Internacional
El enviado de Trump vaticina “un acuerdo de paz histórico” entre Marruecos y Argelia
Steven Witkoff cree que solucionará en 60 días una enemistad que dura más de 60 años y que tiene como raíz principal el Sáhara Occidental.
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Steven Witkoff declaró en una entrevista en la cadena CBS que el Gobierno de Estados Unidos está trabajando actualmente «en el dossier Argelia-Marruecos» para lograr un acercamiento entre los dos países. «Nuestro equipo está muy comprometido con ese asunto y, en mi opinión, habrá un acuerdo en los próximos 60 días». Las relaciones diplomáticas entre los dos países están congeladas desde hace varios años y una de las razones de esta tensión se encuentra en el territorio del Sáhara Occidental, ocupado ilegalmente por Marruecos en 1975.
Witkoff ostenta el cargo oficioso de «enviado presidencial especial para Oriente Próximo». No forma parte, por tanto, de ningún estamento oficial gubernamental. A pesar de eso, se ha convertido en la figura fundamental de la política exterior norteamericana, por encima incluso del secretario de Estado, Marco Rubio. Empresario inmobiliario y compañero de golf del presidente Donald Trump, Witkoff fue junto a Jared Kushner (yerno del presidente) el principal arquitecto de los Acuerdos de Abraham en 2020. Aquel acuerdo propició el reconocimiento de varios países árabes del Estado de Israel. Marruecos, por ejemplo, lo hizo poniendo como condición que Estados Unidos reconociera a su vez la marroquinidad del Sáhara Occidental, una demanda que Washington aceptó rápidamente.
Marruecos y Argelia mantienen cerrada su frontera desde 1994 y rompieron relaciones diplomáticas en 2021. Su antagonismo, sin embargo, viene de más lejos, desde la década de 1960, cuando ambos países estaban en pleno proceso de descolonización. El principal detonante histórico fue la Guerra de las Arenas en 1963, cuando Marruecos reclamó territorios que consideraba suyos y que habían sido integrados en Argelia por la administración colonial francesa. Ya entonces se alinearon en bandos opuestos en la Guerra Fría: la república argelina con la URSS y la monarquía alauita con Estados Unidos. Luego vino la cuestión del Sáhara Occidental: Argelia es el principal apoyo del Frente Polisario, que busca la autodeterminación del territorio, mientras que Marruecos reivindica su soberanía total sobre el Sáhara, contradiciendo el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. Este conflicto territorial actúa como el eje central y factor determinante de la tensión bilateral.
Los analistas consideran muy difícil que ambos países restablezcan sus relaciones en unas pocas semanas tras 60 años de fricción, pero eso es lo que asegura Steven Witkoff. Habla literalmente de un «acuerdo de paz histórico», retórica similar a la utilizada para frenar (sin conseguirlo) el genocidio en la Franja de Gaza.
Esta nueva misión diplomática se enmarca en una personal estrategia geopolítica diseñada por Donald Trump: prescindir de canales oficiales (embajadores, ministros de Asuntos Exteriores, ONU) y llegar a acuerdos mediante enviados personales sobre los que pesa la sospecha de albergar otros intereses más allá del de lograr la paz en zonas de conflicto. Hay que recordar que tanto Witkoff como Kushner son propietarios de grandes sociedades inmobiliarias.
«Yo ya no estoy en el mundo de los negocios», dijo Witkoff en la entrevista concedida a la CBS, intentando disipar las suspicacias surgidas en torno a su trabajo para la Administración Trump. «Como Jared [Kushner], yo no recibo ningún salario y costeo todos los gastos de mi propio bolsillo». A su lado estaba el yerno del presidente, quien declaró: «Nadie ha señalado ningún caso en el que Steve o yo hayamos seguido políticas o actuado de manera que no fuera en interés de Estados Unidos».
Kushner fundó en 2021 –después de su participación en los Acuerdos de Abraham y de que su suegro abandonara la Casa Blanca–, la firma de capital privado Affinity Partners. Con ella recaudó miles de millones de dólares de inversores en la región del Golfo Pérsico, incluido el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí, país que fue uno de los principales promotores de aquellos acuerdos.
Tras la pretensión de Trump de convertir la Franja de Gaza en la «Riviera de Oriente Próximo», se observa un creciente interés en la política estadounidense por que Rabat y Argel restablezcan sus relaciones. Esto refleja, inevitablemente, una mayor atención hacia la cuestión del Sáhara Occidental.