En julio, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (PP), anunciaba que dejaba sin efecto Madrid Central, y emplazaba a octubre para presentar un nuevo plan anticontaminación. Aquella moratoria resultó un fiasco tras ser tumbada por la Justicia. Este lunes, la alternativa al proyecto impulsado por Ahora Madrid la pasada legislatura ha sido bautizado con el nombre de Madrid 360 y ha sido presentado con gran secretismo con la presencia del regidor municipal, acompañado por la vicealcaldesa, Begoña Villacís (Ciudadanos), y el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante.
Desde la Plataforma en defensa de Madrid Central denuncian que el plan ha sido presentado «sin pasar por la mesa de comité del aire del Ayuntamiento, ni por la mesa de seguimiento de Madrid Central, y sin contar con el criterio de los técnicos municipales». En cambio, lo que sí hizo Martínez Almeida para preparar el plan fue encargar el pasado 26 de julio una auditoría exprés a la consultora Deloitte. La partida, asignada por contrato menor por 17.908 euros, se sitúa en el límite de los 18.000 euros, cifra máxima para poder asignar la contratación a dedo, como ha sido el caso.
Este nuevo plan anticontaminación recoge un total de 200 disposiciones, calificadas desde Greenpeace –que forma parte de la Plataforma en defensa de Madrid Central– como «un compendio de medidas, muchas de las cuales ya estaban en funcionamiento y otras son completamente inocuas», poniendo como ejemplo el soterramiento anunciado de la A-5: «No evita que haya más o menos tráfico, lo único que hace es enterrarlo», comenta Adrián Fernández, portavoz de la organización ecologista.
Unas de las principales modificaciones que introducirá este nuevo plan anticontaminación será permitir el acceso al centro a los vehículos con etiqueta C (aquellos de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014) de alta ocupación (es decir, dos o más ocupantes). Desde la Plataforma señalan este cambio como una «absoluta regresión» y «una invitación, clara y explícita, a venir en coche al centro de Madrid». Por su parte, Isabell Büschel, de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E, por sus siglas en inglés) considera que Madrid 360 es «claramente un paso en la dirección equivocada y socavará los logros de una de las zonas de bajas emisiones más exitosas de Europa», y remarca que «la salud pública tendrá que pagar el precio» de «una decisión unilateral y no una ‘solución de 360’ para la ciudad».
Además, como se ha anunciado, se ampliará el horario de entrada a las motos, al ser consideradas, según el Ayuntamiento de Madrid, como vehículos de alta ocupación. A partir de que entre en funcionamiento el plan, estos medios de transporte podrán circular sin restricción de horario. «Tenemos que preservar la calidad del aire, pero compatibilizarlo con el necesario progreso social y económico», comentaba el propio Almeida durante la presentación.
El plan contempla, de manera gradual, la prohibición de entrar a la almendra central a los vehículos más contaminantes. A partir de 2021 se espera que no puedan circular por Madrid Central aquellos automóviles sin etiqueta ambiental. Para 2022, la prohibición llegará hasta la M-30, mientras que para 2023 ya se incluirá esta vía. En 2024, la intención es ampliar las restricciones a toda la ciudad y, para 2025, que todos los vehículos, sean o no residentes, puedan circular en toda la ciudad, tal y como ya estipulaba el proyecto impulsado por el equipo de Manuela Carmena.
Otras de las novedades presentadas por el equipo de PP y Ciudadanos es la rebaja en las tarifas de los parking del centro, así como la creación de dos líneas de autobuses, gratuitas y de cero emisiones, entre las zonas de San Bernardo y Puerta de Toledo, y otra entre Moncloa y Felipe II. Además, aquellos carriles bicis que dificulten la circulación serán eliminados en pro de los vehículos. Asimismo, Almeida ha anunciado que los comerciantes gozarán de las mismas condiciones de acceso que los vecinos.
La peatonalización de Puerta del Sol y su entorno será otra de las ideas que llevará a cabo «con el objetivo de convertirla en una auténtica zona cero de emisiones», recoge la nota de prensa oficial.
No obstante, Madrid360 no podrá entrar en funcionamiento hasta el año que viene. Antes, se deberá modificar la Ordenanza de Movilidad Sostenible que permita introducir unos cambios entre los que se incluirá la eliminación del nombre de Madrid Central. Según el propio alcalde, será durante el primer semestre de 2020 cuando entre en vigor, siendo junio la fecha límite.
Este martes, la Plataforma en defensa de Madrid Central presentará una primera valoración técnica sobre el impacto que tendrán las medidas anunciadas hoy. Almeida, por su parte, ha confirmado que viajará a Bruselas para explicar los cambios del plan y convencer así a la Comisión Europea de la idoneidad del nuevo proyecto. En este sentido, Isabell Büschel considera que «no hay razón para creer que Madrid 360 logrará resultados similares a Madrid Central», y estima que las medidas recogidas en el plan «no permiten evitar que España sufra sanciones en el marco de un procedimiento de infracción iniciado por la Comisión Europea».
Impacto de la contaminación atmosférica
En España, se calcula que un 35% de la población respira aire contaminado, según cifras aportadas por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Al año, según datos del Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Medio Ambiente, el número de muertes prematuras asociadas a la mala calidad del aire asciende a 10.000. Ampliando el mapa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que cerca de 7 millones de las muertes que se produjeron en todo el mundo en 2012 estuvieron relacionadas con la calidad del aire que se respira.
