Yo votar, tú votar, él votar…

Yo venir en son de paz, aunque yo hablar como gran jefe indio. En la mercadotecnia electoral este año triunfar el infinitivo. PP elegir el eslogan “Trabajar. Hacer. Crecer” y, muchos meses antes, el PSOE, haber elegido la frase: “Ser socialista es hacer”.

En los inicios de la propaganda electoral, en los años ochenta, lo normal ser el imperativo: “Vota fulanito, vota menganito”. Después ponerse de moda el eslogan sin verbo: “A por más. En Positivo. Por el cambio”. Tras un periodo de desorientación, llegar con fuerza el gerundio. “Mejorando. Trabajando…”.

Y ahora ser el infinitivo lo que petar. ¿Por qué? El infinitivo ser un modo verbal que llamarse así porque designar una acción no delimitada en el tiempo (infinita) pero, además, el infinitivo ser la reducción a la mínima expresión de la acción política. Ser la forma más simple y simplista del verbo. En infinitivo todo el mundo entender. En algunas lenguas, como el alemán, el infinitivo ser la forma más extrema del imperativo.

En España, gracias a las sucesivas reformas educativas, muchos votantes no ver diferencia entre infinitivo e imperativo. Muchos ver en el eslogan del PP una sarta de órdenes: “Trabajar. Hacer. Crecer”.

El infinitivo ser la desarticulación del discurso, la quintaesencia de la simplicidad, lo contrario al storytelling. Quizá los grandes partidos recurrir al infinitivo porque en realidad ya no tener discurso.

En el modo infinitivo existir tres conjugaciones: la primera, de los verbos acabados en –ar; la segunda, en –er; y la tercera, en –ir. Y quizá los grandes partidos ya no tener discurso porque demasiados de sus altos cargos durante muchos años conjugar demasiado tres verbos, siempre en infinitivo: robar, imponer y mentir.