Mi periplo hasta el máster de formación para profesores en secundaria

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María de los Ángeles Guerrero // Me licencié en Filología Hispánica en julio de 2011. Quería hacer el máster de formación para profesores en secundaria, es decir, el máster que te habilita para dar clases tanto en colegios públicos como privados. Aquel año (a diferencia del anterior) necesitabas tener un certificado de idiomas que equivaliera, al menos, a un nivel B1 en el MCER para la misma fecha de inscripción en el máster (septiembre). Yo no lo tenía y tampoco contaba con una base de idiomas adecuada que me permitiera en dos meses obtener ese nivel. A todo esto tengo que señalar que compañeros de mi promoción sí se lanzaron a hacer cursos intensivos de una cantidad que rondaba los cerca de 500 euros.

Por lo tanto, ese año lo dejé pasar e hice otro máster público becado. Cuando a finales de 2012 lo terminé, ya se me habían agotado las posibilidades de obtener una beca pública, ya que no puedes solicitar dos para un mismo nivel. Ante tanta incertidumbre con respecto a mi futuro (no tenía apenas dinero, no tenía el máster que necesitaba para preparar oposiciones y que te abre puertas al menos a la escuela privada) acepté participar en un programa de intercambio con la universidad rusa durante cinco meses. No me daban dinero, pero la matricula y el vuelo eran gratis.

Visto el panorama de España, me fui a Rusia a hacer un semimáster durante cinco meses con mil euros en la cuenta bancaria y sin posibilidad de obtener ningún ingreso allí (iba con visado de estudiante y no podía trabajar). Sobreviví gracias a unas clases privadas de español con una familia rusa. Cuando volví, ya en verano de 2013, encontré trabajo en una academia de Cádiz, mi provincia. Estuve en esa academia hasta octubre de 2015, pero sin actividad continua. Es decir, trabajaba un par de meses y me volvía a ir al paro otro par de meses o incluso más. Con deciros que estuve en Alemania de au pair entre un alta a la seguridad social y otra…

Pero mi objetivo era ahorrar para pagarme el título de inglés y el máster de profesorado. Al fin lo conseguí y lo hice en el curso 2015/2016. Todavía no he conseguido trabajar en la escuela pública y estoy sufriendo los estragos de la burbuja privada, la precariedad salarial y los altos precios de los alquileres de Madrid. A veces pienso que esto nunca va a acabar, porque siempre hay un zapato pisando la cabeza de la gente.