No quería dejar pasar el 23 de abril, Día del Libro, sin elaborar una pequeña lista de aquellos libros que —si no los tuviera— querría que me regalaran en esta efeméride tan especial. Es cierto que en este año II de la Pandemia no podemos celebrar la fecha con la misma efusividad de antes. Las mascarillas, el espacio de separación, las ferias canceladas y los viajes de escritores tan limitados, contribuyen a que se pierda ese momento mágico en que se establece un tímido pero emocionante contacto físico con los autores que admiramos. Eso sí, cada vez son más las librerías que —inscripción mediante— ofrecen plazas limitadas para recuperar esos espacios de encuentro. La cultura aporta salud mental y no creo que mi afirmación sea hipérbole alguna.
¿Qué habría sido de nosotras sin las aplicaciones informáticas que han eliminado las distancias que nos separan, teletransportándonos como por arte de magia a clubes de lectura, talleres y cursos diversos? Por eso, en estos días en que muchas referentes como Ada Colau o Cristina Fallarás han decidido abandonar espacios de interrelación digital como twitter, me atrevo a reivindicar la necesidad de que las que estemos en condiciones de hacerlo, resistamos. Porque además de haber campos minados de violencia también existen, como en la vida terrenal, oasis en los que detenernos a disfrutar y compartir, tanto la alegría como las lecturas, las reflexiones e incluso la noticia de nuestra existencia y sus conflictos. Sirva esta pequeña introducción algo caótica para agradecer a mis libreras de confianza, a las autoras, autores y editoriales que me han regalado, en este tiempo suspendido, tantas palabras nuevas que me han salvado del desastre.
Sin orden pero con concierto iré desmenuzando esta lista tan personal de libros que me alegran el día solo con acariciar sus cubiertas y sumergirme entre sus primeras páginas. ¿No os pasa que sólo imaginar que llegará el momento de sentarse en el sofá con el ejemplar entre las manos os produce una emoción premonitoria?
Empezaré por uno que me ha traído el cartero hoy mismo y que ya me he lanzado a devorar: «La doble muerte de Unamuno», editado por Capitán Swing y escrito por Luís García Jambrina y Manuel Menchón. Un libro, a medio camino entre la crónica y la reflexión, a través del cual nos adentramos en la peculiar investigación que han llevado a cabo estos dos autores sobre el oscuro final que envolvió la muerte de Miguel de Unamuno. Un contrarrelato a la versión oficial muy bien documentado, que se encuentra salpimentado de muchas curiosidades y anécdotas en torno a la figura del polémico pensador. Su lectura se complementa con el visionado del documental «Palabras para un fin del mundo» que se disfruta en la plataforma Filmin.
Si es el ensayo el género que os apetece leer o regalar, os propongo también «Comuneros. El rayo y la semilla (1520-1521)», editado por Hoja de Lata y escrito por el hispanista de la Universidad de Chicago Miguel Martínez. Un título que sigue la estela de grandes hacedores de la historia social como Josep Fontana. En él se aborda el porqué del levantamiento del pueblo contra Carlos V, precisamente cuando se cumplen 500 años de la derrota de los comuneros en Villalar. Una joya que va ya por su segunda reimpresión pocas semanas después de su salida a la venta.
Sobre la memoria y los ecos de un pasado nunca suficientemente evocado, os recomiendo dos obras magníficas. La primera es «Los ojos cerrados» (Galaxia Gutenberg), de Edurne Portela. Aquí en La Marea ya se publicó una entrevista con la autora, que os recomiendo leáis para entender mejor el proceso de concepción de la obra. Huelga decir que Portela es una de mis escritoras preferidas y en esta nueva novela trata la violencia, el silencio y la memoria a partir de un relato que vamos descubriendo dando pasos hacia atrás y hacia adelante, evidenciando así lo importante de conocer el pasado para comprender el presente, y todo ello de la mano de Ariadna, que irá persiguiendo el hilo de su historia a través del laberinto de silencios en que se halla.
El segundo libro es «¿Dónde está nuestro pan?» (Marciano Sonoro Ediciones), de Abel Aparicio. Se compone de tres novelas cortas cuyo nexo de unión es la mina leonesa y la mujer como pilar fundamental que sostiene la vida en el contexto aciago y oscuro de la posguerra. Una obra creada a partir de documentación y testimonios reales que el autor ficciona con mucho acierto.
Abundando en la literatura feminista, os sugiero el que es considerado uno de los libros revelaciones del año en lengua castellana, «Esta herida llena de peces» (Tránsito), de Lorena Salazar. En esta novela, que combina el lirismo con la crudeza de lo real, la autora aborda el miedo y la maternidad a través de un viaje en canoa por la peligrosa selva colombiana. Y, hablando de mujeres que se enfrentan a su realidad con osadía, os recomiendo también a Cora Sandel, una autora noruega que empezó a escribir en 1926, a los cuarenta y cinco años, tras haberse divorciado. La editorial Contraseña acaba de publicar esa primera obra, «Alberte y Jakob», que forma parte de la conocida como trilogía de Alberte. Nos presenta a la protagonista en su adolescencia, momento en el que ya se enfrenta con rebeldía a las convenciones patriarcales de la época.
Otra escritora fascinante que conoceréis por ser la autora de «El nudo materno», obra feminista de culto, acaba de publicar un nuevo libro llamado «El comunista y la hija del comunista» (Las afueras). Se trata de Jean Lazarre, que narra, a través de sus propios recuerdos y documentación extraída de los archivos del FBI, la relación con su padre, un hombre comprometido con la justicia social y las luchas revolucionarias de su tiempo, que participó en la guerra civil española como brigadista internacional y padeció tanto el macartismo como la caza de brujas en Estados Unidos.
Ana Flecha Marco es una autora que lo mismo traduce del noruego, inglés y francés que ilustra y escribe libros infantiles o para adultos, como el que acaba de publicar en la editorial Mr. Griffin, «Piso compartido», en el que recrea un espacio de interrelación surgido como por arte de magia entre unas cuantas señoras y una joven que comienzan una suerte de rituales cotidianos en los que se producen conversaciones cargadas de recuerdos y memoria.
La escritora francesa de origen marroquí Leila Slimani ha publicado en Cabaret Voltaire su nueva obra, «El país de los otros», una historia en la que nadie se siente parte del lugar que ocupa en el mundo. Ambientada en el Marruecos anterior a la independencia, se centra en una década de vida de un matrimonio entre una joven alsaciana y un combatiente marroquí en la II Guerra Mundial. Una novela que aborda en profundidad la soledad de esta mujer en un país de hombres, de colonos, de militares.
Y, por último, os sugiero que os acerquéis a un libro de Javier Giner a medio camino entre la autobiografía y el ensayo que, gracias a su escritura honesta y descarnada, consigue atraparte desde la primera página. Se trata de «Yo, adicto» (Paidós) y me recuerda bastante a lo que sentí cuando leí «Instrumental» (Blakie Books), de James Rhodes. El autor nos desnuda su alma, tal y como hizo el genial pianista, para explicarnos lo que significa caer en «el abismo de la adicción» y, aunque tengamos la suerte de no haber pasado por nada parecido, no está de más empatizar con ese oscuro proceso psicológico para comprender mejor el sufrimiento ajeno y estar en mejores condiciones de afrontar el propio.
