Internacional
Farah Dih: “Muchas mujeres saharauis vivimos entre dos mundos”
Escritora y profesora en la Universidad de Nueva York en Madrid, Dih pertenece a una generación que desafía los moldes tradicionales pero continúa con firmeza la lucha por el reconocimiento de su pueblo. A su juicio, es crucial denunciar la «amnesia histórica del Estado español respecto a su pasado colonial en África».
Cuando Farah Dih habló en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en 2019, recordó que hay 17 territorios no autónomos en el mundo a los que «se les ha negado la oportunidad de decidir su propio destino». Uno de ellos, el suyo: el Sáhara Occidental. Ya entonces se mostró preocupada por que este organismo hubiera «olvidado los principios originales sobre los que se fundó». Uno de esos principios era el de la desconolonización. El tiempo le ha dado la razón a Dih: hace sólo unos días el Consejo de Seguridad de la ONU votó a favor de una resolución en la que afirmaba que la autonomía bajo soberanía de Marruecos «podría constituir la solución más viable» para superar el conflicto. E instaba a las partes (Marruecos y el Frente Polisario) a negociar sobre esa base. La invasión, los bombardeos con napalm sobre la población civil, la ocupación ilegal de un territorio, la imposición de un régimen represivo que viola sistemáticamente los derechos humanos ha pasado a ser, en el lenguaje diplomático y 50 años después, un conflicto entre dos partes. «Si la erradicación del colonialismo sigue siendo una prioridad en la agenda de la ONU, como proclama el señor Guterres, ¿cuándo van a estar dispuestos a cumplir sus palabras», objetaba Dih en su intervención.
Farah Dih nació en 1991 –el año del alto el fuego y de la creación de la Minurso– en los campamentos de población saharaui refugiada en Tinduf (Argelia). Después de formarse en filología en las universidades de Valladolid, Nebraska-Lincoln y Nueva York, actualmente es profesora de esta última institución en su campus de Madrid. Combina su labor docente con la escritura de ficción y es una de las voces saharauis con las que hemos contado en La Marea para hacer nuestro dossier especial en el último número.
Para Dih, 50 años después de la traición española y la invasión marroquí, es «fundamental hablar de la amnesia histórica y el olvido selectivo del Estado español respecto a su pasado colonial en África, concretamente en el Sáhara Occidental y en Guinea Ecuatorial».
«Necesitamos que se hagan reparaciones de manera oficial, empezando por revertir el reciente reconocimiento del Gobierno español de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, pero también dando una mayor visibilidad a la cuestión colonial desde las instituciones», añade. «Necesitamos que se estudie, que se enseñe y que se reconozca el problema para poder sanar unas heridas que no solo siguen abiertas, sino que se han infectado».
Como todas las personas saharauis consultadas para componer nuestro dossier, Dih resalta el papel de las mujeres en la resistencia de su pueblo, pero señala una particularidad que le atañe personalmente: «A día de hoy, muchas mujeres saharauis vivimos entre dos mundos. Y no me refiero a la dualidad cultural de sentirnos saharauis y españolas (que también), sino a la paradoja de estar luchando juntas por la libertad colectiva de nuestro pueblo mientras este, irónicamente, tiende a rechazar nuestro propio derecho a la libertad individual».
Dih, como muchas otras saharauis de su edad, se desmarca cultural y generacionalmente de ciertos modos y costumbres. «Hablo de las que hemos decidido no encajar (o quizá nunca lo hemos hecho) en los moldes tradicionales: las que no llevamos velo, las que vestimos como queremos, las que hemos tomado de la cultura saharaui (y de la española) lo que nos ha convenido para crear una identidad propia, mestiza y diversa», explica.
Para ellas, el camino de la emancipación ha sido muy diferente al de las mujeres occidentales: «Es curioso ver que mientras las feministas blancas españolas luchan por cambiar los cánones de belleza —el de las cirugías estéticas, la delgadez extrema, los filtros de Instagram, etc.—, nosotras libramos otra lucha casi inversa. La de poder arreglarnos y vestir con libertad, de elegir con quién relacionarnos afectivamente y de desafiar unas normas sociales ancladas en el pasado, que se siguen reproduciendo de generación en generación».
Testimonios: Laura Casielles | Edición: Manuel Ligero
Esta entrevista con la profesora Farah Dih forma parte del trabajo realizado para elaborar el dossier que ‘La Marea’ le ha dedicado al Sáhara Occidental en su último número. Puedes comprar la revista aquí o suscribirte para seguir apoyando el periodismo independiente.
En un artículo rubricado por el profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense de Madrid, Isaías Barreñada, bajo el título «Sáhara Occidental: ni momento de inflexión ni votación histórica», el autor realiza un profundo análisis de la reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el conflicto en el Sáhara Occidental.
Según mantiene el profesor Barreñada, la resolución aprobada el pasado 31 de octubre no representa ni un cambio sustancial ni un avance significativo, pese a la alharaca mediática en Marruecos y las celebraciones oficiales. De acuerdo con lo expresado por Barreñada, esta nueva resolución —aunque contiene ligeros matices— consolida una peligrosa deriva hacia la legitimación de la propuesta marroquí de autonomía, desdibujando los principios del derecho internacional que deben regir un proceso de descolonización.
El autor subraya que la MINURSO se prorroga por un año más, manteniéndose como una misión bloqueada, sin referéndum a la vista ni capacidad de supervisar el alto el fuego, en un contexto donde las hostilidades no han cesado desde hace cinco años.
Según Barreñada, el nuevo giro del Consejo de Seguridad ha puesto en evidencia la contradicción estructural de Naciones Unidas: mientras la Asamblea General mantiene la legalidad internacional sobre la autodeterminación del pueblo saharaui, el Consejo actúa guiado por intereses geopolíticos y por la presión de potencias que ya han bendecido la marroquinidad del Sáhara.
El análisis del profesor Barreñada revela el papel cada vez más cuestionado del llamado “Grupo de Amigos del Sáhara Occidental”, que lejos de facilitar una solución, habría actuado como correa de transmisión de intereses neocoloniales. Según el autor, el hecho de que dos de sus miembros (Estados Unidos y Francia) ya hayan reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara, y que otros dos (Reino Unido y España) respalden la fórmula de la autonomía, demuestra la inutilidad de ese grupo como mediador imparcial.
A juicio del autor, la actual coyuntura no representa un «momento de inflexión», sino más bien la confirmación de la hegemonía de la realpolitik frente al derecho internacional. Barreñada critica con dureza el papel de los actores vinculados al trumpismo global, como Jared Kushner y otros enviados de Washington, quienes promueven fórmulas autoritarias y chantajistas, al margen de cualquier legalidad reconocida. Lejos de ofrecer una solución, advierte Barreñada, estas iniciativas alimentan el bloqueo y la frustración, mientras que actores como la Unión Europea se benefician económicamente de la situación sin asumir responsabilidad política alguna.
En definitiva, el comentario que hace Isaías Barreñada en su artículo deja claro que lo aprobado el 31 de octubre por el Consejo de Seguridad no constituye ni una votación histórica ni un punto de inflexión.
Se trata, más bien, de un paso más en la consolidación del statu quo y del debilitamiento de los principios internacionales, con consecuencias impredecibles para la estabilidad de la región magrebí.