Internacional

ESPECIAL DESDE LESBOS | Cuando buscar agua te convierte en clandestino (2)

Tras dos días aislados por los controles policiales, refugiados de Moria se ven obligados a recorrer kilómetros clandestinamente a través de los olivares para comprar comida y recoger agua en riachuelos para ducharse.

Comentarios
  1. Y de los griegos, mientras tanto, nos olvidamos ya que no son refugiados ilegales.
    Endeudados con Alemania, que les obliga a gastar en armamentos alemanes. Acosados por los turcos que quieren el gas del mar Egeo y facilitan el paso a inmigrantes no turcos mientras Turquía recibe subsidios de Alemania.
    Así y todo, los griegos tienen que llevar parte del peso de las crisis en Siria, Yemen, Afganistán y tantos otros países que ni siquiera han sido colonias griegas en época moderna.
    Y los héroes son los de una ONG, Zaporeak, situada en Intxaurrondo, lugar de los primeros asesinatos de guardias civiles por etarras. Tal vez buscan nuevos reclutas para su causa nacional-socialista.

  2. EL DRAMA DE LESBOS, EL DRAMA DE LOS PUEBLOS INDIGENAS, POBREZA, NACIONES EN GUERRA, ¡ES EL CAPITALISMO, ESTUPIDO, DESPERTAD, PUEBLOS DORMIDOS DEL MUNDO!
    Así obligan gobiernos y algunas Ongs «conservacionistas» a emigrar de sus tierras y a mendigar en las grandes ciudades a muchos pueblos indígenas.
    La Gran Mentira Verde: el mayor acaparamiento de tierras de la historia en nombre de la conservación.
    Grandes ONG conservacionistas pisotean los derechos de pueblos indígenas y los expulsan de sus tierras. Esto es un delito en muchos sentidos… Los mejores guardianes del medio ambiente están siendo aniquilados por dichas ONG, que a menudo se asocian con las industrias más contaminantes y destructivas del planeta.
    Y todo indica que la situación podría empeorar. Se está poniendo sobre la mesa el mayor acaparamiento de tierras de la historia, y todo en nombre de la “conservación” de la naturaleza. El plan consiste en convertir el 30% del planeta en áreas “protegidas”, basándose en la afirmación totalmente falsa de que esto ayudará a proteger la biodiversidad y paliar el cambio climático y las pandemias. Sin embargo, como vengo señalando a menudo, lo más probable es que estos problemas se agraven.
    Si permitimos que esto ocurra, comportará un ataque masivo a la diversidad humana en todo el mundo. Algunas ONG conservacionistas simplemente no quieren que la gente viva de modo autosuficiente de la caza, del pastoreo o del cultivo de sus propios alimentos. Quieren expulsar a la gente de los bosques y del campo, trasladarlos a las ciudades y hacerlos dependientes de los alimentos producidos industrialmente. Mucho me temo que esto no es una exageración: la “naturaleza” será un bien al alcance de unos pocos privilegiados que puedan permitirse el lujo de visitar un espacio salvaje artificialmente “virgen», “pristino” e “intacto”… que tiempo atrás fue el hogar de muchos pueblos indígenas.
    Claro que en algunos lugares los parques nacionales pueden ser una excelente barrera contra el avance de la industria. Pero muchas personas no están dispuestas a conocer la verdadera historia que tantísimas veces hay detrás del actual modelo de conservación de la naturaleza: por ejemplo, la historia de los bosquimanos en Botsuana, la de los bakas en la cuenca del Congo o la de los adivasis (“indígenas”) en India. Historias terribles de desarraigo que abocan a sus víctimas a la mendicidad, a la prostitución y a sufrir los mismos problemas con el alcohol o los encarcelamientos que todavía destruyen la vida de muchos nativos norteamericanos y aborígenes australianos cuyos antepasados fueron expulsados de sus tierras.
    La historia que cuenta cómo los parques naturales se crearon en Estados Unidos por iniciativa de algunos de los peores eugenistas, racistas y ecofascistas, y luego se exportaron a África y Asia, ha sido encubierta, y el nuevo intento de apoderarse del 30% del mundo para destinarlo a “áreas protegidas” (que en muchos casos no comportan una buena protección) cuenta con el apoyo de miles de millones de dólares de los contribuyentes, aportados por gobiernos y por Naciones Unidas. Seguirá adelante y amenazará las tierras de millones de personas a menos que se origine una oleada de protesta por todo el mundo.
    (Stephen Corry, Survival International)

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