La Ley de Amnistía ha comenzado su andadura en el Congreso. Con 178 votos a favor y 172 en contra, el Pleno de la Cámara Baja ha aprobado este martes, casi a las once de la noche y tras una sesión de duros ataques por parte de la derecha y la ultraderecha, la toma en consideración de la proposición registrada por el PSOE tras sus acuerdos de investidura con Junts y ERC.
Como estaba previsto, los únicos partidos que han votado en contra han sido PP, VOX, UPN y CC. Y no ha habido sorpresas en el grupo socialista pese a la fórmula elegida por el PP, de llamamiento público, para retratar a posibles diputados díscolos.
Una vez superado este primer examen parlamentario, el texto será remitido a la comisión competente y se abrirá el plazo de presentación de enmiendas, que, tal y como subraya el artículo 126.5 del Reglamento del Congreso, podrán ser a la totalidad de texto alternativo o al articulado. En caso de presentarse enmiendas a la totalidad, el texto deberá superar el debate de totalidad ante el Pleno. Posteriormente, la iniciativa continuaría, en su caso, su tramitación en ponencia, comisión y Pleno.
Al tratarse de una proposición de ley orgánica, su aprobación exige mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto. Si se aprueba, el texto será remitido al Senado, y si, por el contrario, «no se consiguiese, el proyecto será devuelto a la Comisión, que deberá emitir nuevo dictamen en el plazo de un mes».
En su exposición de motivos, se señala que «toda amnistía se concibe como una figura jurídica dirigida a excepcionar la aplicación de normas plenamente vigentes, cuando los actos que hayan sido declarados o estén tipificados como delitos o determinantes de cualquier otro tipo de responsabilidad se han producido en un contexto concreto».
Continúa afirmando que «esta facultad legislativa se configura en el ordenamiento como un medio adecuado para abordar circunstancias políticas excepcionales» y persigue «un interés general, como puede ser la necesidad de superar y encauzar conflictos políticos y sociales arraigados, en la búsqueda de la mejora de la convivencia y la cohesión social, así como de una integración de las diversas sensibilidades políticas». Asimismo, argumenta que con esta iniciativa se busca «dar una respuesta adecuada más de diez años después del comienzo del proceso independentista, cuando ya se han superado los momentos más acusados de la crisis y toca establecer las bases para garantizar la convivencia de cara al futuro».
«La sesión más triste» desde el 23-F para Feijóo
«Buscamos garantizar la convivencia«, ha resumido el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López. «Es una vergüenza nacional […] La sesión más triste y más decadente» desde el 23-F, ha respondido, en su línea de oposición frontal, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Desde Junts, Josep María Cervera ha destacado que la Ley de Amnistía es el «reconocimiento del error de haber judicializado un conflicto político«, y ha insistido en que no renunciarán a la independencia de Catalunya. «Esta ley no es ninguna medida de gracia, es una medida necesaria que surge del acuerdo entre demócratas para acabar con la judicialización de la política», ha remarcado.
Gabriel Rufián, desde ERC, ha recordado que la amnistía es «una solución política y salda una deuda con Catalunya», y ha reprochado al PP todas las «hipérboles» que emplea contra el Gobierno: «Es de primero de democracia. La hipérbole cansa y hace daño a su país», le ha dicho a Feijóo.
VOX ha continuado la senda de los ataques: «Es un golpe a la Constitución, al estado de derecho, a la dignidad de los españoles, a la nación», dijo Santiago Abascal, quien ha afirmado que harán todo lo que sea necesario para detener la Ley de Amnistía.