El personal de atención primaria de Madrid se pone en huelga de manera indefinida

“Segundo gran acuerdo, segunda huelga desconvocada. Comunidad de Madrid y todos sus recursos sanitarios, unidos en un mismo desafío”. De esta forma, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunciaba el pasado septiembre que había llegado a un acuerdo con el personal médico de la región para evitar una huelga de personal sanitario. El PP lo vendió como un triunfo de diálogo entre administración y trabajadores.

Seis meses después, la reivindicación ha vuelto a ser activada. “La convocatoria llega después de meses de incumplimientos de la Comunidad de Madrid con la atención primaria y pese a la buena voluntad por nuestra parte durante este margen de tiempo”, denuncian desde la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), el sindicato que ha convocado el parón indefinido.

De esta forma, hasta 5.000 facultativos de atención primaria (familia y pediatría) de todos los centros de salud de la comunidad están interpelados por esta huelga. Sin embargo, los mismos médicos denuncian los altos servicios mínimos semanales que ha impuesto la Consejería de Sanidad. “Están intentando desgastarnos poniendo estos servicios mínimos”, se queja Javier Ceballo, médico especialista en medicina familiar y comunitaria que cubre una baja en el centro de salud de Santa Mónica (Rivas-Vaciamadrid). No obstante, cree que la convocatoria será secundada por un alto número de profesionales: “En mi centro estamos todos en huelga, y somos 17”.

“Una vez más, la Comunidad de Madrid ha vuelto a sustraer a los facultativos el derecho de huelga para la mejora imprescindible de la atención primaria y, por consiguiente, de la atención a la población”, denuncian desde el sindicato. Según AMYTS, ofrecieron unos servicios mínmos “elevados del 50%” ante la situación de la pandemia. “Sin embargo, la Administración ha impuesto unilateralmente y sin escuchar a los profesionales unos mínimos abusivos”, por lo que posiblemente recurran a su asesoría jurídica “al entender que se vulnera el derecho a huelga”.

De entre todas las reivindicaciones, Ceballo cree que es importante “reducir la carga de papeleo”: “Tenemos mucha burocracia que nos impide hacer medicina”, explica. Desde AMYTS ponen el foco “en la altísima sobrecarga asistencial que aún soportan los profesionales de atención primaria con 60-80 pacientes por consulta al día”, unas ratios que la CAM prometió bajar en septiembre y cuyo acuerdo han incumplido, según denuncian desde el sindicato. La cifra ideal sería de unos 30 pacientes por día.

A finales de febrero, AMYTS demandó a la Consejería de Sanidad ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por lo que ellos consideran un incumplimiento de los acuerdos de mejora de la atención primaria: “En AMYTS no vamos a tolerar esta actitud de la Consejería de Sanidad, ni vamos a tolerar que dejen morir a la atención primaria”, explicaron en ese momento. Así, por ejemplo, no han sido contratados ninguno de los 300 sanitarios prometidos.

De acuerdo con el sindicato y basándose en los datos de la propia Consejería de Sanidad, 45 de los centros de salud de la región no cuentan con la mitad de los facultativos que deben tener las consultas.
“No se ha hecho nada por evitar esta dura realidad. De forma global, falta el 33% de los facultativos en los centros de salud”, denuncian. Ante ello, exigen una convocatoria de negociaciones “que eviten el conflicto y solucionen inmediatamente un abandono de la atención primaria que no puede esperar más”.

El propio Javier Ceballo ha sufrido el desgaste y la precariedad que viven muchos sanitarios en la Comunidad de Madrid, encadenando 71 contratos en apenas dos años: «La atención primaria está en estado crítico porque vende mucho más la atención hospitalaria. Cuando acabé el contrato yo no podía más, así que estuve un mes sin trabajar y sin cobrar ni nada«. Así, cada vez que le llamaban, rechazaba lo que le ofrecían. «Lo que pedimos no solo es por nosotros, también por los pacientes porque no les damos la atención que requieren», se queja.

El facultativo señala que los médicos no quieren quedarse en Madrid por las pésimas condiciones que tienen que aguantar: «Yo mismo me he planteado irme», zanja. A pesar de que secunda la huelga, cree que la Comunidad de Madrid no va a ceder: «La gente tiene que apoyarnos», reclama.