz.

    Las muestras de solidaridad con Pablo González han sido muchas y diversas, desde el periodismo y la política a la cultura. En todas ellas se exige su inmediata liberación.

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