Las calles de Sevilla, abarrotadas en Semana Santa, ahora respiran vacías. Las saetas, los llantos y las trompetas han sido cambiadas este año por el silencio y los aplausos de las 20:00h. En una Sevilla inédita se encuentra pasando el confinamiento Antonio de la Torre, que ha participado en una jornada de café virtual en Instagram con La Marea. El actor afirma estar “bien” y “mejor que mucha gente que tiene problemas más concretos de salud, que se está muriendo afectada por la enfermedad o personas con problema de habitabilidad, espacio, alquiler”.
De la Torre, que ha remarcado en varias ocasiones que pertenece al 8% «privilegiado» del sector de las artes escénicas que vive de su trabajo, no estaba rodando en el momento en el que se decretó el estado de alarma, aunque sí se encontraba realizando algunos castings.
En medio del confinamiento, se ha estrenado en Movistar+ ‘La línea invisible’, una serie sobre los inicios de ETA y en la que el actor interpreta a Melitón Manzanas, policía torturador franquista, jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa que llegó a colaborar con la Gestapo. Manzanas fue una de las primeras víctimas de la organización después de que decidiesen abrazar la lucha armada. “Hay que entender que hubo una ETA antes de esa quinta asamblea, antes de convertirse en lo que después conocimos y que sembró tanto terror. Pero antes era una organización pacifista que soñaba con derrocar una dictadura”, ha subrayado el actor durante la conversación.
Para conocer mejor al personaje, de la Torre intentó hablar con la hija del policía, “pero esta mujer declinó que nos viésemos porque para ella era muy doloroso. Llevaba muchos años siendo la hija del torturador oficial. Pero ella aseguraba que era muy buen padre y negaba que las acusaciones fuesen ciertas. Y, por otro lado, un estudio ha acreditado 3.500 casos de torturas desde los años 60 hasta bien entrada la democracia. Muchos de ellos (las personas torturadas) siguen vivos y aseguran que conocieron a Melitón, algunos de forma más tangencial y otros más directa. Fíjate cómo hay diferentes puntos en una misma realidad”, ha explicado, señalando que ha intentado no pensar demasiado en la posibilidad de que les acusasen de blanquear a la banda terrorista en la serie o de humanizar al policía torturador.
La desinformación ha sido también uno de los temas que han aparecido durante la charla en Instagram. Para de la Torre, que estudió Periodismo, la época que vivimos es “fascinante”, ya que toda la historia de la humanidad puede guardarse en un teléfono: “Es vedad que el reto ahora es buscar la buena información. Yo sigo unos cuantos medios y ahora leo digital, y uno de esos medios es por supuesto La Marea. Pero, hago mías las palabras de Mujica, que decía que la libertad y la información hay que pelearlas día a día. Y como seres adultos debemos buscarla”. El actor espera que esta situación sirva para “salir reforzados en lo social y en lo colectivo” y nos demos cuenta de que “estamos en un planeta finito y que la esencia del capitalismo, que es un consumo constante, no tiene un largo recorrido. Hay que buscar otras formas de convivir y otras formas de vida. No sé si esto pasará ahora o nos pasará la amnesia como en otros momentos históricos”, ha reflexionado.
Finalmente, ha tenido palabras para el sector de la cultura, que inició el pasado jueves a las 23:59h una huelga en redes sociales: “Es algo controvertido. Estamos en un escenario donde la prioridad es la vida […] A mí me preocupan los problemas de mi gremio pero también de la sanidad, de los autónomos… Eso está en mi corazón y en mi cabeza. Pero no quiero que se malinterprete este gesto como un ‘qué hay de lo mío’. Hay 700.000 puestos de trabajo derivados de la cultura y pueden irse con el viento si esto se prolonga y no hay medidas. Yo puedo pasar esta situación coyuntural sin problema, pero la mayor parte del sector no puede hacerlo”, ha explicado, reiterando “que ahora mismo lo importante son las vidas que están en juego”.
Cuestionario Proust
¿Qué debería hacer la sociedad desde ya para paliar la crisis climática?
Me faltan conceptos, pero desde luego apostar por energías renovables, una política sobre el plástico adecuada… Pero, principalmente, atacar el consumo y que se convierta en un consumo razonable, apostar por el transporte público, acabar con el carbón y apostar por otros caminos. Pero, sobre todo, un gran esfuerzo de lo colectivo. Como especie debemos salir de esto pensando que cada ser humano es de nuestra familia. Una vida es más importante que cualquier frontera, nación o bandera.
¿Quién le gustaría ser en Twitter?
Donald Trump, para poner tuits en chino. [Risas]
¿Cuál de sus contradicciones es irremediable?
Pues decir que soy de izquierdas y tener muchas costumbres capitalistas y consumistas.
Alguien le dice que todos y todas tenemos las mismas oportunidades, ¿qué le contesta?
Que no es verdad. Desde un nivel alimenticio, educacional… No es cierto. Yo he subido un peldañito socialmente por suerte y también porque me he esforzado, no te voy a mentir y a voy a negar que me lo he currado. Pero me consta que hay mucha gente que se lo curra y no lo consigue. O sea que no es cierto que si te esfuerzas lo consigues. No es cierto que cualquiera pueda ser presidente de los Estados Unidos, o si no que lo digan a Bernie Sanders.
¿A quiénes cree que estamos dejando atrás en esta crisis?
Los primeros, los ancianos, los mayores. Los profesionales de la sanidad, cajeros de supermercados, pequeños autónomos, pequeños empresarios, a mis compañeros de profesión… Los de siempre, los que están más flojos.
¿Le da miedo que puedan aflorar los nacionalismo en un momento como el actual?
Sí, sí, claro. Este virus ha puesto en evidencia que vivimos en un mundo hiperconectado y tenemos que tener soluciones globales. Esa brigadas de Cuba que han ido a echar una mano a Italia. Eso es lo que necesitamos.
¿Qué cree que puede salir positivo de una crisis como esta?
Que salgamos reforzados como sociedad, como colectivo, como humanidad; como en Fuenteovejuna, todos a una.
¿Quién está haciendo algo nuevo en el mundo de la cultura?
Ahí me pillas. Pero me estoy acordando de una frase de Ai Weiwei, el galerista disidente chino, que en una entrevista en El País decía que “el capitalismo ha llegado a su fin”. En la manera en que lo conocemos y que está exprimiendo los recursos y donde el beneficio es el motor, espero que sí.