Opinión

El helicóptero de Franco: dos sensaciones opuestas de la misma imagen

"Fue liberador ver cómo el dictador era sacado del lugar donde yacen sus víctimas. Pero fue horrendo a la vez ver al dictador en las alturas con sus víctimas abajo".

Comentarios
  1. «El estado democrático, goteras aparte,»
    De democracia nada, vencieron y aquí siguen, todo bien atado, y como tienen comprados los medios de comunicación para manipular han conseguido que los vientos soplen a su favor y cada día se imponen con más desfachatez y desvergüenza llevándonos a sus mejores tiempos. No hagamos el juego a quienes les interesa que nos creamos que vivimos en democracia, aunque ya ni siquiera se pueda pedir nuestros derechos ni protestar.
    ————————————————————
    Ya lo había dicho Rigoberto Domenech, arzobispo de Zaragoza, a comienzos de agosto de 1936: «La violencia no se hace en servicio de la anarquía, sino lícitamente en beneficio del orden, la Patria y la Religión». El hecho de que esa violencia se ejecutara en nombre de valores tan superiores como la Patria y la Religión, con mayúsculas, facilitaba mucho las cosas, comparada con esa otra violencia «en servicio de la anarquía». Además, si lo que se defendía resultaba tan importante y decisivo como la supervivencia de la Iglesia, de la sociedad perfecta, de la institución representante de Dios en la tierra, el derramamiento de sangre de los «sin Dios», de los «hijos de Caín», era justo y legítimo, consecuencia de una «guerra santa de reconquista espiritual» que exigía ese baño de sangre para arrancar de raíz lo imperfecto.
    Es la diferencia entre el Valle de los Caídos, un lugar grandioso para “desafiar al tiempo y al olvido”, homenaje al “sacrificio de los héroes y mártires de la Cruzada», y las decenas de miles de republicanos, asesinados sin procedimientos judiciales ni garantías previas, abandonados por sus asesinos en las tapias de los cementerios, en ríos, en pozos y minas, o enterradas en fosas comunes.
    Sacar a Franco del Valle de los Caídos es el fin de una parte de la historia que comenzó en julio de 1936, en la era de los fascismos, y que ha continuado hasta bien entrado el siglo XXI. Esa historia no está cerrada para miles de familias de todos esos desaparecidos que nunca han encontrado en la democracia políticas de retribución. Mientras dure ese desequilibrio de recuerdos y lugares de memoria, el pasado seguirá abierto.
    (Julián Casanova – historiador)
    https://laicismo.org/y-que-me-dice-usted-del-anticlericalismo/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.