Este miércoles el Parlamento Europeo fijó en un 35% el mínimo de energías renovables en el mix energético para 2030. Esta será la posición negociadora de la Eurocámara ante la Comisión Europea y el Consejo Europeo para el establecimiento de la Directiva Europea de Energía. El Consejo ya había fijado sus ambiciones en el 27% hace un mes, en una decisión que sorprendió y decepcionó a grupos progresistas y ecologistas de todo el continente.
Además de la posición en cuanto al mix energético, el Europarlamento ha fijado en un 12% el porcentaje de energías renovables que deberán estar presentes en el sector del transporte para finales de la década que viene. El Parlamento Europeo también ha mostrado su rechazo frontal al conocido como ‘impuesto al sol’.
Una vez sea aprobada la directiva, cuyas negociaciones pueden comenzar inmediatamente, los estados miembros deberán fijar sus propios límites de emisiones, que serán supervisados desde Europa. Para 2022, el 90% de las estaciones de servicio en las principales carreteras europeas deben contar con cargadores para vehículos eléctricos.
Entre las decisiones del Parlamento Europeo se ha incluído también la prohibición del uso de aceite de palma en biocombustibles a partir de 2021. Además, se ha cortado la opción de aumentar la proporción de biocombustibles procedentes de cultivos que puedan servir de alimento, fijándose el límite en niveles de 2017 (alrededor de un 7%).
Sabor agridulce
Los eurodiputados ecologistas han celebrado la decisión de la Eurocámara. Michele Rivasi, representante de los verdes franceses, afirmó en una nota de prensa que el acuerdo es “histórico y consistente con los compromisos climáticos de la UE”, explicando que si la política finalmente va en la línea marcada por el parlamento, “ayudará a desarrollar una auténtica independencia energética, crear puestos de trabajo y asegurar las inversiones”.
Sin embargo, el eurodiputado de Podemos, Xabier Benito, que se ha abstenido en las tres votaciones, ha criticado que el acuerdo no es suficientemente ambicioso. “Había margen para hacer más y mejor”, argumentó Benito a través de su canal de Telegram, lamentando que los límites máximos no vayan más allá de lo que actualmente “indica la tendencia del mercado”. No obstante, el representante de la formación morada ha celebrado la decisión del parlamento europeo en cuanto al autoconsumo. “Es una tarjeta roja al gobierno de España”, afirmó.
José Blanco, eurodiputado socialista, celebró el “amplio consenso” alcanzado por la cámara y argumentó que la descarbonización puede ser un motor de “competitividad, actividad económica y empleo”.
En una nota de prensa, la organización ecologista WWF se mostró satisfecha con la decisión de la Eurocámara en cuanto a eficiencia energética y autoconsumo, pero consideró que los eurodiputados no cumplieron respecto al límite de biomasa. La ONG criticó que el parlamento no haya tenido en cuenta las advertencias de más de 800 científicos, que habían pedido que dejara de subvencionarse la quema de restos de madera para la producción de energía. Alex Mason, directivo de políticas de la oficina de WWF en Europa, definió la propuesta como “escandalosa” y avisó a las empresas de que “la inversión en biomasa conlleva un alto riesgo”, ya que “ignora la ciencia y pone en peligro el cumplimiento de nuestros objetivos climáticos”.