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Miss Twerkology: “En el ‘twerk’ lo que vemos es un privilegio blanco y una historia que se repite”

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Sociedad

Miss Twerkology: “En el ‘twerk’ lo que vemos es un privilegio blanco y una historia que se repite”

La bailaina Chanelle Hall quiere destacar los orígenes rituales del 'twerk' y su relevancia histórica en muchos países de África.

La divulgadora del twerk Chanelle Hall, alias Miss Twerkology, posa frente a un mural en Londres.
Ana Veiga
28 junio 2025 Una lectura de 9 minutos
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Quizá si digo twerk, tu mente se vaya directamente a Miley Cirus y su actuación de los MTV Awards de 2013, cuando se agachó a menear la cadera frente al cantante Robin Thicke. Es, de hecho, un momento clave en la historia (blanca) del meneo de culo que dio a conocer el término de twerking en Occidente. Sin embargo, muchas profesionales achacan a este momento el mal entendimiento sobre lo que es y lo que representa esta danza, que bebe de los bailes rituales de diversos países africanos.

Una de ellas es Chanelle Hall, alias Miss Twerkology como nombre de guerra, una artista multidisciplinar británica que fundó la cuenta Twerkology Nation como una plataforma dedicada al empoderamiento femenino y negro a través de este baile. Su lema es decolonizar el twerk y lo defiende en cada una de sus publicaciones.

¿Quién está detrás de Miss Twerkology?

Me llamo Chanelle Hall. Soy una bailarina británica-jamaicana que siempre ha tenido fascinación por el twerk. Tengo muchas influencias distintas porque parte de mi familia vive en el sur de Estados Unidos. Siempre los solía visitar y pude ver las tendencias que surgieron a principios de 2010. En esa época, me inspiré en ese tipo de danza. Sentía que mi tipo de cuerpo no encajaba en el estándar europeo.

¿Qué quiere decir?

Era más grande. Tenía más cuerpo de lo que se consideraba “apropiado” para bailar. Sentía que era más aceptada y celebrada en otras culturas. Cuando comencé a bailar en Reino Unido, el twerk europeo era predominantemente blanco. Había pocas bailarinas negras emergentes. La primera persona negra que hizo twerk en Londres, Reino Unido, fue Brooklyn Sánchez. Por suerte yo pude trabajar con ella, tener mi propia clase, compartir baile también con Bambam de Twerk After Work y otras cuantas más que han surgido. No hemos tenido los mismos recursos que otras chicas en la escena del twerk en Europa, pero hacemos lo nuestro.

¿Y cuándo empezó con la cuenta de Instagram Twerkology Nation?

Empecé Twerkology Nation en 2016 para compartir culturas con diversos tipos de bailes que se asocian al twerk. Hay muchas conexiones con diferentes países de África, distintas razones por las que bailan como lo hacen, y mucho respeto hacia cada una de esas culturas. Porque, al tratar de definir un único punto de inicio del twerk, se borran muchas realidades sobre como cómo migraron esas personas de África a América. Es importante resaltar el rol de la migración y la esclavitud en las personas negras y sus culturas antes de empezar a enlazar unas con otras, porque aún estamos lidiando con traumas profundos.

Para mí era muy importante expresar esto. En 2018 quería compartirlo con la escena del twerk en Europa y, además de esta cuenta, decidí organizar un seminario mientras estaba de gira en Finlandia, pero mostraron resistencia.

¿En qué notó la resistencia?

No estaban interesados. No vieron valor ni importancia en tener esa conversación ni en entender de dónde venía el baile y me parece grave cuando te autodenominabas “la pionera del twerk”. Es muy dañino porque están borrando a las mujeres que lo bailaban antes que ellas. Tal vez no eran tan conocidas, ni tenían los mismos recursos o popularidad, pero definitivamente estaban presentes. Y eso era lo fundamental que yo quería resaltar: no se puede borrar esa parte de cómo llegó el twerk a Europa solo porque quieres capitalizarlo. Cuando omites esa parte de “me inspiré en esto o aquello”, pierdes su historia. Además me surgió una pregunta: ¿por qué no hay chicas negras en estos espacios? ¿Por qué no las invitan a enseñar?

¿No las hay?

Estoy hablando de 2018. En ese momento, fui a la competición de Finlandia que mencionaba y solo vi instructoras blancas. Pregunté el motivo y me dijeron “es que no hay ninguna negra”. Pero yo les decía: “¿cómo es posible si yo estoy conectada con cinco o seis instructoras que tienen negocios en distintas partes de Europa?”. También me encontré con que tenían un disfraz tipo blackface, con una cabeza de una mujer negra gigante como si fuera una mascota de un equipo de deportes. Todos los jueces lo celebraban, se reían, aplaudían. Nadie lo detuvo. No sé qué se les pasó por la cabeza. Yo pensé: “Esto es exactamente por lo que, cuando estás usando la cultura de otra persona, necesitas educarte sobre la historia y lo que eso significa”. Porque puede que tú sientas que estás rindiendo homenaje, pero para nosotros eso es una ofensa.

Después de esto y mis críticas a cómo no enseñaban esas raíces del twerk, empezó el acoso con cientos de mensajes tratando de desacreditar lo que decía e incluso amenazas de muerte –que denuncié a la policía–. Duró unos tres años. Me decían “deja de hablar de esto”, “vamos a ir por ti”… ese tipo de cosas, básicamente para asustarme.

¿Por eso decidió dejar de enseñar?

Sí, estaba agotada. Por mi propia seguridad y salud mental decidí dejar de hablar del tema. Ahora ya no quiero seguir instruyendo tampoco desde mi web porque he visto que lo que comparto en mi página, lo cogen y lo presentan como si fuera suyo.

¿Considera que ha experimentado racismo en este caso?

Sí. Cuando estuve en Finlandia haciendo todas esas cosas, me sacaron del panel de jueces. Dijeron a los estudiantes que no vinieran a mis clases porque soy una persona problemática y cosas así. Es muy difícil explicarlo pero la cuestión es que lo han convertido en un problema personal conmigo en vez de ver que el problema real es que no quieren educarse sobre los orígenes del twerk. Solo quieren usar a las mujeres negras para que beneficien a sus negocios como imagen. No hay un vínculo real.

¿Hay gente enseñando ‘mal’ la historia del twerk?

Cuando empiezas a decir que tal país en África –por ejemplo, Costa de Marfil– es el origen del twerk, estás faltando el respeto a los demás. Todas esas culturas tenían bailes similares al mismo tiempo. Estás borrando parte de la historia. Y no estás hablando de cómo esas personas migraron a América. Romantizamos la historia del pueblo negro y borramos la esclavitud y cómo esos bailes se conservaron dentro de grupos esclavizados. También cómo fueron explotados durante la esclavitud. Hay muchas sutilezas que se están borrando. Además, todas esas culturas negras en América se fusionaron. Por eso digo que lo mejor es respetar cada cultura como algo propio, desde su origen hasta hoy. Y también hay que tener en cuenta que muchas de las personas que enseñan estos bailes originarios no quieren salir en los libros porque sus culturas son sagradas y solo se bailan en bodas, por ejemplo, no un día cualquiera. En algunas regiones, especialmente en el este de África, hay comunidades musulmanas que no quieren dar clases de baile ni que su cultura se explote. Hay que respetar eso.

¿Qué tipo de twerk es el que más se enseña en Europa?

Lo que pasa en Europa es que está mezclando todo y llamándolo twerk. Y ahí es donde surge mi cuestionamiento: como no tienen fundamentos ni conocen la historia, no pueden distinguir entre uno y otro estilo, y los juntan todos. Están haciendo estilo dancehall queen, trucos y otras cosas que no son twerk.

¿Y en Estados Unidos?

El bounce de Nueva Orleans surgió a finales de los 80 y principios de los 90 con el hip hop. Nace en la calle y es una fiesta con música hip hop, una forma de ocio. Pero si nos vamos a las raíces en África, hay miles de variantes dentro de cada país africano con un nexo común: son danzas tradicionales con un significado espiritual y ritual. Muchas de estos bailes nacen alrededor de ceremonias, como cuando alguien se casa.

En algunas culturas, las mujeres solo lo bailan entre mujeres. Hay muchas sutilezas en esos tipos de bailes y se transmiten de generación en generación en ese contexto. Entonces, que una persona blanca se aproveche de eso, lo recree, lo reempaque y lo venda diciendo “esto es lo que es ahora”, es una bofetada para aquellas personas que siempre lo han bailado. Es como mezclar flamenco con capoeira y decir que todo es flamenco. Hay una necesidad de inventar una narrativa sobre cómo empezó el twerk y cómo capitalizarlo. Pero es una responsabilidad. Si no tienes una base sólida sobre esta cultura, vas a cometer errores y vas a ofender constantemente. Aunque también creo que las cosas están cambiando.

¿En qué sentido?

Estamos volviendo a nuestras raíces, y hay más autenticidad en el twerk. Mucha gente está enseñando desde esa autenticidad. Por eso ahora dedico mi cuenta Twerkology Nation a apoyar eso. No soy una persona de negocios, no busco ganar dinero. Uso mi espacio para mostrar a quienes no tienen visibilidad y presentar las distintas culturas que lo bailan. Solo quiero construir una comunidad donde la gente pueda conectarse entre sí y mantener lo auténtico. En general, creo que ahora el twerk está más abierto a mujeres negras que están comenzando sus negocios. Aunque es cierto que también hay mucho estigma sobre ellas.

¿Qué estigma?

La hipersexualización de la mujer negra. Desde mi propia experiencia como mujer negra, exponerte bailando twerk puede ser muy dañino. Cuando empecé, hace nueve años, nadie quería aparecer en mi página por miedo a que eso les afectara profesionalmente. A mí me ha pasado que me miraban como si no fuera seria, como si fuera un objeto sexual, como si solo quisiera atención masculina… tonterías. Pero ahora, con más educación sobre el lado oscuro del twerk, siento que hay más espacios seguros, aunque aún falta. Por otro lado, no se toma en serio al twerk como género de danza. No importa quién lo haga, negro o blanco.

¿Qué le pide a esas personas que enseñan twerk a día de hoy?

Solo pido que se informen y se hagan preguntas. ¿Les ofreces alguna oportunidad a las personas negras que conocen el origen del baile? ¿Eres un aliado real? Lo que pasa que muchas veces no se les da espacio porque se convertirían en competencia real. Si pagas 3.000 euros a instructores para enseñar twerk, imagina qué pasaría si pusieras ese dinero en una comunidad que ya lo está haciendo. ¿Cuál sería el impacto? Pero no es lo que suele pasar. Lo que vemos es un privilegio blanco y una historia que se repite. Conozco al menos 10 casos iguales: una persona negra empieza un negocio de twerk, alguien les roba la idea, los excluye, ellos los confrontan, los manipulan emocionalmente haciéndoles creer que están llenos de odio, que tienen celos, cierran su negocio, y la persona blanca prospera. No estoy loca por decir esto en voz alta. Solo que mucha gente tienen demasiado miedo de decirlo porque han visto lo que me ha pasado a mí.  

¿Entonces cree que todo se trata de dinero?

Creo que está enraizado en el dinero. No creo que siempre sea consciente, pero si no estuvieras pensando desde el punto de vista de negocio y volvieras a la humanidad y vieras el plan real que tienes frente a ti, creo que la perspectiva sería distinta. Y se plantearían: ¿es justo lo que estoy haciendo? ¿Es necesario? ¿Necesito abrir una escuela de baile para esto? Si hay otra persona que ya lo hace, ¿puedo colaborar? Puedes enseñarlo pero incluye su cultura desde el principio. Ten un diálogo con personas que llevan más tiempo bailándolo. Cuando vendes toda una historia, toda una narrativa, al final los afectados son esas personas que usaste y no se benefician en nada.

¿Cree que la gente que mezcla pasos de diferentes estilos no debería usar el concepto de twerk?

Creo que, como creativos, no hay nada de malo en la fusión siempre y cuando dejes claro que es una fusión. Y expliques que “eso es twerk, eso es dancehall”. Hay que respetar cada cultura. Todo viene en parte de la actuación de Miley Cyrus a principios de los 2010, cuando se popularizó ese baile. Pero eso no era twerk, era una gran campaña de marketing. Y aunque fue gracioso cuando ella hizo ese rebranding, hay personas como Ms. Twerksum, por ejemplo, que siempre han representado más auténticamente la cultura.

Su lema es «decolonizar el twerk”. ¿Su forma de hacerlo es educar a la gente?

Educar y simplemente tener claro que cada cultura tiene un inicio y un final. Respetemos eso tal como es. No es difícil. Solo requiere un poco de paciencia y tiempo.

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