Crónicas | Cultura

A vueltas con la tradición

La tradición ha salido de las casillas minoritarias en las que sobrevivía casi al modo de una reserva protegida

Comentarios
  1. …El Rey es Dios. Por eso elige la fecha del 24 de diciembre para traer su buena nueva a los españoles. Nos habla en mitad de una conmemoración religiosa, por si a alguien todavía le quedaba alguna duda. No nos habla el 1 de enero, el 25 de julio, el 12 de octubre o el 6 de diciembre, lo que podría estar justificado. Ni siquiera nos habla el 6 de enero, que tendría su puntito de coña también. El 31 de diciembre nos hablan los presidentes autonómicos, cuya dimensión divina da un poco la risa. El Rey comparte pantalla con el Hijo de Dios. Ayuso, Ximo Puig o Aragonés lo hacen con Cristina Pedroche. No me comparen.
    El Rey es Dios. Concretamente, el Dios del Nuevo Testamento. Juan Carlos I es a Felipe VI lo que el Antiguo Testamento es al Nuevo.
    El Rey es Dios. Por eso es omnipresente. Televisión pública y televisión privada. La 1, La 2, Antena 3, Cuatro, Telecinco. No importa a dónde vayas, no conseguirás escapar de su mirada. A las nueve de la noche de la noche de Nochebuena, los mandos a distancia dejan milagrosamente de funcionar y el zapping se hace imposible. Él te está viendo. Bondadoso, juicioso. Contundente y sin fisuras. Invitándonos a recogernos en su seno. Hablando desde el cielo de la Zarzuela donde habita. Corren rumores de que en algunas cadenas autonómicas contraprograman misas negras a esa hora. Como Dios, el Rey es omnipresente. Lo de ser también omnipotente ya si eso tal.
    ¿No han notado que Yolanda Díaz sale de sus despachos con Felipe VI con la misma cara de arrebato místico que le vimos tras su reciente confesión con “nuestro Santo Padre”? Pues eso.
    https://laicismo.org/cinco-parecidos-entre-el-rey-y-dios/253187

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